AFP
WASHINGTON.- Nueve soldados estadounidenses han muerto y “muchos” otros resultaron heridos en la ofensiva lanzada desde el sábado contra posiciones talibanes y de Al-Qaeda en el este de Afganistán, declaró ayer el secretario de Defensa de Estados Unidos, Donald Rumsfeld.
Se trata del mayor número de bajas estadounidenses en poco más de 24 horas, desde el comienzo de la guerra antiterrorista en Afganistán, el 7 de octubre, en la mayor ofensiva aérea y terrestre en la región de Gardez en el este del país.
Al menos 40 —de los más de 1,000 militares estadounidenses que participan en la operación— resultaron heridos desde el inicio, el sábado, de la ofensiva en la que participan varios países contra las posiciones talibanes y de la red Al-Qaeda, cerca de Gardez, en el este de Afganistán, dijo un responsable del Pentágono.
Seis militares murieron cuando uno de los MH-47 fue derribado el domingo, mientras que otros cinco resultaron heridos, según un responsable.
El otro helicóptero fue tocado por una granada en tierra algunas horas antes, pero pudo despegar y huir, dejando atrás a un soldado, que luego fue encontrado muerto, dijo el funcionario.
La portavoz del Pentágono Victoria Clarke dijo respecto al primer helicóptero que “podemos confirmar que en la noche de ayer un MH-47 fue derribado. Tenemos un pequeño número de efectivos estadounidenses muertos”.
BUSH: “PROTEGER NUESTRAS LIBERTADES”
El presidente George W. Bush “lamenta” la pérdida de vidas estadounidenses en los duros combates que se registran en el este de Afganistán y provocaron la muerte de militares.
“La reacción del Presidente es que se trata de una operación en curso. En una guerra en la cual el Presidente dijo que habría bajas por una causa muy importante: proteger nuestras libertades y derrotar al terrorismo, y lamenta todas las pérdidas de vidas estadounidenses”, dijo el portavoz de seguridad nacional de la Casa Blanca, Sean McCormack.