- Artistas le dijeron adiós con cantos y homenajes
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Familiares y amigos de César Prado le dieron el último adiós, ayer durante el homenaje póstumo que realizó el Instituto Nicaragüense de Cultura (INC) en el Palacio Nacional.
Cada minuto que pasaba era inquisidor para quienes estaban conscientes que una vez que se trasladara el ataúd al Cementerio Oriental la imagen del artista permanecería sólo en la mente de quienes aprecian su trabajo y lo amaron como persona.
Mientras algunos preferían guardar silencio, otros tomaron el micrófono para expresar en voz alta cuánto extrañarían ver en escena su talento y al amigo que tenían en él, entre éstos la artista Evelyn Martínez, quien improvisó a capela el tema Cuando un amigo se va, en honor a Prado.
Mientras la hija del artista, Vanesa Prado, de 14 años, permanecía sentada frente al ataúd, con la mirada escondida detrás de unos lentes oscuros. A su lado su madre, Martha Baltodano, también reconocida artista nacional.
Las coronas y ofrendas florales difícilmente pasaban inadvertidas y el espacio parecía pequeño para ubicarlas todas. Las dedicatorias tenían nombres de artistas, instituciones y hasta de políticos.
La melodía de la Orquesta Nacional de Nicaragua, la cual Prado dirigió durante algún tiempo y el grupo lírico, se escuchaba de fondo en cada intervalo que se efectuaba durante este homenaje.
Entre las actividades que se desarrollaron ayer y que iniciaron a las 10:00 a.m., el director del Instituto de Cultura, Julio Valle-Castillo, dio lectura al decreto de pésame emitido a familiares del maestro.
También se entregó una medalla de Ciudadano Distinguido para César Prado a su madre Bertha Prado y se realizó la guardia de honor encabezada por Julio Valle -Castillo.
Posteriormente se llevó a cabo una misa de cuerpo presente en la Iglesia de Fátima, de la Colonia Centroamérica, hasta concluir en el Cementerio Oriental, donde será su última morada.
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