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La alegría de Paquito

Orlando [email protected] Corre, salta, ríe, grita, escribe en letra de carta y de molde, estudia Computación, juega fútbol y nintendo, canicas, “arriba la pelota”, se lava los dientes todos los días, ve televisión y hace lo que todo niño de 14 años sabe hacer a esa edad: vivir la vida. Así es Juan Francisco Navarrete […]

Orlando [email protected]

Corre, salta, ríe, grita, escribe en letra de carta y de molde, estudia Computación, juega fútbol y nintendo, canicas, “arriba la pelota”, se lava los dientes todos los días, ve televisión y hace lo que todo niño de 14 años sabe hacer a esa edad: vivir la vida. Así es Juan Francisco Navarrete Díaz, mejor conocido en todo Estelí como “Paquito”.

“Paquito” es el mayor de cuatro hermanos y tiene muchos sueños que realizar en la vida. Su vida ha sido dura y su futuro se torna incierto. Nació sin sus dos extremidades superiores y padece de xifoescoliosis , que es una incurvación y desviación de la columna vertebral. Hasta los cinco años dejó de arrastrarse en el suelo y empezó a dar sus primeros pasos. Se caía, se levantaba, se caía de nuevo y seguía intentándolo, hasta que pudo caminar por su cuenta.

En la escuela, algunos profesores no lo querían aceptar por su discapacidad, pero él insistió hasta que lo aceptaron y hoy cursa el cuarto grado de primaria en la Escuela Monseñor Arnulfo Romero del barrio El Rosario, en Estelí, con buenas notas y buena caligrafía. Para escribir, sus compañeros de clases le ayudan a poner una mesita especial delante de su pupitre, donde apoya su pie izquierdo con el que dibuja, pinta y hace todas sus tareas.

Inteligente, dinámico, alegre y dueño de un admirable entusiasmo, para “Paquito” no hay obstáculos que lo pueda vencer, al contrario, ante sus limitaciones físicas, ha desarrollado nuevas aptitudes para vencer las dificultades y así, ha convertido su pie izquierdo en su principal aliado para escribir, comer, asearse, caminar, jugar fútbol y hasta dominar la computadora.

Andicap, un organismo no gubernamental, lo becó con un Curso Básico de Computación, el que aprobó con excelentes resultados. Ahora su sueño es continuar preparándose hasta llegar a ser un experto en computación. Mientras tanto, sigue estudiando su primaria y cuidando su puesto como defensa del equipo infantil de fútbol Saprisa, de Estelí, porque esa es su mayor pasión. Pero el pediatra José Joaquín Solórzano, que lo chequeo, aconsejó: “Debe dejar de jugar fútbol, porque ese ejercicio le está haciendo daño en el pie derecho, que es donde apoya todo el peso de su cuerpo para caminar”.

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