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Las protestas en contra de los servicios básicos en el país fueron muchas, pero ninguna tuvo una convocatoria masiva.

Consumidores golpeados por alzas y mala facturación

Moisés Martí[email protected] Los servicios básicos principales (agua y luz) continuaron en deuda con los consumidores. El anuncio de nuevos proyectos para mejorar la distribución de agua fue amargado con un aumento del siete por ciento en la tarifa, mientras que la energía eléctrica se vio apagada ante las miles de anomalías en su facturación, provocando […]

Moisés Martí[email protected]

Los servicios básicos principales (agua y luz) continuaron en deuda con los consumidores. El anuncio de nuevos proyectos para mejorar la distribución de agua fue amargado con un aumento del siete por ciento en la tarifa, mientras que la energía eléctrica se vio apagada ante las miles de anomalías en su facturación, provocando la mayor ola de reclamos en contra de un proveedor en los últimos años

La Empresa Nicaragüense de Acueductos y Alcantarillados (Enacal) atravesó un año de altibajos, al combinar el arranque de grandes proyectos de inversión como el saneamiento del Lago de Managua, con una alza en el servicio de agua potable y la constante crisis de desabastecimiento en la capital.

El principal golpe que recibieron los usuarios durante el 2003, fue el anuncio de un alza en la tarifa de agua potable de un siete por ciento a nivel nacional, la que se comenzó a aplicar desde junio pasado.

Las autoridades de Enacal alegaron que el alza se debió ante los excesivos costos de operación y la reducción en los ingresos por colecta, debido a la alta mora que carga la empresa por las irregularidades en el pago de la factura por la mayoría de los usuarios del servicio.

No obstante, las autoridades de la empresa sostienen que este porcentaje de incremento en la tarifa no solventa completamente la crisis financiera de la empresa, por loque durante el 2004 la posibilidad de un nuevo incremento continuará pendiendo sobre los bolsillos de los consumidores.

Estos mismos factores de crisis también fueron los que incidieron principalmente para que a principios de este año la empresa llevara a cabo un recorte de personal de casi 300 empleados, dado que la capacidad financiera de la institución no podía soportar esta carga laboral.

Asimismo, persistieron los problemas para cumplir con el abastecimiento de agua potable en decenas de barrios de Managua, debido a anomalías por fallas en el fluido eléctrico, la obsolescencia en la mayoría de equipos de bombeo y una falta de inversión provocada por los problemas presupuestarios de la empresa.

Otra de las deudas que dejó pendiente Enacal es la falta de un proyecto claro para la renovación de la tubería que recorre la capital, que en más de un 90 por ciento ya cumplió su vida útil, lo que facilita la proliferación de fugas.

REFORMA FAVORABLE

Por otro lado, las autoridades de la empresa se anotaron una importante victoria cuando hace poco más de un mes, los diputados de la Asamblea Nacional reformaron la Ley Creadora de Enacal.

Esta reforma estableció que Enacal dejó de ser una compañía comercial, para convertirse en una entidad estatal con carácter de servicio público, permitiéndole gozar de exoneraciones de impuestos y la facultad de emprender procesos civiles contra los usuarios que consumen más de mil córdobas mensuales o a quienes se les compruebe que derrochan o estafan a la institución.

Asimismo, esta reforma también contempló que esa empresa pasó a formar parte de los grandes consumidores de energía eléctrica, lo que le permite comprarla directamente a los generadores eléctricos y sólo pagar un pequeño peaje a Unión Fenosa.

De acuerdo a cifras oficiales, con esta reformas, Enacal podrá contar con 80 ó 100 millones de córdobas para extender y mejorar la red de distribución.

Enacal también modificó considerablemente su política de atención a los usuarios durante el 2004, al implementar varios planes que implicaban el perdón de una parte de la mora a aquellos usuarios con más de dos años de deuda con la empresa, facilidades de arreglos de pagos, legalización del servicio y una política de corte del servicio más flexible, que conlleva no retirar el tubo cuando se dé la suspensión del servicio.

OTRO OSCURO AÑO DE UNIÓN FENOSA

En el caso de la energía eléctrica, el 2003 no fue el año de la distribuidora eléctrica de capital español, Unión Fenosa, la que prácticamente fue bombardeada por denuncias de todos los sectores, desde los empresarios e industriales hasta los habitantes de los asentamientos más pobres del país.

A eso hay que agregarle las constantes solicitudes de alza de la empresa, justificadas por la distribuidora por las fuertes variaciones en el precio internacional del petróleo y la severa iliquidez financiera que enfrentó a mediados de año, lo que provocó que Fenosa incumpliera con el pago por la compra de energía a las generadoras, ocasionando que éstas amenazaran en más de una ocasión con suspender el suministro de energía para provocar una racionamiento del servicio.

El año no pintó bien para Fenosa desde enero mismo, luego que el Instituto Nicaragüense de Energía (INE) multó a la empresa con 535 mil 473 córdobas, por ser la responsable de un accidente en que perecieron electrocutados seis campesinos y varios resultaron heridos.

Posteriormente, con la crisis internacional provocada por la guerra en Irak, Fenosa manifiesta la necesidad de un alza en la tarifa de energía por el orden del 20 por ciento, debido a que las variaciones en el precio del petróleo han provocado pérdidas a la empresa que superan el millón de dólares.

EL DOLOR DE CABEZA DE LA “NO REGISTRADA”

Sin embargo, la solicitud de alza de la empresa no pudo ser en peor momento. Marzo y abril se caracterizaron por centenares de denuncias dramáticas que hablaban de recibos por miles de córdobas en humildes viviendas, las que tal vez sólo contaban con un bombillo y un televisor como aparatos eléctricos.

Sólo la Red Nacional de Defensa al Consumidor registró en abril más de cinco mil denuncias en contra de Fenosa. Los principales reclamos vinieron por los cobros exorbitantes del concepto conocido como Energía No Registrada (ENR).

Los grupos de ciudadanos preocupados y con recibo en mano, golpearon las puertas de la Asamblea Nacional ante las constantes anomalías en la facturación de parte de Fenosa.

Los diputados no perdieron la oportunidad de capitalizar políticamente estas denuncias colectivas y luego de semanas de repetidos discursos en apoyo a los consumidores, decidieron interpelar ante el plenario completo del Parlamento a las principales autoridades de Unión Fenosa.

El 25 de junio, Fenosa atravesó el “día más negro” desde que están presentes en Nicaragua. Con decenas de pobladores lanzando improperios e insultos, las autoridades de Fenosa tuvieron que “tragar gordo” ante una serie de seis medidas dictaminadas por la Junta Directiva de la Asamblea Nacional y un paquete de reformas a la Ley de Industria Eléctrica, que posteriormente fueron vetadas por el presidente Enrique Bolaños. Sin embargo, los diputados se fueron de vacaciones navideñas sin pronunciarse sobre el veto presidencial.

No había terminado de curarse las heridas de esta batalla, cuando Fenosa se vio envuelta en otra controversia con la firma del contrato de alumbrado público con la Alcaldía de Managua.

Este contrato fue criticado por organismos de defensa al consumidor, alegando que con la firma se estaba escondiendo una nueva alza en este concepto. Hasta el momento, sólo la comuna capitalina ha firmado este contrato, el cual está autorizado por el INE.

Toda esta cadena de crisis cobró la cabeza de José Miguel Máiz, vicepresidente de Unión Fenosa en Nicaragua. Bajo el argumento oficial de rotaciones regulares en las altas esferas de las principales filiales del país, Máiz fue removido de su cargo.

En julio, Fenosa reconoce públicamente su situación de iliquidez financiera para poder saldar deudas con las generadoras de energía, motivando incluso a que se diera una situación de amenaza de racionamiento que finalmente fue resuelta por medio de las negociaciones.

Con la salida de Máiz, la que oficialmente se dio a mediados de septiembre, Fenosa se “nicaraguaniza” en busca de una mejor imagen que para agosto de este año era una de las peores en el país de acuerdo a las encuestas. Mario González, renunció a su cargo como director de Telcor y ocupó la Gerencia de Recursos de Fenosa. Asimismo, José Ley Lau, quien actuara antes como gerente de la generadora eléctrica Cemsa Amfels, pasó a ocupar el puesto de la gerencia de negocios de la distribuidora eléctrica.

Mientras dichos cambios se daban, Fenosa recibía otro golpe cuando el INE negaba por completo la solicitud de alza del 20 por ciento que hizo oficialmente en julio.

Esta negativa del ente regulador provocó que la empresa aumentara el tono del reclamo al Gobierno por la cancelación de una deuda de 49 millones de dólares en concepto de diversos factores del sistema eléctrico nicaragüense que la empresa asume como pago de Impuesto de Valor Agregado (IVA) y los impuestos municipales.

La distribuidora insiste en la necesidad de buscar como resarcir las pérdidas que alega tener por la deuda que le mantiene el Estado y las fuertes variaciones en el precio del petróleo.

Tomando en cuenta esta situación, Fenosa hace una nueva solicitud para un incremento en la energía eléctrica, que está por el 8.51 por ciento.

El INE analiza la solicitud y a mediados del presente mes autoriza un incremento de sólo un 1.45 por ciento, que a juicio del ente regulador es el porcentaje en el cual variaron los precios del petróleo, pero a su vez reconoce que el Estado ha abusado de Fenosa al no reconocer las pérdidas de esta empresa por asumir el pago el IVA y los impuestos municipales.

El cierre del 2003 para la distribuidora eléctrica tenía que ser a como fue su año: en medio de reclamos. Debido a un ataque de “amnesia política” de los diputados que se fueron de vacaciones sin pronunciarse sobre el veto presidencial a la Ley de Industria Electrica, el plazo de las medidas impuestas por los diputados expirará con la tiradera de cohetes a la medianoche del 31 de diciembre.

Fenosa ya anunció que volverá a implementar el cobro de la (ENR), concepto que casi los puso al borde del abismo, pero bajo una nueva modalidad que elaborada en conjunto con el INE con el fin de evitar las irregularidades que ocurrieron anteriormente.

Finalmente, se espera que la aplicación de la ENR será la primera “prueba de fuego” de la distribuidora en el 2004, por lo que esperan sortearla con mejor suerte que en el 2003, un año que definitivamente fue “oscuro” para la energía eléctrica nicaragüense.

INICIO DE SANEAMIENTO DEL LAGO

Este año a Enacal le tocó llevar adelante el proyecto más ambicioso comprendido en el Plan Nacional de Desarrollo: el inicio del saneamiento del lago de Managua.

Con la instalación de las primeras interceptoras en los bulevares que recorren desde las inmediaciones del Ministerio del Trabajo hasta las cercanías de colegio Loyola, se comenzó la primera fase de este megaproyecto que pretende tener completado el proceso para desviar las aguas negras para el año 2005.

Estos tubos, que retendrán las aguas negras que bajan desde el sector de Las Colinas, se extenderán a lo largo de 7.2 kilómetros y su instalación costará 57 millones de córdobas.

El proyecto, cuya fase más dura será a mediados del próximo año, cuando se inician las perforaciones en transitadas avenidas como La Ceibita, pretende llevar todas las aguas residuales a una planta de tratamiento que posiblemente será ubicado en las inmediaciones del barrio José Benito Escobar, ubicado a dos kilómetros al Oeste del Aeropuerto Internacional de Managua.

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