Iñaki Alvarez MirandaEFE
ROMA.- La ayuda alimentaria de emergencia en el mundo descendió en los últimos tres años en un 25 por ciento, a pesar del incremento de las crisis originadas por catástrofes naturales o conflictos armados.
En 1999 se distribuyeron 15 millones de toneladas de alimentos en ayudas, que se redujeron a 11 millones en el pasado año, según denunció ayer el estadounidense James T. Morris, director ejecutivo del Programa Mundial de Alimentos (PMA).
Morris intervino en la II Cumbre de la Alimentación, en la que delegaciones de 185 países analizan en la sede romana de la FAO los objetivos planteados en una primera cumbre en 1996 de reducir los 800 millones de hambrientos que hay en el mundo a la mitad en 2015.
“Sabemos que este difícil objetivo —dijo— requiere grandes inversiones en agricultura e investigación, pero si no alimentamos a las personas hambrientas ahora, no sobrevivirán para beneficiarse de programas a largo plazo”.
“BUENA RESPUESTA EN NICARAGUA”
En un repaso a los puntos calientes del planeta, el PMA resaltó sus operaciones en Afganistán, Corea del Norte, Angola y en diversas naciones de Africa Occidental, como Sierra Leona y Liberia.
En Latinoamérica, Morris citó los efectos de la sequía en Guatemala, Honduras, Nicaragua y El Salvador, aunque señaló “la buena respuesta” de los donantes a los llamamientos de ayuda.
El responsable del PMA citó a los países meridionales de Africa, en donde 13 millones de personas se ven amenazadas por la desnutrición por los efectos combinados de la sequía, la crisis económica, la inestabilidad política y los estragos del Sida.
Zimbabwe, Malawi, Zambia, Mozambique, Lesoto y Suazilandia son los estados afectados por este nuevo drama en el continente.
“Esta crisis, que coincide con la Cumbre, es un reto para que la comunidad internacional demuestre su solidaridad”, dijo Morris, que cifró los fondos necesarios en unos 500 millones de dólares.