María José Zamora
Me imagino que el doctor mauricio martínez se sintió indignado después que leyó la forma procaz en que la diputada Jamileth Bonilla justificó su contratación como asesor del nuevo presidente de la Junta Directiva de la Asamblea Nacional. La diputada declaró que la contratación del doctor Martínez obedece a un acto “moral y solidario”, ya que el doctor Martínez ha estado defendiendo, sin salario (¿quién lo cree?) la causa de una persona injustamente detenida y acusada (Arnoldo Alemán), y que ella piensa que ésta es una oportunidad de darle de comer a él y a su familia, con una asesoría”.
Declaraciones de este tipo son una falta de respeto a los nicaragüenses. No es moral que el dinero del pueblo sea utilizado para pagar la defensa de uno de sus verdugos. Bajo ningún punto de vista es ético que el doctor Martínez sea a la vez el defensor de Arnoldo Alemán y asesor del presidente de la Asamblea Nacional. Si el doctor Martínez entiende lo que es la ética y la moral y su aplicación práctica, seguramente declinará a este nombramiento.