Reportaje

Lo único que le importaba era jugar, salir con sus compañeros y nada más. Sin embargo, cuando se dio cuenta que había reprobado casi todas las clases, sintió vergüenza de lo que había hecho y se dijo así mismo: “el próximo año voy a ser mejor”, pero no lo cumplió y se vio en la tarea de reparar matemáticas al fin del curso.

Dos años después de lo vivido, ya en segundo año, volvió a repetirse la misma historia. No iba nada bien y desde el inicio del año había reprobado matemáticas nuevamente. Esa clase siempre le ha costado asimilarla, pero no hacía lo posible para ayudarse. Continuó faltando al colegio, se salía de clases y a mediados del semestre se retiró porque ya no había solución.

Muchos jóvenes estudiantes de secundaria han experimentado en carne propia este episodio. El tiempo perdido se refleja en las caras, las edades y en los tamaños del que se va quedando atrás. Año con año son miles los estudiantes que reprueban el año escolar.

La rebeldía es característica en el comportamiento de los adolescentes y en ocasiones por llevar la contraria a sus padres y maestros, no estudian, no repasan las lecciones, se la pasan “vegetando” todo el tiempo y al final, se escuchan los lamentos por los resultados de sus actos.

Según la psicóloga Karla Olivares, el que un estudiante repita un año escolar está relacionado con la dificultad en el aprendizaje, la falta de lectura, atención e incluso el estado emocional.

Olivares asegura que algunas veces se sienten tan mal consigo mismos, que no logran concentrarse en las clases.

Ahora Josué se matriculó nuevamente en segundo año y la lección que ha aprendido con sus dos errores anteriores le servirá para ponerse las pilas y pasar este año. “Ya escarmenté, voy a dejar la vagancia. De no haber sido así, iría a cuarto año, pero apenas voy para segundo ¡otra vez!”.

Según la directora del colegio Salvador Mendieta, Gertrudis Dávila, el alumno repitente no le da importancia a los estudios. Para que esto cambie, debe existir una coordinación entre el padre, el hijo y la escuela. Algunos colegios aplican medidas especiales para este tipo de estudiantes.

Por ejemplo, cuando los alumnos son repitentes y tienen demasiada edad, los ubican en una sola aula y hay un mayor tratamiento de parte del maestro, hacen círculos de estudios y tienen un alumno monitor que ve si están haciendo correctamente las tareas. Pero, por lo general el alumno repitente es aquel que se retira constantemente y no logra concluir el año escolar.

HAY QUE SEGUIR ADELANTE

Escarlet Mendoza cursará tercer año. Ha repetido una vez y dice que fue fácil superar este trauma, gracias al apoyo que le dieron sus amigos.

A diferencia de otros casos, ella continuó teniendo los mismos amigos del colegio, a pesar que estaban en aulas y años diferentes. “Esto me quedaría como lección para ponerle más interés a las clases y para tomarle más importancia al estudio. No tuve pena de estar repitiendo, sólo me di ánimos para seguir. Todo fue normal”, nos comentó.

Hicimos un consenso entre profesores y alumnos del Instituto Salomón de la Selva y para ellos las causas para que los estudiantes repitan están relacionadas al incumplimiento de tareas, la poca atención en clases y en los casos más graves a problemas emocionales. A veces los familiares influyen en la desmotivación de los hijos.

UN POCO DE AYUDA

Los especialistas consultados en este trabajo te brindan algunos consejos:

¡No te distraigas!

Por lo general, las malas calificaciones son porque no pones la atención adecuada a las explicaciones del profesor y después, como no tomaste nota, no sabés qué hacer. Por eso, como primer consejo está el poner todo el cuidado a lo que dice tu maestro. ¡No perdás el hilo por estar platicando con el vecino!

Los padres…

Deben darle seguimiento a los hijos, sobre todo en la etapa de adolescencia. Esto significa, visitar el colegio al menos unas dos veces al mes. Verificar que el hijo esté haciendo las tareas y sobre todo que las comprenda. Y finalmente, brindarle toda la confianza necesaria para que pueda decir lo que siente.

Las emociones…

Los alumnos que tienen dificultad para aprobar todas sus materias, sufren de cierta discriminación de parte de sus compañeros y profesores.

Estas emociones que viven a diario suelen ser muy significativas para su comportamiento, desarrollo y desempeño en las demás actividades.

“El chavalo que repite constantemente el año, si no es por problemas meramente de aprendizaje, puede que su situación emocional no le ayude mucho a continuar el curso”, asegura Karla Olivares.

El repetir un año está relacionado con los problemas que el adolescente tiene en su hogar. Si los padres son figuras ausentes y no se preocupan por su estado emocional, entonces la persona presenta problemas escolares y hay que ponerle atención.