- Se caracteriza por ser eminentemente un ganado de leche, pero puede ser utilizado con doble propósito teniendo cifras que lo respaldan
Luis Núñez Salmerón
En 1988 a través de un decreto presidencial fue declarado como patrimonio nacional, con resultados dudosos para el ganado reyna que debido a esta distinción no podía ser utilizada para fines comerciales.
Creada en la década del cincuenta después de muchos cruces y estudios, esta raza ha logrado sobrevivir los vaivenes de la historia nacional y todavía quedan en el país alrededor de dos mil cabezas de ganado puro, distribuidas en diferentes fincas de Rivas, Masaya, Chinandega y en la Universidad Nacional Agraria (UNA), afirma el experto en ganado reyna, Roldán Corrales, investigador de esta casa de estudios.
Esta raza, gracias a sus buenas cualidades lecheras, se ha distribuido en otros países como Costa Rica, México, Venezuela y República Dominicana.
Según estudios de la UNA, se ha logrado determinar la calidad de la leche producida por el ganado reyna “se encontró que tiene 4.5 por ciento de grasa, 3.5 de casina y 11.5 de sólidos”, sostiene Corrales.
Estos porcentajes reflejan un alto potencial para la industria de queso ya que en algunas vacas se han encontrado niveles de sólidos de hasta 14 por ciento.
Actualmente se está realizando un censo para definir el promedio de los componentes de la leche del ganado reyna y compararla con el de resto de razas lecheras. En principio, según el especialista, destaca que el ganado reyna es el más lechero de Latinoamérica teniendo una cualidad adicional como es que el líquido cuaja más rápido que las de otras razas.
DOBLE PROPÓSITO
La principal fortaleza del ganado reyna es su alta productividad lechera, pero según Corrales esta raza puede se utilizada también con doble propósito ya que tiene un rendimiento en carne aceptable.
En condiciones de pastoreo se obtuvieron hasta 300 kilogramos en animales menores de los dos años en la UNA, aunque todavía falta información de campo sobre este comportamiento. Como ganado de leche se han obtenido mil 800 litros de leche en los nueve meses y medio de lactación.
Pero aún con todas estas cualidades esta raza de ganado criollo todavía no goza de la aceptación generalizada de los productores nicaragüenses debido a algunos estereotipos de los ganaderos nacionales. Y es que la apariencia del reyna no es muy atractiva “ya que no alcanza esa elegancia de otras razas”, sostiene Corrales.
Como ganado lechero dada su alta productividad se mantiene delgada, de forma que no alcanza esos estándares de altura, jamones, largo y forma de la ubre.
Sin embargo esta desventaja la compensa en el peso, ya que el reyna es un ganado compacto, algo con lo que los ganaderos mismos no están muy familiarizados, según Roldán Corrales, ya que generalmente el ganado es valorado en campo no valorándose el peso “en el único lugar donde se compra o vende ganado pesado es en la subasta ganadera o las ferias ganaderas”.
Pero pese a haber sobrevivido al tiempo esta raza enfrenta seria limitaciones y riesgos, uno de ellos es la endogamia, es decir el cruce con elementos de la misma familia, debido a una práctica generalizada en la ganadería nacional de mantener solamente un semental para todo el hato, generando que toda la generación proceda del mismo padrote.
Adicionalmente se ha logrado determinar que el ganado reyna es resistente a ectoparásitos habiendo evidencia en el Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza (CATIE), sobre la resistencia a parásitos de terneros desde que nacen hasta el destete, aunque son datos en los que falta ampliar, reconoce el investigador, quien está desarrollando una tesis de doctorado sobre el ganado reyna y su productividad en lácteos.
Además, aunque sin evidencia científica, se ha observado que el sudor de este tipo de ganado contiene un olor que resulta molesto para ectoparásitos, y el grueso de la piel hace que a la garrapata le cueste penetrar.
NUEVAS INVESTIGACIONES
Uno de los proyectos para este año es analizar el genoma para determinar qué vacas contienen el denominado gen capa caseína que permite una coagulación rápida y eficiente de la leche, incrementando el rendimiento de queso en un 20 por ciento sobre el promedio normal que es de once por ciento.
Sin embargo la caída del precio de la leche es un factor de desmotivación para los productores quienes prefieren dejar la leche para los terneros, aún cuando los rendimientos productivos son altos.
Por otro lado, los estudios indican también que el nivel de parición del ganado reyna es alto, cercano al 70 por ciento con intervalos de parto entre 14 y 15 meses comparado con la media nacional que está entre los 18 y 24 meses.
El comportamiento de esta raza en cruces con otras razas también es positivo aunque hay pocos registros sobre el comportamiento de los mismos.
Debido a la falta de interés de los productores nacionales y de apoyo por parte del Gobierno esta raza de ganado, considerada como patrimonio nacional, se encuentra en una situación difícil. Lo curioso es que es una de las razas con mayor potencial para la producción de queso y adaptable a las condiciones climáticas del país se encuentre casi en el anonimato, al punto que es raro verla en las ferias nacionales.
Según Corrales, la importancia del ganado reyna en el denominado cluster lácteo se podría elevar una vez que se rompa con los esquemas que existen con respecto a lo que debe ser un ganado de alto rendimiento.
DETALLES
En 1955 el Instituto Interamericano de Ciencias Agrícolas (IICA) en Turrialba, Costa Rica, y la Fundación Rockefeller, iniciaron un proyecto para reunir un hato a partir de varios hatos criollos lecheros en Nicaragua, Honduras y Guatemala para incluir una variabilidad genética más amplia e iniciar la selección.
En Costa Rica se conformó la asociación de Criadores de Ganado Criollo lechero y Romosinuano de Costa Rica, que nombró en 1987 a Socorro Cordón de Reyna, esposa de Joaquín Reyna, Socia Honoraria, dada la importancia que esta raza de ganado tiene en ese país, ya que además ha tenido influencia en hatos criollos de Venezuela, México, República Dominicana y Bolivia.
Una ventaja que tiene este ganado es el del registro ya que el comprador de ganado reyna puede contar con toda la información genética sobre la madre, el padre y los hermanos que constituye un valor agregado para quienes estén interesados en iniciar la crianza.