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Las remesas familiares de nicaragüenses en el exterior

José Antonio Poveda Salvatierra Las remesas se han convertido en las últimas décadas en un flujo de divisas de suma importancia para la economía nacional. Esta corriente constituye uno de los principales rubros del renglón de las transferencias corrientes de la balanza de pagos y representa una verdadera aportación de recursos en sectores específicos de […]

José Antonio Poveda Salvatierra

Las remesas se han convertido en las últimas décadas en un flujo de divisas de suma importancia para la economía nacional. Esta corriente constituye uno de los principales rubros del renglón de las transferencias corrientes de la balanza de pagos y representa una verdadera aportación de recursos en sectores específicos de la economía nacional. Su relevancia suele destacarse mediante la comparación con algunos indicadores económicos como la inversión extranjera directa, los ingresos por turismo y las exportaciones.

Las remesas llegan directamente a los hogares de los familiares de los emigrantes y cumplen un papel determinante en el sostenimiento familiar. Su efecto en las comunidades y hogares receptores a menudo se pone de manifiesto con la información relativa al monto y las modalidades de uso de estos recursos. La mayoría de los trabajadores disponibles da cuenta de un patrón general de uso de las remesas en Nicaragua, congruente con numerosas experiencias internacionales, que indica que la gran mayoría de los recursos recibidos se gasta en la satisfacción de necesidades básicas, la adquisición de bienes de consumo duradero y la compra y mejora de viviendas, mientras que sólo una pequeña proporción se destina al ahorro y a la llamada inversión productiva.

La importancia que tiene para los países y regiones, la magnitud del flujo de divisas que ingresa a sus economías por concepto de remesas del exterior ha despertado interés y preocupación creciente por convertir esos recursos en fuente de financiamiento del desarrollo económico y social en el ámbito nacional. En esferas gubernamentales vinculadas con la planeación económica y social, así como en diversos círculos académicos de los países receptores de remesas, se ha venido impulsando el estudio y análisis de una multiplicidad de facetas relativas al flujo de remesas. Nicaragua no ha sido la excepción y en la actualidad no sólo se elaboran estudios específicos en esta línea de investigación, sino que también está en marcha la aplicación de proyectos específicos encauzados a aprovechar y emplear de manera más organizada los recursos procedentes de Estados Unidos, derivados de la emigración. Los resultados que arrojan los principales estudios en Nicaragua hablan de una realidad que, si bien comporta singularidades propias de la forma en que se expresa el fenómeno más general de la emigración internacional de Nicaragüenses por falta de oportunidades laborales o de otros factores, también contiene características más o menos generales. Entre estas últimas destacan las siguientes: 1- Pese a que el flujo de remesas no llega de manera uniforme a toda la geografía nacional, sino que tiene como destino un espacio más o menos acotado y concentrado del territorio nicaragüense, el monto agregado que se calcula y se registra en la balanza de pagos se dispersa en pequeñas cantidades entre un gran número de unidades familiares, en distintas temporadas del año. 2- Los envíos de dinero procedentes de Estados Unidos representan una fuente de ingreso fundamental de la economía familiar de los hogares receptores. 3- Las unidades domésticas receptoras de remesas dedican y gastan la mayor parte de éstas en satisfacer las necesidades básicas de los miembros del hogar. 4-En consonancia con lo anterior, una mínima porción de las remesas que llegan a los hogares se destina a algún tipo de inversión productiva o al ahorro.

En el conjunto de líneas de acción en torno de los canales de envío y la conversión de las remesas y sus receptores se encuentran las siguientes:

1. Servicios de transferencia de remesas con orientación social. La idea, en términos generales, consiste en la creación de un organismo de naturaleza social que se dedique a realizar las transferencias de las remesas de Estados Unidos a los lugares de destino, ofreciendo un servicio eficiente y eficaz, que la haga competitiva frente a los demás intermediarios, pero con la diferencia de que dedique el remanente por ganancias de operación al financiamiento de proyectos productivos en Nicaragua.

2. Organizaciones sociales como operadores cambiarios. En este caso se trata de la posibilidad de habilitar a organizaciones sociales específicas para que operen como casa de cambio, quizás con tipos de cambio preferenciales, que permitieran que cierta porción de las transferencias alimentara fondos de recursos para el financiamiento de proyectos productivos.

3. Fondos de garantía. Vinculada con las anteriores, esta línea consiste en la posibilidad de emplear un porcentaje de los envíos de dinero que llegan a los hogares en la construcción de fondos de garantía destinados a respaldar actividades de fomento de la producción, el comercio o la vivienda.

Las características de algunas propuestas para promover el uso productivo de las remesas revelan la importancia de avanzar en la definición de estrategias generales y en la instrumentación de programas que incorporen aspectos vinculados con la tradición migratoria, la cultura y por supuesto, las particularidades sociales y económica de nuestro país. Entre los aspectos que merecen especial consideración en la formulación y puesta en marcha de estos programas destacan: los esfuerzos dirigidos a promover la libre y decidida participación de los emigrantes y sus familias, para aprovechar al máximo los recursos enviados con tanto sacrificio, esfuerzos y lucha laboral y la identificación de alternativas de inversión y proyectos productivos viables y autosustentables que tomen en cuenta las posibilidades de las diversas necesidades, así como su inserción en el marco más amplio de las políticas y los programas de desarrollo nacional.

No hay duda de que los esfuerzos en esta dirección pueden redundar en importantes aportaciones en beneficio de los emigrantes, sus familias y el país en general.

El autor es catedrático de la UNAN-León.

Economía

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