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Grisis Siknis, una lucha de espíritus

La locura colectiva o síndrome de Grisis Siknis es un fenómeno de vieja data. Según el investigador Avelino Cox Molina, en su obra Sukias y curanderos refiere que el padecimiento que produce toda clase de fenómenos ópticos en sus víctimas, es causado por los espíritus Liwa, Patas, Unta Dukia, Ulak y Kuah Dawanka Walter Treminio […]

  • La locura colectiva o síndrome de Grisis Siknis es un fenómeno de vieja data. Según el investigador Avelino Cox Molina, en su obra Sukias y curanderos refiere que el padecimiento que produce toda clase de fenómenos ópticos en sus víctimas, es causado por los espíritus Liwa, Patas, Unta Dukia, Ulak y Kuah Dawanka

Walter Treminio UrbinaCORRESPONSAL/[email protected]

Su nombre original es Pauka Prukan. Es popularmente conocido como el síndrome de Grisis Siknis, una enfermedad que ataca solamente a la raza miskita desde febrero del año 1881. Para la población miskita este mal es el resultado de la lucha entre espíritus buenos y malos, que refleja la naturaleza ambivalente no sólo del mundo sino también del brujo, curandero y del profeta.

Durante los años 1881 a 1883 las comunidades miskitas de la Costa Atlántica experimentaron un fenómeno de arrastre masivo, la gente era sobrecogida por fuertes convulsiones en todo el cuerpo, se ponían a sudar copiosamente y finalmente la víctima caía agarrotada, muda, inconsciente y sin ninguna clase de alimento.

Las personas afectadas percibían toda clase de fenómenos ópticos, sueños y rostros. Según el libro del profesor Avelino Cox Molina, titulado Sukias y curanderos, explica los fenómenos que causan las enfermedades provocadas por los espíritus Liwa (sirena), Lasa (demonios), Patas (cadejo), Unta Dukia (dueño del ceibo), Ulak (simimique), Kuah Dawanka (dueño del chilamate), Awas Dawanka (dueño del pino) todos encerrados en el Isingni (espíritu) humano, el que indistintamente es también conocido con el nombre de Lahla y Supa Dusa.

La investigación de Cox Molina señala que el Grisis Siknis o Pauka Prukan ha existido por muchos años en los pueblos indígenas de la Costa Atlántica. Los Dil Man (demonios) que se apoderan de la mente de los miskitos y miskitas que habitan en comunidades alejadas de una civilización, tienen como objetivo controlar a toda una población y mantenerla dominada a través de varios hechizos.

Esta enfermedad es tan poderosa, según Cox Molina, que provoca síntomas como vómitos, fiebres altas, inflamación en el estómago, convulsiones, pérdida del conocimiento, adelgazamiento acentuado, nerviosismo y pesadillas recurrentes y ha tenido presencia en las comunidades de Laguna de Perlas (1881), Andrés Tara (1971), Awastara (1996), Krin Kin (2000), Mani Watla (2002), Rayti y Namahka (2003).

El investigador sostiene que los pueblos indígenas eran extraordinariamente religiosos y politeístas, contaban con una gran cantidad de dioses. Manifestaban una gran temor hacia sus deidades, los rituales y prácticas eran respetados y se trataba de la comunicación con los grandes espíritus, de esta forma las comunidades miskitas se han visto afectadas por una serie de hechizos que continúan practicando los Dil Man, en busca de controlar la mente humana hasta el punto de adueñarse de su alma.

LA TRILOGÍA

El Sukia es escogido por los espíritus y puede ser abordado en sueños y visiones. Este don se hereda de la familia “no es cualquier persona la que tiene este poder, en primer lugar se le revelan los espíritus y les transmiten su poder de curar a través de los sueños, sólo este tipo de persona es capaz de sanar a seres humanos que presentan los síntomas del Grisis Siknis o Pauka Prukan”, afirma el profesor Avelino Cox Molina, escritor de origen miskito.

Existen diferentes Sukias y cada uno tiene su propia especialidad espiritual, utilizan danzas, cantos y rituales que liberan a la gente afectada con el Grisis Siknis o mal de locura colectiva.

El o la sukia tiene el poder de curar las enfermedades que provocan la aparición de la Liwa (sirena), los Isignis (espíritus de muertos) y el Duhindo (duende), estos tres tipos de apariciones mantienen hechizadas a más de 100 personas de las comunidades de Raití y Namahka que desde octubre del año pasado fueron poseídos por los Lasa o Dil Man ((demonios).

LA CURA DEL SUKIA EN EL GRISIS SIKNIS

Según la descripción del libro Sukias y curanderos, se ha demostrado que la medicina tradicional practicada por los Uhura (curanderos) y Sukias tiene un buen potencial y su eficacia es de gran alcance en tiempos de proliferación de enfermedades incurables o de origen espiritual, que han sido provocadas por mentes criminales.

Una vez identificado el hechizo que utilizó el Dil Man, el Sukia rocía de agua compuesta de varios tipos de plantas los lugares donde tienen presencia los Isingnis (espíritus). Si la persona fue afectada por la aparición de la sirena del río, ahí mismo la curandera recoge unas piedritas de las profundidades y se ponen a calentar y cuando están al rojo vivo se le echa un poco de agua a través de unos tubos construidos de bambú y el vapor que sale debe ser aspirado por el paciente, esto ahuyenta al espíritu de la Liwa (sirena).

Cuando los comunitarios están afectados por los Duhidos (duendes) de las montañas, el Sukia visita el lugar y después de varias oraciones en secreto riega un líquido verde y otro azul a la orilla del bosque y saca a los Lasa (demonios) del monte, sin embargo las personas con la enfermedad deben de permanecer bajo un control absoluto de la curandera, de lo contrario se puede producir un impedimento al momento de la curación.

El trabajo del Sukia es peligroso y oscuro. El poder de él o ella no es algo que pueda tomarse a la ligera, refiere el investigador, uno de los efectos es que en ocasiones la gente teme ser llamada por los espíritus y convertirse en Sukia, “esta transformación es algo especial, los Isingnis no le aparecen a todo tipo de persona, ellos (espíritus) detectan a las personas que provienen de familias que han sido Sukias en sus épocas, es algo como un don bajado del cielo”, indicó Avelino Cox Molina.

UHURA (CURANDERO)

Los curanderos vienen transmitiendo sus conocimientos y mantienen viva la tradición, especialmente en la cura de diferentes enfermedades que no son de origen espiritual y por lo tanto la cura de los enfermos es específicamente con el uso de la medicina tradicional (aplicación de las plantas medicinales).

Los Uhuras intercambian algunos conocimientos, especialmente de las plantas medicinales que entre más exóticas mayor valor tienen. Los curanderos son capaces de sanar resfriados, dolores internos, problemas cardiacos, úlceras, vómitos, dolores de cabeza, etc.

UKULY ( PROFETA)

El Ukuly es conocido como “el hacedor del tiempo y del viento”, que es golpeado por el rayo cósmico, “es un llamado que le hacen los grandes espíritus del espacio llamado Prahuku, quien utiliza a los hombres y mujeres como sus intermediarios y sus representantes”, apunta el escritor indígena Cox Molina.

Curiosamente los Ukuly han dejado de existir en las comunidades que mantienen a los Sukias y los Uhuras (brujos y curanderos), sin embargo llama mucho la atención que en el año 1883 en Laguna de Perlas, los Ukuly sanaron el problema del Grisis Siknis utilizando títulos femeninos tales como: Pasa Yapti (madre del viento) y Pauta Yapti (madre del fuego).

La misión de los profetas era evitar los malos espíritus en las comunidades, plagas en las plantaciones, los cultivos y limpiar los caminos de los Isingnis Lasa (espíritus negativos o demonios).

Las curaciones que practicaban los Ukuly eran diferentes a las de los Sukias y curanderos, estos profetas orientaban a los comunitarios a no cortar los árboles, no prender fuego cerca del lugar sacralizado, prohibían destazar animales y sus curaciones eran muy respetadas y admiradas por los indígenas. Mantenían constantes sueños reveladores de espíritus que les indicaban el tipo de plantas a usar en las personas afectadas por el Grisis Siknis o Prauka Prukan.

SUKIAS, UKULY Y CURANDEROS VIGENTES

El profesor Avelino Cox Molina de origen miskito recorrió todas las comunidades indígenas de la Región Autónoma del Atlántico Norte y comprobó la existencia de 40 personas que son determinadas como Sukias y curanderos y que a continuación los detallamos con nombres, apellidos y direcciones.

UHURA (CURANDEROS)

Anario Vencí, Santa Isabel, Río Coco.

Nacel Pacheco, Klar, Río Coco.

Adela Francis, Klar, Río Coco.

Awardi Clebaan, Saupuka, Río Coco.

Alejandro Molina, Prinzapolka.

Wadinia, Yulo, Llano Sur, Puerto Cabezas.

Saverio, Kum, Río Coco.

Wasaki, San Carlos, Río Coco.

Yanes, Kuywitingni.

Aman, El Carrizal, Río Coco.

J. Solís, Kisalaya.

Waitna Pihni, Mago Tara

Escolástico, Bilwaskarma, Río Coco

Burk , Wawa, Puerto Cabezas

Jesús George, Asang, Río Coco

Etelvina, Cocal, Bilwi.

Josefa Jaime, Waspam.

Nora Viuda de Burk, Wawa, Puerto Cabezas.

Jacinto Vencí, San Carlos, Río Coco.

Kitris, Saupuka, Río Coco.

Adolfo Pihni, Saupuka, Río Coco

Onofre Suazo, Waspam.

Joaquín Suazo, Waspam.

SUKIAS (BRUJOS)

Norma Martínez, San Alberto.

Herminia Emilio, Kum, Río Coco

Mitusa, Bismona, Río Coco

Mariana, El Carrizal, Río Coco.

Justina, El Carrizal, Río Coco

Mordialina, Kine Mía, Prinzapolka.

Ranulfa W. Esperanza, Río Coco.

Porcela Sandino, Barrio Cocal, Puerto Cabezas

Warly Pedro, Andrés Tara, Río Coco

Juana Taylor, San Alberto, Río Coco

UKULY (PROFETAS)

Mauro Wintingham, Kum, Río Coco.

Simeón Salvador, Mago Tara, Río Coco.

Job Wilson, Wasla, Río Coco.

Crimisna Borge, Asang, Río Coco.

Sungrun Pong, San San, Río Coco.

PIE DE FOTOS

1.- Los comunitarios, una vez que la curandera realizó sus curaciones, se deciden a jalar el agua que sirve para protegerse de los malos espíritus.

4.- Los hechiceros utilizan los muñecos para hacer sus fechorías, los Sukias recomiendan su destrucción una vez que son sacados de los cementerios.

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