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Nueva agenda para las Américas

Colin L. Powell

En la Cumbre de las Américas reunida en Quebec en abril de 2001, los líderes elegidos democráticamente en el Hemisferio Occidental se comprometieron a “fortalecer la democracia representativa, promover el buen ejercicio del Gobierno y proteger los derechos humanos y las libertades fundamentales”. Decidieron también “crear una mayor prosperidad y ampliar las oportunidades económicas, mientras se fomenta la justicia social y la realización del potencial humano”.

Desde entonces, nuestros gobiernos han venido colaborando para alcanzar esas metas, y hemos logrado progresos. Pero tenemos que hacer mucho más. En años recientes, muchos países han encarado graves crisis económicas, políticas o sociales. En muchos lugares, la pobreza sigue siendo inaceptablemente alta y el crecimiento inaceptablemente bajo. En gran parte del hemisferio las instituciones democráticas siguen siendo débiles y necesitan reformas.

Para continuar la labor iniciada en Quebec, el presidente Bush y sus colegas, los líderes de las Américas, se reunirán en breve en Monterrey, México. La agenda de la Cumbre de Monterrey incluye estimular el crecimiento económico, promover el buen ejercicio del Gobierno, luchar contra la corrupción e invertir en la gente, especialmente en educación y salud. El propósito dominante de la Cumbre es dar nuevo vigor a nuestra colaboración mediante la determinación de metas prácticas que puedan mejorar rápidamente las vidas diarias de la gente de la región.

Para estimular el crecimiento de base amplia, ayudaremos a los pequeños empresarios, a los agricultores y a las familias trabajadoras. Las empresas pequeñas y medianas son responsables del 80 por ciento de la actividad económica en América Latina y el Caribe y crean el 60 por ciento de todo el empleo. Tratamos de reducir o eliminar por completo los obstáculos al comienzo de una pequeña empresa, y de aumentar la disponibilidad de capital para iniciaciones y expansiones de empresas.

Ayudaremos a los pequeños agricultores asegurándoles un título legal claro de la propiedad de su tierra, y mayor acceso al crédito garantizado por ese patrimonio. Haremos que el envío de remesas de dinero de aquéllos que trabajan en el extranjero sea a la vez más fácil y menos costoso. También llevaremos servicios financieros a las familias trabajadoras. En pocas palabras, nuestro objetivo es hacer que el sistema del mercado libre opere equitativamente para todos los ciudadanos de la región.

En la Cumbre tomaremos también medidas nuevas y prácticas para poner en vigor la Convención Interamericana contra la Corrupción. Les denegaremos un refugio seguro a los funcionarios corruptos en fuga y a sus bienes. El Congreso de Estados Unidos ha declarado un delito grave el soborno de un funcionario público extranjero por parte de un ciudadano estadounidense, y revocaremos las visas de funcionarios extranjeros que consideremos son corruptos. Seguiremos colaborando con nuestros asociados regionales para mejorar su capacidad de enjuiciar a los que cometan delitos administrativos o burocráticos. Estamos decididos a hacer que el tesoro público se use sólo en beneficio público, no en beneficio privado.

Presionaremos también en favor de un acuerdo para mejorar los sistemas escolares y de cuidado de la salud en la región. Incluso los mejores sistemas escolares de América Latina y el Caribe se clasifican en la cuartilla inferior en las pruebas a nivel mundial. Esto es inaceptable. Nuestros niños necesitan una educación de alta calidad para tener éxito en la economía del siglo XXI. Si no encontramos los recursos para invertir hoy en esa educación, mañana pagaremos un costo mucho más alto en ganancias perdidas y niveles de vida más bajos.

Como primera medida, urgiremos a nuestros asociados que proyecten normas educativas bien definidas y que instituyan exámenes regulares para observar el progreso.

Finalmente, no podemos pasar por alto el reto de la salud pública que pende gravemente sobre nosotros. El VIH/sida es hoy una amenaza seria en las Américas, con cerca de tres millones de personas de la región ya infectadas. El Plan de Emergencia del presidente Bush para Alivio del sida, montante a 15,000 millones de dólares, el Fondo Mundial para Combatir el VIH/sida, la Tuberculosis y la Malaria y otra ayuda estadounidense apuntalarán los sistemas de salud de la región. Sin embargo, y dándoles la misma importancia, urgiremos a nuestros socios a emprender un programa general para detener la propagación del VIH/sida, porque nuestra ayuda mediante recursos no puede, por sí sola, hacer todo el trabajo.

Monterrey es una sede apropiada para la Cumbre de las Américas. Fue allí que en 2002 el presidente Bush expuso la nueva estrategia estadounidense de ayuda al desarrollo mediante la Cuenta del Reto del Milenio, basada en lo que hoy se conoce como el Consenso de Monterrey. En su labor asociada con gobiernos, comunidades y grupos comprometidos con el buen ejercicio del Gobierno, la Cuenta del Reto del Milenio se compromete a invertir en gente y a promover la libertad económica y las oportunidades para todos.

Éstos son los mismos principios que motivan nuestra estrategia para el Hemisferio Occidental. Queremos que todos los pueblos de las Américas crezcan juntos en paz y libertad. Para lograrlo, no es suficiente que políticos y diplomáticos prometan y pontifiquen. La Cumbre de Monterrey debe crear oportunidades reales para que la gente mejore su vida. En último término, ésta es la prueba que debe aprobar la Cumbre de las Américas, y vamos a hacer todo lo posible para asegurar que así sea.

El autor es Secretario de Estado de Estados Unidos.

Editorial
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