Mauricio Antonio Flores Hernández
El viernes 9 de enero fue elegida la nueva Junta Directiva de la Asamblea Nacional. Esa elección fue resultado de intensas negociaciones entre las diferentes bancadas del Poder Legislativo. Una vez más se demostró la importancia de reunificar las denominadas fuerzas democráticas y de trabajar en armonía para aprobar leyes beneficiosas a Nicaragua, como el acuerdo del TLC, la Ley de Carrera Judicial y muchas otras que deberán ser prioritarias en la agenda legislativa del 2004. Además, es importante recordar el respiro que tendrá el pueblo con la condonación del 80 por ciento de su deuda externa y eterna, lo que dejará recursos disponibles para educación, salud, seguridad ciudadana, etc.
Es criticable la actitud de los diputados sandinistas. Demostraron una vez más la intolerancia y prepotencia que a través de los años los ha caracterizado. Por eso es difícil creerles cuando dicen ser pluralistas, democráticos y tolerantes.
Ellos calificaron la negociación como intervención, sin embargo, durante la década pérdida de los años ochenta el país fue destino de los internacionalistas que fueron los principales asesores del Gobierno y contribuyeron al desastre socioeconómico y la destrucción de valores éticos de nuestro sufrido país.
El nuevo presidente de la Asamblea Nacional, Carlos Noguera, demostró inteligencia, sensatez y madurez al llamar al partido sandinista a buscar consenso, entendimiento y diálogo en el trabajo parlamentario, en beneficio del pueblo. Ojalá los sandinistas pensaran en el bienestar nacional en lugar de sus intereses partidarios.