Veo en tu divino lirio la fragancia hermana
el mal de pesares, el mar de los encantos,
tus lirios son la claridad de la mañana
y son la virtud tu inseparable canto.
Hay una luz cada mañana, la paz y armonía,
cubre en tu manto el deseo de tener la vida
y de ti la fortuna de toda alegría;
y con tu aroma sanaste mística herida.
Te siento en mi consuelo, flor de mi sendero,
no me dejes en aquel pozo de la guerra,
quiero vivir en el mundo en que nací ayer.
Cada mañana la siento como un enero
viva en las flores; la belleza de la tierra.
en un enero de flores, debí nacer.