Julio I. Cardoze
Muy interesante el artículo de Carlos Mántica sobre cierta forma de hablar del nica (LA PRENSA, domingo 18 de enero), que pudiera interpretarse como mal hablado, pero que en realidad no es por el uso de eufemismos para suavizar el significado.
Mántica cierra su artículo diciendo: “Se fue para la yunai y acabó en cachimber boy allá en Miami. Y aquí la paro antes de que me cachimbeyen”. Sus comentarios giran alrededor de las palabras “cachimba” y “turca”, “cachimbazo” y “turcazo”.
Si tomamos la frase final, cuando dice: “Se fue para la yunai y acabó de cachimber boy en Miami”, usando las palabras eje que él utiliza podríamos componer otra, completando la frase de Mántica al final del artículo, y decir: “Se fue para la yunai y acabó de cachimber boy en Miami…. pero ese maje, en Miami de cachimber boy se gana diez o más turcas verdes americanas por hora, y en tres días gana más que lo que gana en un mes de medio cachimbeo, o medio turqueo, el noventa por ciento de los médicos o profesionales en Nicaragua, donde abogados, arquitectos e ingenieros hasta andan camellando de taxeros. El cachimber boy de Miami está pijudito, con tres golpes y más al día, carro, educación para sus hijos, casa, etc., mientras que el profesional de Nicaragua está cachimbeado, a tiempo salteado, por el descachimbamiento de la economíaa después que Daniel Ortega y sus cachimberos la desmambicharon, y además siguen desturcando al pobre paisito”.
Como vemos queridos amigos, el léxico nica es muy rico, interesante y excelente para la narrativa.