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Una de las cosas que más resienten los liberteños es la falta de buenas vías de comunicación terrestres, tanto de sus caminos troncales como de las calles de la ciudad.

La Libertad, Chontales estancada por la maldición del oro

En marzo de 1895 La Libertad fue elevada de villa a ciudad, en el mismo decreto en que el general José Santos Zelaya elevaba a esa misma categoría a Boaco y apenas a villa a Camoapa, actualmente son más prósperas que La Libertad Rosario Montenegro Zeledón [email protected] De primera impresión parece un pueblo construido para […]

  • En marzo de 1895 La Libertad fue elevada de villa a ciudad, en el mismo decreto en que el general José Santos Zelaya elevaba a esa misma categoría a Boaco y apenas a villa a Camoapa, actualmente son más prósperas que La Libertad

Rosario Montenegro Zeledón [email protected]

De primera impresión parece un pueblo construido para la filmación de una película del Viejo Oeste norteamericano, por el predominio de sus casas de madera, con amplios corredores exteriores y jinetes cabalgando por las principales calles.

Sin embargo, La Libertad, Chontales, es mucho más que eso.

Es la cuna de personalidades que han ostentado y aún ostentan poder político, religioso y militar en el país. Aquí nacieron el cardenal Miguel Obando y Bravo, jerarca de la Iglesia Católica; Daniel Ortega Saavedra, ex presidente de Nicaragua y principal líder del Frente Sandinista; el mayor general Omar Halleslevens, Jefe del Estado Mayor del Ejército de Nicaragua; el empresario Carlos Garzón, monseñor Rafael Obregón, el guerrillero sandinista Rigoberto Cruz “Pablo Úbeda”, entre otros.

Pero también este municipio está asentado sobre grandes yacimientos minerales, el más importante, oro, que ha sido extraído en incalculables cantidades durante los últimos 200 años. Según algunos de sus pobladores, ha sido tanto, que bien hubiesen hecho sus calles con este mineral y todavía vender su excedente.

Sin embargo, lejos de tener calles de oro, los liberteños sólo cuentan con algunas adoquinadas. Sus carreteras troncales son de macadán y están en pésimo estado.

Pese a que La Libertad sigue aportando riqueza mineral y ganadera, ha habido un estancamiento en su progreso, el que sólo queda en los recuerdos de los mayores o en los registros de la historia, de que éste era un pueblo próspero a finales del siglo XIX e inicios del XX.

Tan es así que el 4 de marzo de 1895 La Libertad fue elevada de villa a ciudad, mediante el mismo decreto del presidente José Santos Zelaya, que designó ciudad a Boaco, y a Camoapa, villa. “Hoy esos dos lugares tienen universidades y nosotros ni siquiera un politécnico”, resiente Kauffman.

CON COSTO UNA TROCHA

Darwin Kauffman, un hombre conocedor de la historia de La Libertad y administrador del Beneficio Minero Los Ángeles, S.A. (Bemilasa), en donde se procesa la broza que extraen unos 150 pequeños mineros, considera que el trecho de 32 kilómetros que los separa con la cabecera departamental, Juigalpa, con costo alcanza la categoría de trocha o camino.

Aquí la historia es la misma de todos los pueblos mineros, todas las riquezas se las han llevado “y a nosotros con dificultad nos quedó el cuento y es que los que miran oro, oro se quieren llevar y no quieren dejar nada”. Es por ello que los pobladores de La Libertad resienten que a pesar que han aportado tantas riquezas al país, el municipio no ha sido compensado con el progreso que debería tener.

UNA MINA DE SAL HUBIERA DADO MÁS PROGRESO

“Yo creo que si La Libertad tuviera una mina de sal, le hubiera dado más progreso que con las minas de oro”, comenta Kauffman.

Agrega que esta situación se da porque las grandes concesiones de explotación han estado en manos de extranjeros, a quienes los diferentes gobiernos les han dado muchas prerrogativas, en compensación por las inversiones que realizan, los empleos que generan, pero lo peor los pocos impuestos que pagan, quedan en Managua.

Sin embargo señala que lo más triste es que muchas veces ni siquiera ha sido el país el beneficiado, sino que las personas encargadas de otorgar las concesiones durante los diferentes gobiernos.

“ Lo que tenemos, por lo que se llevaron, no es ni siquiera la sombra , los liberteños y los de Santo Domingo(otro pueblo minero vecino) con toda esta riqueza que hemos entregado durante más de 200 años, no es para andar preguntando cuándo nos van a reparar la carretera de Juigalpa a La Libertad-Santo Domingo, la que desde hace 50 años debió haber sido pavimentada, pero lo que tenemos es una trocha, un camino más”.

MUCHO EMPLEO, POCA CALIFICACIÓN

Señala que en otros lugares donde no se produce nada, “tienen lindas carreteras y es irónico que pueblos que hemos generado tantas riquezas no tengamos esas buenas carreteras”.

Aunque reconoce que no todo ha sido negro para los liberteños, pues señala que en cuanto al empleo pueden decir que son privilegiados, si se toma en cuenta la situación en el resto del país.

Mientras a nivel nacional el índice de desempleo anda por el 60 por ciento, en el casco urbano de La Libertad no sobrepasa el 25 por ciento, pero con la desventaja de que la mayoría de los empleados tienen baja calificación y es por ello que los principales puestos son ocupados por técnicos y profesionales extranjeros.

Esta situación está relacionada con la falta de progreso en este municipio, pues para Kauffman debería existir, como mínimo, un politécnico que cubra los dos perfiles productivos de la zona, la minería y ganadería.

TODA UNA VIDA ENTERRADO

Don Cipriano López desde los 18 años inició su labor como minero y hoy a sus 77 sigue ejerciendo este oficio.

En La Libertad no es difícil encontrar un minero, de hecho prácticamente en cada hogar hay uno o más. Lo que sí es difícil es encontrar a alguien que haya laborado en las épocas del mayor auge minero, “esos somos contados con los dedos”, dice don Cipriano López Castillo, un sobreviviente de las minas.

Don Cipriano tiene 77 años, a los 18 incursionó en el mundo de las minas y todavía se resiste a abandonar el oficio, pero ahora ya no lo hace como empleado de ninguna transnacional, sino como pequeño minero o “pequeño empresario”, como prefieren algunos que les llamen.

En los años cuarenta, cuando él empezó este oficio, hasta la década de los setenta los mineros trabajaban en condiciones muy difíciles, sin ninguna protección, según cuenta. “Por eso es que en esa época no era extraño ver cómo muchos mineros terminaban sus días dañados (con tuberculosis), con asma, pulmonía, con artritis o enterrados a 800 pies debajo de la tierra”.

“ANTES ERA A PURA PENCA, AHORA A PURA MÁQUINA”

Y es que aunque el trabajo de los mineros representa muchos riesgos, don Cipriano considera que ahora laboran en mejores condiciones, ya que las empresas les suministran equipos de protección como: cascos, guantes, anteojos, botas especiales y el trabajo se hace con máquinas y tractores. “Antes todo era a pura penca, ahora es a pura máquina, es más fácil”.

Aunque dice que él nunca tuvo un accidente serio, en las minas muchos obreros quedaron enterrados, “ Yo por suerte sólo tuve escapes (sustos), es que uno se metía sin ninguna protección a 800 pies bajo tierra”.

Dice que de sus viejos compañeros, ya sólo quedan unos cuatro. “Todos fueron cayendo, la mayoría murieron dañados y en la miseria”.

También don Cipriano resiente que en la época de los Somoza nunca tuvo derecho a vacaciones, seguro, ni ningún beneficio.

Y es que esta situación le provocó que al jubilarse sólo le reconocieran los diez años que laboró durante la Revolución Sandinista, pese a que durante más de 40 años trabajó en diferentes empresas mineras.

“Viví toda la vida enterrado, para que hoy sólo me den 700 pesos, cree usted que con eso me pueda mantener?, interroga don Cipriano.

DATOS DEL MUNICIPIO DE LA LIBERTAD

El municipio de La Libertad pertenece al departamento de Chontales, tiene una extensión de 761 kilómetros cuadrados, de los cuales cinco kilómetros pertenecen a la cabecera municipal, que lleva el mismo nombre.

Está localizado a 175 kilómetros al noreste de la capital y a 32 de la cabecera departamental de Chontales, Juigalpa.

Cuenta con una población de 13 mil habitantes, de los cuales el 58.5 por ciento está asentada en el área rural y el 41.5 en la parte urbana. Las principales actividades económicas son la ganadería, la minería y el comercio.

La fecha exacta de su fundación se desconoce, pero algunos historiadores señalan que pudo ser entre 1816 y 1852.

LAS SEÑAS DE UN LIBERTEÑO

Años atrás el liberteño se conocía porque recogía cuanta piedra encontraba, la escupía y la examinaba para ver si tenía oro; si montaba toros en las fiestas tradicionales, o si andaba desvelando a medio mundo con una guitarra.

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