María Mercedes AtrilesCirujano dentista
Me parecieron muy acertadas las “especulativas razones” que según LA PRENSA (Editorial del 24 de enero) tuvo el presidente Bolaños para firmar el acuerdo del 12 de enero con el secretario general del FSLN.
El editorial supone que los empresarios estarían horrorizados con la posibilidad de un agravamiento de la crisis política. Creo, si fuera así, que es una actitud muy responsable del grupo empresarial nacional, pues si regresáramos a los vicios del pasado nuestro pueblo se atrasaría de nuevo a los niveles de la década del cuarenta del siglo pasado y eso no creo que lo quiera ningún nicaragüense.
Señaló también el editorial, como especulación, que las fuerzas del orden público no dieron el respaldo para la instauración del Estado de Emergencia Nacional. Irresponsables serían los altos jefes militares si una acción de esa clase fuera acogida sin agotar las vías del diálogo y la búsqueda de la tranquilidad y la paz a través de la acción civilizada.
Dijo también el editorial que los organismos y la comunidad internacional advirtieron y persuadieron para que el Gobierno accediera a sentarse en la mesa del diálogo y así evitar crisis mayores.
Es necesario como lo expresó el editorial de LA PRENSA, que la ciudadanía y los movimientos cívicos continúen sus presiones y luchas para incidir en la decisión y en el respeto de la voluntad soberana del pueblo nicaragüense a través de un referendo revocatorio de las reformas constitucionales totales, disfrazadas de reformas parciales.
Veo como un signo de habilidad del Presidente haber incluido en el acuerdo la discusión de las reformas para eliminar la reelección presidencial así como las de acercar al elector a sus diputados, que ahora se acercan únicamente al caudillo que los escoge.
Ojalá el Gobierno no participe en pactos prebendarios y únicamente dialogue y pacte a favor de los intereses del pueblo y la Patria. Eso también sería una cosa nueva y diferente en nuestra cultura política.