Emilio Álvarez Montalván
Me refiero concretamente a la oportuna iniciativa del ministro de Educación, Cultura y Deporte, doctor Silvio de Franco, que procura poner orden en el otorgamiento de becas para universitarios, cuando se usa fondos del Estado para financiar estudios en establecimientos docentes de carácter privado.
Entiendo que al afecto se elaboraría un reglamento que fijaría los requisitos para optar a esas oportunidades, criterios que se aplicarían no sólo a las becas concedidas por ese Ministerio, sino las que entrega el Banco Central y cualquier otro ente autónomo o descentralizado. El mismo procedimiento regiría para becas ofrecidas por gobiernos extranjeros cuando éstos dejen que nuestro gobierno escoja a los beneficiarios.
Todas esas oportunidades de subsidio deberán publicarse con suficiente anticipación, especificando los requisitos exigidos, lo mismo que los nombres y direcciones de aquellos peticionarios que resultasen favorecidos.
La idea es que haya transparencia en todas las operaciones gubernamentales, por lo cual sería recomendable entregar a una Comisión ad hoc integrada por personalidades de prestigio y sin distingo de colores políticos, la responsabilidad de seleccionar a los recipiendarios de las referidas becas.
La Comisión nombrada tomará en cuenta las prioridades del país en recursos humanos, incluyendo a la Costa Atlántica, lo mismo que el rendimiento académico de los solicitantes y sus calidades personales, prefiriendo desde luego a aquéllos de limitados recursos económicos.