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Luis Alfonso Hernández (izq.), Martín Orlando Blandón (centro) y Tania Quintero (der.).

Amistades peligrosas

¡Ese amiguito tuyo no me agrada!… ¿Le suena familiar esta expresión? Con pelear y exigirle a su hijo o hija que abandone una amistad no logrará su fin, lo mejor es entrar a su terreno y ganarse su confianza “Mi padre no acepta a Carlos porque dice que es un pandillero, sólo porque él se […]

  • ¡Ese amiguito tuyo no me agrada!… ¿Le suena familiar esta expresión? Con pelear y exigirle a su hijo o hija que abandone una amistad no logrará su fin, lo mejor es entrar a su terreno y ganarse su confianza

“Mi padre no acepta a Carlos porque dice que es un pandillero, sólo porque él se viste a la moda”, Susana llora desconsolada. “Tranquila, ya no llores”, le aconsejó la psicóloga y le dio a beber agua. Esta es sólo una de las escenas que ha tenido en su consultorio la psicóloga Luisa Emilia Quintana. “Es natural la preocupación de los padres de saber con quiénes andan sus hijos, lo que es difícil es saber enfrentar la situación cuando nuestros hijos tienen amistades que no van con el criterio de los padres”.

Lo más conveniente es acercarse a esos amigos y conocerlos. Es una postura bastante incómoda, pero tiene que hacerlo. Sabemos que todo esto implica respeto, comenzando desde el padre y la madre, hacia su hijo.

Si los padres toman una actitud de rechazo hacia los amigos, provocan rebeldía por parte de sus hijos. Tomar de la mano a sus hijos, escucharlos, indagar por qué esa amistad es importante para ellos, es entrar en el terreno de sus hijos, afirma Quintana.

Los adultos generalmente creen que tienen toda la razón y se olvidan de que alguna vez fueron pequeños y pasaron por esa etapa.

Las aparencias engañan

Volviendo al caso de Susana, al pasar el tiempo, sus padres descubrieron que Carlos era un joven aplicado en el colegio y que eso hacía que su hija se identificara con él. Carlos se vestía de una manera nada agraciada para los adultos porque pertenecía a una banda musical.

“No hay que dejarse llevar por las apariencias, si bien es cierto la imagen de una persona dice mucho, pero no siempre podemos actuar de una manera tajante”, dice la psicóloga.

La única forma de conocer a una persona es comunicarse. Hablar con los hijos desde el corazón, orientarlos y acercarse más a ellos es la clave para no hacer de una diferencia de opinión respecto a una amistad, un problema que termine en rebeldía.

El afecto

Darles a los hijos más amor y comprensión, le permite que si llega el momento en que usted como padre tenga que decirle que no le parece una amistad que posee y que opina debe evitarla, su hijo o hija tengan confianza en usted y sepan que no se trata de una valoración subjetiva o basada en las apariencias, ya que sabrá que usted se tomó el tiempo de conocer a su amigo o amiga, novia o novio.

Una de las causas más comunes por las que algunos hijos se rebelan contra los padres es la falta de comunicación y demostración de afecto de parte de los padres hacia sus hijos, afirma Clemencia Largaespada, consejera del Ministerio de la Familia.

Cómo ayudar a sus hijos con las amistades

-Los adolescentes tienden a escoger amigos con quienes tienen muchas cosas en común. Si su hijo escoge amigos desinteresados en la escuela o que sacan malas notas, quizás esté menos dispuesto a estudiar o a hacer su tarea. Si escoge amigos que disfrutan del aprendizaje y sacan buenas notas, su motivación por destacarse académicamente será más fuerte.

-Conozca a los amigos de su hijo. Una buena manera para descubrir cómo son los amigos es llevarlos en carro a los eventos—hablar con ellos en el carro le puede dar mucha información. Usted puede invitarlos a su casa. Ayude a crear un ambiente cómodo y ofrézcales algo de comer. Cuando los amigos vienen a visitar a su hijo usted puede permitirle fijar las reglas de conducta y al mismo tiempo darle la oportunidad de entender mejor de qué hablan y cuáles son sus preocupaciones.

-Conozca a los padres de los amigos de su hijo. No es necesario que sean amigos íntimos, pero sí ayuda saber si las actitudes y preferencias como padres son compatibles con las suyas.

-Dele tiempo libre a su hijo en un lugar seguro para pasar el rato con los amigos. Las actividades son importantes, pero demasiadas clases pueden resultar en el agotamiento. Su hijo puede desarrollar nuevas destrezas sociales y compartir ideas con sus amigos si usted le permite tiempo libre.

-Hable con su hijo sobre los amigos, sobre la amistad y sobre cómo elegir buenas opciones. Es muy normal que los adolescentes le dan mucha importancia a lo que otras personas piensan de ellos.

-Enséñele cómo salirse de las malas situaciones. Hable con su hijo sobre las situaciones peligrosas o impropias que pueden surgir y cómo enfrentarlas. Pregúntele a su hija de 14 años qué haría si una amiguita llevara licor a una fiesta. Pregúntele a su hijo de 12 años qué haría si un amigo le sugiriera que se salieran de la escuela para comprar hamburguesas.

-Supervise las amistades para ayudarle a su hijo a evadir comportamientos riesgosos o malsanos. Los adolescentes necesitan supervisión, especialmente durante las horas después de escuela que son tan importantes.

-Dé un buen ejemplo como amigo. El ejemplo que usted ofrezca tiene un mayor impacto que cualquier sermón que le puede dar. Los jovencitos que ven a sus padres tratarse con respeto y amabilidad entre sí y hacia sus amigos definitivamente tienen una gran ventaja.  

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