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Breve historia del movimiento obrero en Nicaragua

Roberto Sánchez Ramírez/Especial para LA PRENSA Poco se ha escrito sobre la historia del movimiento obrero en Nicaragua y menos sobre el campesino. El trabajador del campo apenas es recordado en Bernardino Díaz Ochoa, sin considerar que la cuota más grande la han pagado los jornaleros de las zonas rurales. La bibliografía sobre el tema […]

Roberto Sánchez Ramírez/Especial para LA PRENSA

Poco se ha escrito sobre la historia del movimiento obrero en Nicaragua y menos sobre el campesino. El trabajador del campo apenas es recordado en Bernardino Díaz Ochoa, sin considerar que la cuota más grande la han pagado los jornaleros de las zonas rurales.

La bibliografía sobre el tema es escasa, por eso la obra El movimiento obrero en Nicaragua, de Carlos Pérez Bermúdez (ya fallecido) y de Onofre Guevara, es un libro de necesaria lectura, aunque también limitado, pues comprende de 1920 a 1948, a pesar de haberse publicado en 1985.

Los autores presentan un breve resumen histórico, se refieren a la revolución liberal de 1893; la primera intervención armada norteamericana; los catorce años (1912-1926) bajo la ocupación; la lucha del general Augusto C. Sandino; el Manifiesto de San Albino, el 1 de julio de 1927 y las clases sociales en Nicaragua.

EL OBRERISMO ORGANIZADO

Los autores citan al historiador Sofonías Salvatierra como el que tuvo la iniciativa de constituir un comité de lo que se llamó el Obrerismo Organizado de Nicaragua. Estaba compuesto por: Francisco Pérez Grijalva, José Félix Solís, Carlos Manuel Acevedo, Manuel Leiva, Ernesto Araica, José Dolores Pérez Martínez, José Mercedes Cárdenas, Francisco Gutiérrez Blanco y Guillermo J. Simpson. El movimiento terminó de constituirse el 15 de marzo de 1923.

En 1929, el Obrerismo Organizado decidió participar en las elecciones para Alcalde de Managua, llevando como candidato a don Sofonías, sin embargo, el presidente José María Moncada Tapia dio un decreto creando el Distrito Nacional, a cargo de un funcionario, nombrado por el Ejecutivo, con cargo de ministro. En el gobierno del doctor Juan Bautista Sacasa, Salvatierra ocuparía el cargo de Ministro de Agricultura y tuvo mucho protagonismo cerca del General Sandino, en los acuerdos de paz y cuando el héroe fue asesinado.

Después del Obrerismo Organizado surgió la Federación Obrera Nicaragüense (FON) contando con afiliados a nivel nacional. Sus principales dirigentes fueron: el poeta Salomón de la Selva, Tranquilino Sáenz, Eleázar Ayestas, Pilar Fonseca, Carmen J. Pérez, Pedro J. Paiz y Arturo Vega.

Luego se constituyó en 1930 la Unión Patriótica Nicaragüense, dirigida por: Rodolfo Tórrez, Leopoldo Pallais Tiffer, Carlos Neiffel Wells, José María Cardoza, Pedro Turcios Ramírez. Fue la primera organización que se manifestó públicamente en contra de la ocupación norteamericana, llegando a reunir concentraciones de más de 10,000 personas.

el ptn

El 17 de agosto de 1931 se fundó el Partido Trabajador Nicaragüense (PTN). Refieren los autores Pérez Bermúdez y Guevara que se trató de la primera experiencia de los trabajadores organizados en un partido de clase políticamente independiente. Algunos trabajadores tuvieron relación con el general Sandino y Farabundo Martí, entre ellos: Manuel Alemán Guerrero, Salvador Sevilla González, Felipe Medina y Carlos Pérez Bermúdez.

En el PTN, entre los acuerdos del acta de fundación, está la elección de la directiva que tuvo como secretario general a Andrés Castro Wassmer y los demás directivos: F. Guzmán Estrada, Alberto Lara Pérez, Manuel Vivas Garay, Roberto González M., Daniel Saballos, Luis Alberto Medina, Enrique Lara Pérez, Luchas Jarquín, y sin ser directivo figuró Humberto Osorno.

Al comenzar a ejercer el poder político militar el general Anastasio Somoza García, también se inició la represión en contra del PTN. En 1932 fueron desterrados hacia Honduras, el secretario general Castro Wassmer, Manuel Vivas Garay, Felipe Medina, Carlos (Cacho) Palma y el doctor Humberto Baca. Fue electo nuevo secretario general Roberto González Morales.

La campaña represiva continuó, también en 1932 fueron encarcelados González Morales, Vivas Garay y Pedro Rojas. Los dirigentes obreros se destacaron a nivel nacional, entre ellos: Carlos Pérez Bermúdez (barbero), Jesús Maravilla Almendárez (sastre), el poeta Emilio Quintana (zapatero). El PTN logró publicar una revista El Germen.

El 21 de febrero de 1934 se da el asesinato del general Sandino. Según Pérez Bermúdez y Guevara: “Desaparecida la lucha armada que organizó Sandino en las montañas segovianas, al lograr el abandono del suelo patrio del invasor imperialista, no quedó en nuestro país otra expresión de lucha y organización del pueblo y los trabajadores que no fuera la representada por el PTN, el movimiento obrero en su conjunto. Su responsabilidad pasó a primer plano, en condiciones muy difíciles, y sin estar preparado para ello”.

MUERTE DE VIVAS GARAY

Uno de los dirigentes más destacados del PTN, Manuel Vivas Garay, fue encarcelado cuando el asesinato del general Sandino, liberado cuatro meses después. A los dos días falleció con signos evidentes de haber sido envenenado en la cárcel. Es considerado, según los autores, como el primer mártir de la lucha obrera organizada en Nicaragua.

Causa Obrera, publicación del PTN, alcanzó mucha circulación entre los trabajadores, destacándose los escritos del poeta Emilio Quintana. Dentro del obrerismo surgió un nuevo movimiento el Nacional Sindicalismo Nicaragüense, el 8 de mayo de 1934, siendo sus directivos Ramón Rostrán Bengoechea, Enrique López Alonso, Eugenio Manzanares, doctor Isidro Flores García y Vicente Salmerón.

El PTN extendió su actividad a otros campos y en agosto de 1934 se organizó el Comité Pro-Salud Proletaria. Pronto resultaron encarcelados casi todos sus miembros, figurando Mariano Obando, Pérez Bermúdez, Adolfo Majesky, Rosa Paladino y Angélica Navarro.

En 1935 el PTN tiene su segunda reunión, teniendo como sede la ciudad de Masaya, donde se destacaban como dirigentes: Dagoberto Palacios, Adán Sánchez Cerda, Agustín Castro, José Andrés Cajina, Alejandro Caldera Escobar, Abelino Escorcia Zúñiga , Carlos Balmaceda y Segundo López Arauz. Entre delegados de otros departamentos estuvieron: Ricardo Zeledón, Emilio “Chacoteo” Álvarez y Justo Pastor de la Rocha.

El PTN inició la elaboración de un programa político, encargando su redacción a Manolo Cuadra, Ricardo Zeledón y Jesús Maravilla Almendárez. Es curioso que el programa, en el punto 19, dice: “El Estado reconoce el derecho a la vida sólo a los que trabajan, esto es, que el que no trabaja no come”, basado en una expresión del Apóstol Pablo.

En mayo de 1936, el general Somoza García, da golpe de estado a su tío, el doctor Juan Bautista Sacasa. Inicia de nuevo la represión contra el PTN, el 4 de agosto de 1936 son confiados en Corn Island, José Andrés Cajina, Samuel Páramo, Enrique Flores, Salvador Alemán, Abelino Escorcia Zúñiga, Manuel Rocha y Roberto González.

En 1937, otro grupo tiene el mismo destino. Ellos son: Carlos Leclair, Manolo Cuadra, Jesús Maravilla Almendárez y Emiliano Alfaro. Sin embargo, el PTN crece, surgiendo más líderes en todo el país, tales como: Guillermo Briceño, Jonathan e Itamar Vásquez, Adán Salazar, Eligio Álvarez Montalván, Julio Medrano, Antonio y Felipe Medina.

Se comienzan a organizar los jóvenes obreros, encabezados por Efraín Rodríguez, Augusto Lorío, Tobías Valle, Juan Lorío, Antenor Serrano, Bernardo Otero, Carlos Membreño, Ignacio Meléndez, Alfonso Núñez, Humberto Barahona, Benito Amaya, Francisco Peralta y Antonio Téllez Zamora.

LA SOMBRA DE SOMOZA

En la medida que el movimiento obrero se organiza y crece, el general Somoza García, fiel a su política de las “3P”, plata para el amigo, palo para el indiferente y plomo para el enemigo, también reprime, amenaza, compra y soborna líderes obreros que claudican ante el fundador de una dinastía en ciernes.

Ya para 1938, el dictador ha logrado su propósito de dividir la propia dirigencia de la PTN. Se separan Maravilla Almendárez, Quintana, Roberto González, Jesús María Lezama y Alejandro H. del Palacio.

El PTN se da a la tarea de organizar los distintos gremios en sindicatos. Los más pujantes son los de sastres, con sus dirigentes: Agustín Jaime, Lorenzo Zamora, Luis Chévez, Edmundo Fonseca y Marcelino Ríos. El de zapateros: Manuel Herrera, Francisco Collado, Reynaldo Suárez, Ignacio González y M. Membreño.

Los tipógrafos: Juan Lorío, Efraín Rodríguez, Carlos Pérez, Armando Arce Flores y Carlos A. Molina. Obreros de la construcción: Rosa Coca, Juan Onofre Pérez, Carlos Suazo, Francisco Pérez, Santiago Orozco Vega. El Comité Central Ejecutivo de la PTN lo integraron: el doctor Eduardo Narváez López, secretario general; Efraín Rodríguez, Juan Lorío, Alfonso Núñez, Francisco Peralta, Guillermo Aragón y Carlos Pérez Bermúdez.

Aunque Somoza García pretendía ser un líder populista, ya para 1939 reprimía y eliminaba todo lo que se le oponía. Los principales líderes obreros fueron al exilio o cayeron presos. Salieron al exilio: Efraín Rodríguez, Manuel Herrera, Antonio Téllez, Juan y Augusto Lorío, Carlos Pérez Bermúdez, Francisco Pérez y Manolo Cuadra. Presos: el doctor Eduardo Narváez López y Rosa Coca, secretario general de la CTN.

EL PARTIDO COMUNISTA

En noviembre de 1940, se reúnen en Heredia, Costa Rica, un grupo de obreros nicaragüenses exiliados, entre ellos Augusto Lorío, Carlos Pérez Bermúdez, Francisco Hernández Segura, Francisco Pérez, Efraín Rodríguez y Manuel Herrera. Fundan el Partido Comunista de Nicaragua con el apoyo de Vanguardia Popular. Tuvo corta vida.

Surgieron otros dirigentes, como: Armando Amador, Manuel Alemán Guerrero, Manuel Pérez Estrada y Alejandro Bermúdez Alegría. La Segunda Guerra Mundial tuvo repercusión en el movimiento obrero.

En 1941 se organiza el Frente Pro-Hoy, su primer comité estuvo integrado por: Domingo García, Juan Onofre Pérez, José Largaespada, Emilio López, Carlos Pérez Bermúdez, César Barahona, Alberto Cerrato, Juan Lorío, Enrique Cortés, Francisco Bravo, Luciano López, Efraín Rodríguez, Domingo Camacho, Modesto Buitrago y Augusto Lorío.

En Masaya se distinguieron: Daniel Calvo Díaz, Agustín Loáisiga, Gilberto Aldana, Santiago Palacios, Agustín Castro, Humberto Montenegro, Alejandro González, Venancio García, Abelino Escorcia, Nicolás Arrieta, Alfonso Amador, Adán Sánchez, Salvador Peña, Álvaro Pérez, Joaquín Tórrez y Alejandro Dávila Bolaños, el médico que fue asesinado en Estelí por la guardia somocista.

El libro de Pérez Bermúdez y Onofre Guevara tiene pocas menciones al movimiento campesino. Se refiere a la liga campesina de Sabana Grande de la que fueron sus dirigentes Luis Mejía, Adán Castillo y Lázaro Ocón. Para 1944, Somoza García permite una cierta tolerancia, pudiendo venir al país el conocido líder mexicano Lombardo Toledano. En mayo de 1944, se reunió el primer Congreso de Obreros y Campesinos de Nicaragua. En 1946 visitó el país el dirigente comunista cubano, Blas Roca.

El Partido Socialista se fortalece. Se incorporan estudiantes como Mario Flores Ortiz. Nuevos militantes surgen: Rolando Alvarado, Domingo Sánchez, Jorge Galo Espinoza, Francisco Bravo Lacayo y Onofre Guevara López. El primero de mayo de 1945 hubo una concentración de más de treinta mil obreros, fue curioso el programa, ya que intervinieron Juan Lorío, Armando Amador, Carlos Pérez Bermúdez, Absalón González y Somoza García.

En 1946 la promoción ideológica y política está a cargo de: Francisco Bravo Lacayo, Domingo Vargas Morales, Modesto Buitrago, Miguel Medina Valdivia y Humberto Gabuardi. Se constityó el Comité Ejecutivo de los Obreros Organizados, compuesto por: Armando Amador, José Francisco Pinell, Modesto Buitrago, Reynaldo Padilla, Manuel Pérez Estrada.

También Ricardo Zeledón, Carlos Pérez Bermúdez, Nemesio Porras Mendieta, Miguel Ángel Flores, Francisco Bravo Lacayo, Rosa Amelia Pereira, María Luisa Larios, Miguel Medina Valdivia, Salomón Pérez, Domingo Vargas y José Esteban Enríquez.

Todavía no se habían dado las grandes divisiones del obrerismo nicaragüense. Los tiempos violentos de las acusaciones mutuas. Falta llenar ese vacío, sin el desborde de las pasiones, recordando los principios por los que murieron los mártires de Chicago.

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