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Estimada Psicóloga:Tengo 16 años, estudio IV año de secundaria, a mi corta edad conocí a un muchacho, el cual me quería pero yo a él no. En ese tiempo estaba enamorada de otro. Éste se rió de mí, en una ocasión me invitó a salir y tuvimos relaciones sexuales y ahora resulta que sólo soy […]

Estimada Psicóloga:
Tengo 16 años, estudio IV año de secundaria, a mi corta edad conocí a un muchacho, el cual me quería pero yo a él no.

En ese tiempo estaba enamorada de otro. Éste se rió de mí, en una ocasión me invitó a salir y tuvimos relaciones sexuales y ahora resulta que sólo soy su amiga.

Me arrepiento y siento asco y odio y deseos de vengarme de lo que me hizo. Tal vez el otro muchacho quería algo serio conmigo y lo rechacé por éste que sólo jugó con mis sentimientos. ¿Qué hago? Ayúdeme, estoy tan arrepentida y desesperada.

Respuesta:
En nuestra vida, los momentos muy agradables como los muy desagradables van a quedar grabados en nuestra memoria. Ésta almacenará no sólo el momento, también el recuerdo de las personas que fueron parte y las emociones que experimentamos.

Cuando las experiencias fueron desagradables el procesarlas necesitará de nuestra parte mucha más energía, tiempo y recursos personales que si la experiencia fuera agradable.

Por esto, retomar el evento deberá ser necesario no para reafirmar todos los sentimientos negativos que hayan surgido, sino para reflexionar y discernir sobre lo que estamos haciendo y cómo lo estamos haciendo.

Nuestra primera relación sexual siempre va a ser recordada. Es por esto que es responsabilidad de todas las personas, tanto mujeres como hombres, asumirlas como un evento que necesita preparación, madurez, compromiso, respeto por sí mismo o por la otra persona. No solamente bastará el deseo.

Muchos jóvenes como vos han vivido situaciones similares, que en la búsqueda desesperada de encontrarse salen a buscar en los otros lo que deben fortalecer y reafirmar en sí mismos. Con toda la construcción de género que reafirma que las mujeres cumplimos el rol de siempre: hacer sentir bien a los demás muy a costa de lo que creemos o sentimos.

No es regla que ser adolescente sea sinónimo de equivocaciones, frustraciones, tropiezos y confusiones. La adolescencia tiene sus características propias con respecto a las otras etapas, pero ésta también puede ser vivida de una manera saludable física, psicológica y espiritual.

Aprovechando esa etapa para descubrir sin lastimarte, conocer gente que desee compartir tus intereses, proyectos, planes, sueños e ilusiones. Pero para esto cada adolescente debería revisar ¿cuáles son sus proyectos?, ¿qué expectativas tiene sobre sí mismo, la vida, y las personas? ¿qué está haciendo para mejorar cada día?

Porque también se puede estar trabajando, invirtiendo fuerzas y energías en lograr todo lo contrario.

Ser adolescente es también ser capaz de crear, preguntar, plantear alternativas, proponer ideas nuevas, sanas y positivas. Ahora te pregunto a vos y a todos los que lean tu carta ¿Qué están haciendo de sus vidas? ¿Están haciendo cosas para mejorarla o para empeorarla?

La vida sólo se vive una vez, es hoy el día y el momento para comenzar a hacer algo para mejorarla, cambiarla o transformarla. La decisión es de ustedes. Los invito a reflexionar sobre esto y a vos te invito a invertir todas esas energías y deseos en planes y proyectos productivos que te permitan sentirte bien con vos misma, amarte y respetarte porque vales mucho.

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