Marvin Porras [email protected]
Me suena muy raro que la jefatura de la Policía se niegue a dar explicaciones ante la destitución del comisionado mayor Pedro Aguilar. El cargo y el trabajo desempeñado brillantemente por este agente del orden son argumentos de peso para que la opinión pública solicite explicaciones sobre su destitución. Los días en que el poder de las armas era suficiente argumento para dar por finalizadas las carreras y las vidas de los ciudadanos ya pasaron, ante tal acción se tejen muchas conjeturas, entre ellas: revanchismo político, personalismo o choques con sus superiores, problemas por aceptación de sobornos (en lo personal éste lo desestimo), o que las investigaciones que actualmente estén realizando puedan provocar un cisma en la sociedad o en el gobierno actual.
De cualquier manera, el pueblo merece una explicación.