14
días
han pasado desde el robo de nuestras instalaciones. No nos rendimos, seguimos comprometidos con informarte.
SUSCRIBITE PARA QUE PODAMOS SEGUIR INFORMANDO.

La imagen de La Sangre de Cristo.

La Sangre de Cristo y el Barrio San Antonio

En esta oportunidad, el doctor Armando Arce Paiz refiere que los “toñeños” eran gente sencilla, devota y de palabra, como lo demuestra el hecho de haberse empecinado en construir una capilla para ganarse el derecho de hospedar la imagen de un Cristo cuyo escultor quedó en el anonimato Mario Fulvio Espinosa [email protected] SEGUNDA DE DOS […]

  • En esta oportunidad, el doctor Armando Arce Paiz refiere que los “toñeños” eran gente sencilla, devota y de palabra, como lo demuestra el hecho de haberse empecinado en construir una capilla para ganarse el derecho de hospedar la imagen de un Cristo cuyo escultor quedó en el anonimato

Mario Fulvio Espinosa [email protected]

SEGUNDA DE DOS PARTES.Para inmortalizar la figura de Jesús Mártir, los célebres pintores del Renacimiento, del Romanticismo y de otras épocas se inspiraron en los diferentes momentos transcurridos desde que la cruz fue elevada con su preciosa carga sobre el Calvario, pasando por gestos y palabras de Jesús desde aquel cadalso, hasta culminar con su fallecimiento.

Célebres y admiradas en los más famosos museos del mundo son las imágenes de Cristo Crucificado que pintaron El Greco, Tintoretto, Giotto, Velásquez, y en esta época moderna Salvador Dalí, pero posiblemente no han sido ellas tan queridas y veneradas como esa imagen llamada “La Sangre de Cristo” que preside en Catedral las conmemoraciones de Semana Santa.

Es “La Sangre de Cristo” la imagen de Jesús pálido, desangrado, desgajado, inerte, muerto en la cruz. La sangre que brotó de las múltiples llagas y heridas aparece seca sobre la piel blanca, a la que el artista concedió una tersura de azucena más que sensible para culminar en mayores sufrimientos.

La cabeza de la imagen, doblegada hacia la derecha, descansa sobre el pecho, los párpados están cerrados, la faz cadavérica se ve pálida como un cirio, la boca aparece entreabierta, y la sangre que brota de las heridas abiertas arriba del frontal por la corona de espinas, se confunde con el cabello y la barba del Redentor.

Siempre luce la imagen la negrísima cabellera que desde hace muchísimos años le regalaron sus fieles y cofrades, la que está formada por hermosos rizos que bajan hasta la cintura del Cristo.

Si a través de esta imagen colegimos cómo fue el martirio de Jesús, podemos señalar que por la forma tensa en que están los brazos, éstos fueron estirados sobre el madero horizontal de la cruz para que las manos llegaran a cierta distancia antes de ser clavadas. Contrario a otros Cristos cuyos pies aparecen separados y clavados sobre un soporte, los de la Sangre de Cristo están atravesados por un solo acero, éste atraviesa el empeine de ambos pies, colocados el derecho sobre el izquierdo.

HISTORIAL DE UNA IMAGEN

“Esta imagen, que determinó durante mucho tiempo la vida religiosa del Barrio San Antonio, fue traída de Guatemala en 1638, desde aquel tiempo tuvo muchos devotos que aún la consideran muy milagrosa, sin embargo, nadie tuvo el tino de averiguar quién la había esculpido, así que hasta ahora el escultor de este Cristo es un desconocido”, nos explica el doctor Armando Arce Paiz.

“El crucifijo —agrega Arce Paiz—, estaba destinado para la Iglesia de Veracruz, la única que existía en Managua en ese tiempo y que se levantaba en el sector este del que es ahora el Parque Darío, exactamente donde está el Obelisco del Siglo.

“Cuando un terremoto derribó la Iglesia de Veracruz la imagen fue trasladada al recién construido templo de San Miguel; según el historiador Heliodoro Cuadra, el primer mayordomo fue el español Pedro Villarreal. El festejo principal consistía en una procesión que salía en julio, pero años después el cura de la villa, presbítero Santiago Mora, dispuso que también se sacara otra el Miércoles Santo.

“La gente acudía a la “bajada” de la imagen, llevando palmas y flores de pacaya, y catorce niñas entraban al templo portando las lujosas almohadas sobre las que se acostaba al Redentor; después se procedía a la limpieza de la imagen, utilizando algodones perfumados.

“Por la noche, a las siete, comenzaba la vela que se prolongaba hasta las doce, los devotos y cofrades obsequiaban a los presentes con café, rosquillas y bizcochos. A las seis de la mañana se cantaba una misa solemne acompañada de cohetes y morteros, y un orador notable se encargaba del sermón alusivo a la fiesta.

DUEÑA DE HACIENDAS DE GANADO

“Era La Sangre de Cristo una imagen rica en bienes, recogía bastantes limosnas, poseía una corona, un pectoral y millares de exvotos de oro macizo, tres grandes clavos de plata. Además, en ese tiempo sus devotos acostumbraban legar a la imagen casas, terrenos y otros bienes, de ese modo la Sangre de Cristo era dueña de las haciendas de ganado El Caimito, El Hato, El Laurel y El Charco, entre otras.

“Para establecer la devoción de la imagen se fundaron congregaciones y cofradías, entre ellas la de los Caballeros de la Sangre de Cristo y la Congregación de Camareras.

“La imagen cambió de residencia cuando en 1906 el obispo Simeón Pereira y Castellón vendió el templo de Veracruz a la Compañía de Mercados de Managua por la cantidad de ochenta mil pesos. En ese lugar fue construido el Mercado San Miguel, destruido por el terremoto de 1931.

CONTROVERSIA ENTRE TOÑEÑOS Y SANTODOMINGUEÑOS

“La disposición del obispo ocasionó una controversia piadosa entre los vecinos de los barrios San Antonio y Santo Domingo, ambos querían dar albergue a la Sangre de Cristo en sus respectivos templos. Como los dos barrios habían ofrecido construir una capilla para la imagen, el obispo decidió que el primero que la construyera se llevaría ese honor. Gente de San Antonio como doña Ceferina Zelaya de Estrada y doña Ignacia Rodríguez realizaron los esfuerzos necesarios junto con otras personalidades como don Telémaco Castillo, Alejandro Espinoza, Agustín Cerna, Cayetano Lugo y Domingo Calero, total que la capilla comenzó a construirse el 4 de agosto de 1913.

“Esta construcción estuvo marcada por una tragedia, pues ocurrió que en un desfile de carretas a beneficio de la construcción, organizado por la señora Rosa Cardoza, venía en una de ellas, disfrazado de mono, el niño Alberto Almendárez, haciendo gracias y piruetas. De pronto una triquitraque fue a dar al traje del monito, incendiándolo. El pequeño, que era hermano del que después fue el presbítero Luis A. Almendárez, murió a consecuencia de las graves quemaduras.

“Los santodomingueños no hicieron nada, de modo que la imagen fue a alojarse a la iglesia de San Antonio, siendo el cura en ese tiempo el padre capuchino Luis de Villafranca”.

¿Qué pasó con la imagen durante el terremoto de 1931?

La iglesia de San Antonio quedó destruida pero milagrosamente la imagen de la Sangre de Cristo salió ilesa. Los capuchinos decidieron trasladarla a San Sebastián, donde estuvo alojada hasta que se construyó la nueva Iglesia de San Antonio.

El cataclismo del 31 de marzo de 1931 ocurrió a eso de las diez de la mañana, recuerdo que en medio de aquel temblor mi padre nos ordenaba: “Tírense todos al patio”, todos le hicimos caso, pero casi no veíamos nada por el “polvazal” que se levantó tras la caída de las casas que en su gran mayoría eran de adobes. Nos refugiamos en el predio donde ya estaban construyendo el parque de la iglesia, en unas banquitas de cemento. Ese parque fue un refugio para muchos vecinos del barrio, no recuerdo cuántos muertos dejó en San Antonio el terremoto, pero la gran mayoría de pérdidas humanas se produjo en los dos mercados, donde muchos managuas hacían las compras de Semana Santa.

¿Qué pasó después del terremoto del 31 con la Sangre de Cristo?

Se reconstruyó San Antonio con modelos arquitectónicos modernos y materiales más fuertes. También se reconstruyó la capilla famosa a la que retornó la imagen. Sin embargo, el terremoto de 1972 volvió a derribarla y la imagen pasó, primero a Monte Tabor y por último a la nueva Catedral de Managua, donde reside actualmente. San Antonio no volvió a reconstruirse.

¿Qué sabe usted del llamado “Milagro de la Banda de los Supremos Poderes”?

Eso ocurrió en junio de 1863, en tiempos del general Tomás Martínez. Se sabe que varios vecinos de Tipitapa vinieron a Managua a solicitar al Gobernador Militar que la Banda hiciera unos toques en la fiesta patronal de aquella villa.

El jefe militar accedió y ocho filarmónicos comandados por don Santiago Reyes se embarcaron en una piragua grande poniendo proa hacia la bocana de Tipitapa. Llegaron sin novedad y a eso de las siete de la noche dispusieron regresar.

De pronto comenzó a soplar un fuerte viento precursor de una tempestad. El lago se agitó de manera horrorosa y la embarcación comenzó a hacer agua a babor y estribor. La lluvia caía sin misericordia sobre los pobres músicos y la oscuridad hacía más pavoroso el suceso, la piragua ya no obedecía al timón, y en tan crítico momento los músicos clamaron a la Sangre de Cristo ofreciéndole como promesa tocar mientras vivieran, en la bajada, la vela y su procesión.

El milagro ocurrió, el lago de repente se serenó y los músicos arribaron a Managua a eso de las cinco de la mañana.

De eso ya hace 139 años. Los miembros de la Banda cumplieron su promesa, la que fue retomada hasta hoy por sus descendientes. Don Gratus Halftermayer en su Historia de Managua destaca el acontecimiento y da los nombres de los músicos involucrados en el milagro, yo sólo recuerdo los nombres de dos: Ezequiel Rivera, a quien le decían “Tetey” y Juan Cano, clarinetista del grupo.

FIESTA DE CAMPANILLAS

Uno de los homenajes más solemnes que se han rendido a la Sangre de Cristo fue el realizado en 1925, en tiempos del presidente Carlos Solórzano, cuando la imagen fue sacada del templo, y la Banda de los Supremos Poderes tocó el himno que compuso para Cristo el maestro Arturo Picado.  

Departamentales

Puede interesarte

×

El contenido de LA PRENSA es el resultado de mucho esfuerzo. Te invitamos a compartirlo y así contribuís a mantener vivo el periodismo independiente en Nicaragua.

Comparte nuestro enlace:

Si aún no sos suscriptor, te invitamos a suscribirte aquí