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Salma Hayek bajo el rostro de Frida

Cumplió el sueño de su vida al llevar la vida de la pintora Frida Kahlo a la pantalla grande. En esta entrevista la actriz cuenta lo que significó este reto. Además, habla de su familia, su novio Edward Norton y proyectos futuros Fabián W. [email protected] Nada mejor que comenzar una entrevista sintiéndonos un lector más, […]

  • Cumplió el sueño de su vida al llevar la vida de la pintora Frida Kahlo a la pantalla grande. En esta entrevista la actriz cuenta lo que significó este reto. Además, habla de su familia, su novio Edward Norton y proyectos futuros

Fabián W. [email protected]

Nada mejor que comenzar una entrevista sintiéndonos un lector más, para pedirle a Salma que autografíe de puño y letra los DVDs de las películas ‘Dogma’ (Ben Affleck y Matt Damon) y ‘Wild Wild West’ (Will Smith). “La de ‘Dogma’ te la firmo con gusto”, respondió con lapicero en mano “pero ‘Wild…’ no debería, porque no me gustó”. Así es ella: sincera, natural, osada y franca.

Y con la intención de promocionar la ‘colorida’ película que produce y protagoniza sobre la vida de la artista mexicana Frida Kahlo, tuvimos esta entrevista exclusiva con Salma, recorriendo los puntos en común o diferencias, que subrayan día a día, la actriz que mejor representa a la comunidad hispana en Hollywood.

¿Salma Hayek es tan ambiciosa como remarca la película ‘Frida’ con la frase “Lo más importante en Gringolandia es tener ambiciones”?

Depende cómo defines ambición. Frida tenía una gran ambición de conocerse a sí misma, de superar su trabajo como artista, pero sin copiar ni tratar de complacer, porque a la gente no le gustaban sus pinturas, cuando ella estaba viva. Y tenía una gran ambición, pero interna. Por mi lado también puedo tener una gran ambición, pero desde hace dos años estoy haciendo películas pequeñas, pero más interesantes.

¿No fue ambicioso dejar el éxito de México para mudarte a Hollywood donde nadie te conocía?

Pero también en Hollywood llegué a una posición bastante cómoda aunque tampoco era lo que realmente quería y dejé de trabajar. Hace dos años que no filmo con los grandes estudios de cine comerciales. Y estoy haciendo cine experimental con Mike Figgis. Ya había empezado con Dogma, que no era una película grande, aunque bien podía haber hecho otro tipo de películas donde pagaban más dinero.

¿Se repitió la historia como cuando dejaste México porque las telenovelas no te parecían demasiado artísticas, por decirlo de alguna forma?

No es el hecho que las novelas sean comerciales o poco artísticas, porque después vine a Hollywood y también hice cosas comerciales. Y es bueno, porque gracias a eso, yo estoy donde estoy hoy. Es simplemente otra plataforma, con una personalidad distinta. Hay gente que le gusta hacer televisión, hay gente que le gusta hacer teatro, hay gente que le gusta hacer cine y hay quienes les gusta hacer todo, pero siempre tienen sus preferencias. Y las telenovelas no eran mis preferencias.

¿Cómo fue que preferiste la actuación por encima de otra carrera?

Yo estaba estudiando Relaciones Internacionales en la Universidad Iberoamericana de México, cuando empecé a tomar clases de actuación. Hacía las dos cosas, hasta que decidí que la universidad me quitaba mucho tiempo para mis estudios de actuación aunque a mi padre, no lo puso muy contento.

¿Por qué?

Es que mis padres no sabían que yo estaba tomando clases de actuación. Lo hice en secreto. Y a él no le gustó nunca. Ahorita, ya le encanta, pero al principio, no. Me trató de convencer para acabar la carrera, primero. Pero yo no quise.

¿Llegaste a trabajar en algún otro oficio que no fuera el de actriz?

Trabajé en una tienda de ropa en México, un mes o dos. Nunca más volví ni me acuerdo del nombre.

¿Tiene algún significado en especial tu nombre?

Sí. Salma significa algo así como bienvenido, en árabe. Y Hayek es una palabra que proviene de “hayito” que es como hermano. Así que yo vengo a ser como la “hermana bienvenida”. ¡Imagínate cambiarme el nombre de mi padre!

¿Es cierto que ellos querían que tú siguieras en la universidad, te casaras y tuvieras hijos… Y no pudiste cumplirles el sueño?

Hasta ahorita, ninguna de esas. Pero todavía estoy joven (riéndose).

¿Te malcriaban mucho de chica?

No me malcriaban, me consentían. Y todavía me consienten mucho. Fueron buenos papás. Todo lo que quería me lo daban. Todo…

¿Como cuando no quiso que fueras gimnasta olímpica a los 8 años?

Fue la excepción. Pero fíjate que yo quería hacer gimnasia y en Coatzacoalcos no había. Y me mandó al mejor gimnasio de la ciudad de México. Con mi mamá y mi tía, nos fuimos y rentamos un departamento. Y yo iba a mis clases, todos los días. Él también me llevaba. Al final, el entrenador le dijo a papá, que tenía condiciones mentales y físicas, que tenía posibilidades para las Olimpiadas. Pero como tenía que internarme donde me reclutaban, con seis horas de ejercicio diario, con esa disciplina y sin jugar, lejos de mi familia… Mi padre dijo que no.

¿Fue una buena decisión, porque sino, te hubiésemos perdido como actriz?

¡Y a lo mejor hubiese ganado una medalla de oro para México! Una no sabe, pero de todos modos, estoy contenta. Y lo entiendo perfectamente. Cualquier padre sensato hubiera hecho lo mismo.

¿Y qué hay de aquella promesa que les hiciste a tus padres, que no ibas a salir con ningún hombre hasta los 18 años?

Es que yo había entrado a la universidad, muy joven, a los 15 años y medio. Imagínate. No querían que me fuera a vivir sola. Entonces no querían que saliera con muchachos en la Ciudad de México… Pero yo no quería quedarme a vivir en una casa con mucha gente, así que dije “A mí me dan mi departamento”. (Riendo) Y papá me lo compró, pero igual, me mandaron una señora que me tenía que estar cuidando.

¿Te insisten todavía que te cases para que les des un nieto?

Mi mamá, un poco más. Pero no tanto. Están muy contentos con mi pareja (Edward Norton) y me dejan un poco en paz.

¿Qué hay de cierto en aquella frase que dijiste alguna vez “Estoy esperando al hombre que tenga más cojones que yo”?

¡Por favor!… Esa frase la dije hace ocho años, ‘give me a break’.

¿Pero Edward Norton es ese hombre?

Ni siquiera te voy a contestar esa pregunta.

¿Pero él tuvo mucho que ver con la nueva película ‘Frida’?

Él escribió el guión.

¿Se lo pediste?

Yo tenía un guión. No se lo pedí. Él se ofreció. El hijo de García Márquez, Rodrigo García, era el escritor y había hecho un trabajo maravilloso haciendo el guión. Cuando la directora Julie Taymor se involucró en el proyecto, lo llamamos para que escribiera pero Rodrigo no podía porque estaba dirigiendo una película. Entonces, Edward se ofreció para escribirlo. Y tuvimos la suerte que se llevó bien con la directora, que le gustó mucho su trabajo.

¿Entonces la realidad tiene algo que ver con la historia de Frida Kahlo, cuando ella le va a pedir la opinión de sus pinturas a su gran amor, Diego Riviera?

No. Porque yo no le pedí opinión. Él vino.

¿Sabías que Madonna y Jennifer López también estaban atrás de esa misma película?

Sí. Y mucha gente más. En el caso de Madonna, al haber querido hacer la vida de alguien que no era conocido en Estados Unidos, creo que me ayudó a mí después.

¿Y cómo fue que les ganaste de mano?

No lo sé, porque yo no estaba compitiendo, no lo veo como que gané o no. Yo hacía siete años que venía tratando de hacer este proyecto. Nunca supe de los otros ni lo vi como una competencia. Te cuento… Cuando yo acababa de llegar a Estados Unidos, hace once años, iban a hacer esta película ‘Frida’ con Laura San Giacomo. Pero antes que la hubieran elegido a ella, como yo sabía que estaban buscando, traté de pedir que me vieran para este papel. Pero no me quisieron ver. Mandaba casetes, hablaba por teléfono a una oficina de San Francisco que tenía el director y sinceramente, nunca hablé con él. Apenas si llegué a la secretaria. En un momento dado, pregunté si habían visto mi casete… Imagínate mi inocencia que yo les había mandado mi telenovela de México. Era lo único que tenía. Y aunque había tenido éxito en México, aquí no tiene ninguna validez. Así que hasta se reían de mí, pero yo pedía por favor que me vieran. Y me dijeron “Ya deja de hablar por teléfono y de mandar faxes y cartas. No existe ninguna posibilidad… porque estás muy joven…”. Me lo dijo para ser buena gente conmigo, para no decirme “Porque no eres nadie” (riendo). Y yo les contesté “bueno, van a ver que esta película no se hace hasta que yo no tenga la edad”. Pero lo dije por decir algo, de bronca, porque estaba enojada.

¿Cómo convenciste también a Banderas, Ashley Judd, Geoffrey Rush y hasta Edward Norton para que no cobren la fortuna a la que están acostumbrados y que además acepten trabajar en la película?

Están pagados con una miseria. Tienen el sueldo mínimo de un actor normal. Ni siquiera de una estrella. Pero son amigos míos, cercanos, de muchos años. A ninguno tuve que convencerlos. Me moría de la vergüenza. Fue tan fácil… La que me dio más ánimos fue Ashley (Judd) porque fue la primera que le hablé. Es una mujer muy generosa, muy inteligente y muy mágica. Le hablé un día y platicamos. Le hablé al otro día, aunque no vivíamos en la misma ciudad. Al tercer día, ella estaba trabajando a punto de hacer una escena. Y le dije que quería preguntarle una cosa, si se acordaba de mi película de Frida Kahlo. “Ay, cómo no me voy a acordar si no te callas la boca con lo de Frida”, me dijo. Entonces le pregunté si sabía quién era Tina Modotti. Y cuando me dijo que no, yo empecé a tartamudear. Ashley me paró y yo pensé que era para decirme que no tenía tiempo para mis tartamudeos. Pero no. Me dijo “Salma, la respuesta es sí”.

¿Qué demoró tanto el proyecto?

Dos veces se cayó la financiación. Y varias veces, no llegábamos al presupuesto. Esta película se cayó muchas veces.

¿Nunca bajaste los brazos?

Yo creía en este proyecto, creía en esa película y era importante para mí contar esta historia. Como actriz, una siempre anda contando la historia de otro, la historia que no es importante para ti. A veces te toca una historia que te conmueve o la historia que no es importante para nadie, más que entretener.

¿Pero es cierto que la primera vez que viste los cuadros de Frida Kahlo te parecieron horribles?

Pero tenía 14 años. Y nunca me olvidé de ellas. Nunca me las saqué de la cabeza. Me intrigó inclusive.

¿No tuviste miedo que otras personas tuvieran la misma reacción con tu película?

En el peor de los casos, si alguien hubiese tenido la misma reacción, hubiera visto la película y a lo mejor, no le hubiera gustado, pero no se hubiera olvidado nunca. Te lleva a buscar un libro y otro libro, de un museo a otro museo, como pasó conmigo. Pero no me importa. Hay cosas que una hace, no porque planeo lo que va a pasar con lo que hice o cual va a ser la reacción de la gente. Las cosas que uno hace de verdad, de corazón, las tienes que hacer.

¿Te das cuenta cómo valoran toda esta lucha en Hollywood?

Hay mucha más reacción de lo que yo me esperaba, que sinceramente, la gente no lo sabe… Pero esta película no es un tema comercial. Es una peliculita de arte. Miramax la saca en cuatro cines. La película no tiene un gran lanzamiento, pero como otra gente empezó a hablar, crearon un interés, como si hubiera una carrera. No fui yo. Otra gente empezó y todos se interesaron por chisme, algo que me molestaba mucho, porque para mí era un trabajo muy serio. Y luego, cuando hacemos la película, sin anuncios de televisión, ni posters… vamos al Festival de Venecia y tuvimos muchísima atención. Pero cuando yo estaba haciendo el proyecto nunca me lo imaginé.

¿También estás preparada para el Oscar por ‘Frida’, porque ya se habla de nominaciones, seguro?

Pues no sé. Eso no se viene seguro. No se puede saber. Me halaga mucho que todos los periodistas hablan de eso. ¡Qué bueno! Ya eso es ganancia.

Suponiendo que mañana te dieran el Oscar ¿aquién se lo dedicarías?

No te lo voy a decir, porque capaz que me lo entregan y ya no hay sorpresa…

¿Exiges fidelidad en tu pareja, igual que Frida?

— Ella no exige fidelidad, sino la lealtad. Yo exijo también la fidelidad. En ese sentido, soy más exigente que Frida.

Ahora que lograste el éxito con películas de calidad, ¿ya no vamos a volver a verte en películas comerciales?

Claro que sí. De todo un poco, pero sí hay algo que me gusta… Ahorita estoy desarrollando, una comedia romántica que me encanta. Estoy prendidísima y es diferente, tiene su chiste, pero es una comedia romántica.  

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