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(LA PRENSA/M. GARCIA)

“Estamos 80 a 20 con los sandinistas en jueces”

El 15 de marzo termina una de las presidencias más convulsas de la Corte Suprema de Justicia, pero el magistrado Martínez insiste en que las acusaciones contra ellos son “una campaña de desprestigio promovida por el Gobierno”, no el fruto de los conflictos entre sandinistas y liberales por acaparar más poder [doap_box title=”Un pasado ligado […]

  • El 15 de marzo termina una de las presidencias más convulsas de la Corte Suprema de Justicia, pero el magistrado Martínez insiste en que las acusaciones contra ellos son “una campaña de desprestigio promovida por el Gobierno”, no el fruto de los conflictos entre sandinistas y liberales por acaparar más poder
[doap_box title=”Un pasado ligado al caudillo liberal” box_color=”#336699″ class=”archivo-aside”]

Al Presidente de la CSJ lo une una amistad con el ex Presidente Arnoldo Alemán, a quien en todo momento considera inocente. Se conocieron cuando en León estudiaban derecho en la universidad hace 40 años.

“Alemán era menos político que yo. Yo fui fiscal en las elecciones del doctor René Schick”, cuenta ahora el magistrado que tiene muchas vivencias con el ex Presidente y ahora reo acusado de desviar fondos estatales nicaragüenses.

“Te cuento una historia, yo no iba pasar esa clase de Derecho Penal porque la clase era de ocho a nueve y a esa hora tenía que dar clases en una escuela. Un día el maestro me dijo que si no llegaba a clases no me presentaría al examen y el doctor Marco Antonio Quintana y el doctor Alemán daban clases algunas veces para que no perdiera el curso. Ellos se alternaban. Yo nunca fui un advenedizo en la familia Alemán”.

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Está calmado el magistrado liberal Manuel Martínez en su oficina en la Corte Suprema de Justicia (CSJ), pese a los titulares que todos los días dan cuenta de cómo anda mal la justicia en Nicaragua.

Una jueza devuelve bienes al ex director de Ingresos Byron Jerez, el funcionario más acusado de corrupción en los últimos años y las críticas se vuelcan con desenfreno sobre un sistema cuestionado desde el año 2000 cuando sandinistas y liberales se repartieron la institución.

Ahora, las críticas se han acentuado más ante los últimos escándalos de corrupción; el más conocido, el de los narcodólares, la devolución de 606 mil dólares, incautados a un acusado de narcotráfico que se esfumaron en medio de una telaraña de actuaciones judiciales.

Martínez atribuye esta mala imagen del poder judicial a una campaña de desprestigio lanzada desde el Gobierno y sus aliados, entre quienes el funcionario cuenta a la comunidad internacional. Así se explica, por ejemplo, por qué el departamento de Estado norteamericano acusó al poder judicial de corruptos en su último informe y por qué el ministro de Defensa, Avil Ramírez, dijo que son el mejor socio del narcotráfico.

A pesar de estos señalamientos al Gobierno, el magistrado habla de negociaciones políticas en esa institución. El 15 de marzo, Martínez dejaría la presidencia de la CSJ y, según un acuerdo partidario, ahora le corresponde a un sandinista la presidencia y a los liberales el control de la sala penal y constitucional, de vital importancia política en este período de elecciones pero los sandinistas prefieren que todo siga igual. Este es un balance de un año de escándalos.

El 15 de marzo se vence su período de un año como presidente de la Corte Suprema de Justicia, ¿qué sabor le deja?

Agridulce. Cuando asumí la presidencia les pedí a los compañeros magistrados que cooperáramos de corazón en levantar el perfil del Poder Judicial y desafortunadamente no lo logramos como yo lo hubiera deseado.

Y dulce en cuanto a cosas a nivel administrativo. Le puedo decir que hemos tenido una administración transparente. Por primera vez ahorramos dinero y compramos los módulos del complejo Nejapa.

En el plano político, doctor, yo recuerdo que usted dijo cuando fue nombrado Presidente que iba a tratar de equiparar los jueces liberales con los sandinistas o superarlos, incluso, ¿lo logró?

Logramos algo. Podemos contar con más jueces que no son sandinistas absolutamente.

Usted decía que quería que fuera 50 por ciento a 50 por ciento.

Seguimos peleando.

¿Cómo están ahorita?

Estamos como 80 a 20 diría yo. Donde estamos iguales es en los tribunales de apelaciones, aunque no tengamos, por ejemplo, las salas penales de Managua. En León, RAAS, Granada y Masaya tenemos liberales. Hemos mejorado en los tribunales de apelaciones. Ahora para junio se le vence el período a 22 magistrados, vamos a tener 11 magistrados liberales y 11 sandinistas.

Usted ha dicho que los sandinistas quieren que usted siga en la presidencia a cambio de controlar dos salas y ustedes quieren lo contrario ¿qué va a pasar? ¿Otra vez habrá crisis en la CSJ?

En estas cosas nada está escrito en piedra. Si hay necesidad, se puede llegar a algún entendimiento. Recuerde que no sólo está envuelta la Corte Suprema de Justicia. Están movimientos de tres magistrados de la propia Corte Suprema a quienes se les vence el período, los magistrados de apelaciones y el Fiscal de la República. Todo entra al juego. Los partidos mayoritarios tienen que negociar.

¿La libertad del doctor Arnoldo Alemán, doctor, será otra vez un punto de negociación de los liberales?

Hay retardación de justicia en ese caso. Me imagino que sí. El doctor Alemán es el líder político de los liberales, ¿ por qué no van a volver por él?

Doctor, su administración ha sido una de las más cuestionadas. Hace un par de días, el departamento de Estado los amonestó duramente y luego el ministro Avil Ramírez dijo que el poder judicial era socio del narcotráfico…

Estuvimos inmersos en una crisis todos los poderes del Estado. Estuvo a punto de darse un golpe de Estado.

En su desesperación, el Presidente la emprendió contra todos los poderes del Estado, el primer poder que quería deslegitimar era a nosotros porque dijimos que la Constitución Política decía que la CSJ era competente para resolver los conflictos entre poderes del Estado. De allí, a través de esa crisis, hubo necesidad para el Ejecutivo de crear un ambiente, una campaña de desprestigio y a eso se sumó la comunidad internacional que estuvo de acuerdo con el Presidente.

Esa es la lectura que hace usted, pero la que se maneja es que el pacto cerró filas y más bien dejaron una espada de Democles para el próximo Presidente que no podrá nombrar a varios funcionarios…

Estas cosas son políticas. Soy abogado, ¿quiere que le diga una cosa? El mamotreto de la ley marco que anuló las reformas constitucionales no es jurídico. Pregunte si una ley marco puede prevalecer sobre una Constitución. Eso es político. Aquí las cosas se manejan entre política e intereses personales. A nosotros nos piden que demos fallos salomónicos cuando hay grandes intereses de política de por medio. Yo le dije al resto de magistrados: busquemos cómo no vernos inmiscuidos en política para que nos respeten.

Pero si usted me acaba de decir que tienen repartidos a los jueces en 80-20, ¿cómo quiere que lo respeten?

Aquí todo mundo es político.

Doctor, ustedes hablan de campaña de desprestigio, pero el Ministerio de Gobernación informó que de siete mil personas capturadas con droga, sólo mil han resultado en sentencia condenatorias, ¿cómo se explica eso?

Decía el maestro Mariano Fiallos Gil que nosotros los abogados trabajamos en escritorio de vidrio. Los demás profesionales trabajan en escritorio de madera. Todo mundo se siente con capacidad de juzgar lo que un profesional del derecho hace. Hay exceso de consideración a las capacidades, porque hay tecnicismo que hacen que lo que aparentemente es injusto sea apegado a derecho como el caso de la doctora Ligia Rivas (devolución de bienes a Byron Jerez).

¿Cómo cree que va a entender la gente que en los últimos meses hayan ocurrido escándalos como la devolución de los bienes de Byron Jerez, los narcodólares y los 300 mil dólares a los mexicanos? Si no hay un problema allí, ¿qué son entonces esos casos?

El individuo tiene garantías constitucionales: no le pueden poner en juicio una prueba que fue ilegalmente obtenida. Eso lo conoce el abogado acusador, el fiscal. A la hora del juicio se ventila la legalidad con que las pruebas fueron manejadas. Si el juez concluye que han sido manipuladas, las tiene que desechar.

¿Usted está de acuerdo entonces con que se le devuelvan a Byron Jerez los bienes?

No estoy de acuerdo en casos concretos, pero sí con que se respete la ley. Si cambiamos las reglas del juego a un juez se le puede ocurrir arbitrariamente condenarte a vos, a mí y a cualquier otro. Mi garantía es que se atenga a reglas de procedimiento. Debemos culturizar a la gente.

Pero al final, doctor, cuenta el resultado: Jerez queda con sus bienes, los supuestos narcos con el dinero y así…

Yo coincido que se le devolvieron los bienes y puede ser que por errores técnicos de la Policía o el juez. Le voy a dar otro caso. El caso de Alemán que no lo ventilan, no hay pruebas y está preso. Es otra injusticia.

¿Y todos los documentos que proporcionó el Gobierno de Estados Unidos, el de Panamá, la Policía de Nicaragua?

Son fotocopias de bancos que fueron producidas de manera legal…

Parece abogado del doctor Alemán.

Soy abogado, no profano. Cuando juzgo, lo hago con tecnicismos, no con la conciencia.

Uno entiende que usted es abogado pero se da cuenta: ¿el Presidente de la CSJ abogado de un reo acusado desfalcar al Estado?

Soy abogado de todos los nicaragüenses. Desde hace 38 años ejerzo la profesión.

Política

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