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La fe es un regalo de Dios

Querido padre Alberto: Le escribo sólo porque lo considero una persona de mente muy amplia, aunque detesto a los curas y prefiero no saber absolutamente nada de la religión. Fui criado con los hermanos “cristianos”, que de cristianos tenían muy poco. Todo fue normas, dogmas y una imposición de ideas que más nunca he podido […]

Querido padre Alberto:

Le escribo sólo porque lo considero una persona de mente muy amplia, aunque detesto a los curas y prefiero no saber absolutamente nada de la religión.

Fui criado con los hermanos “cristianos”, que de cristianos tenían muy poco. Todo fue normas, dogmas y una imposición de ideas que más nunca he podido entender. La formación académica era buena, pero la disciplina un poco exagerada.

El otro día estaba en el trabajo y entró una amiga con una mancha negra en la frente. Me dijo que era por el “Miércoles de Ceniza” y me sorprendió. Le digo que me sorprende, porque no entiendo cómo existen personas que todavía creen en esas tontadas, pues para mí eso es lo que son. ¿Quién inventó todo eso? Creo que todo eso ha sido manipulación de la Iglesia para controlar al hombre, pero en esta sociedad, ya eso no existe.

Tengo amigos muy creyentes; algunos que se pasan, pero la gran mayoría de los que me rodean no ponen un pie en la Iglesia por experiencias similares a la mía. En realidad, no sé quién tenga la verdad.

Todo esto de las penitencias, el no comer carne y el abstenerse de cosas para ser más espiritual no tiene sentido alguno para mí.

Le agradezco su interpretación de todas estas cosas, ya que me imagino que usted también las practica.

Sergio, un incrédulo curioso

Estimado Sergio:

La fe es un regalo de Dios. Estoy de acuerdo contigo en una sola cosa: nadie puede aceptar normas, penitencias, sacrificios ni celebrar un ritual, si no se tiene fe y si no le nace del corazón.

Solamente quien tiene una relación con Dios —una conexión real— puede percibir el verdadero sentido de lo que hacemos y vivimos los creyentes a través de nuestra práctica religiosa. Esto no se puede imponer.

Quizás tú rechazas la disciplina y la rigidez de tu formación religiosa, pero creo que el fallo lo cometes tú, al no abrirle el corazón a Dios. Quien le abre su vida a Dios, no puede vivir con ese resentimiento, ni reduce la religión a una institución que impone ideas y obliga a ciertas cosas.

La auténtica religión siempre está al servicio de la fe. Las normas, enseñanzas y prácticas de la Iglesia nos ayudan a vivir una relación tangible con Dios. Mi opinión es que sin religión no puede existir una auténtica espiritualidad. Todos los que hoy día hablan de ser “espirituales”, pero “no religiosos”, sólo me han mostrado que no tienen idea alguna de lo que es espiritualidad.

En la cuaresma entramos simbólicamente en el desierto con Jesús, para recordar su tiempo de ayuno y oración. Durante estos 40 días de oración, ayuno y obras de caridad, el creyente se une a los sacrificios de Cristo y renueva su deseo de seguirlo. Quien rechaza la fe y sus prácticas nunca encontrará sentido a todos estos rituales y disciplinas.

Amigo, me parece que tú eres de los que pasaron por el colegio católico, pero el colegio católico no pasó por ti. Existen muchos ejemplos de esto en la historia. Yo te recomiendo que no le prestes tanta atención a lo que hacen los demás y empieces a prestarle mucha más atención a lo que tienes por dentro.

¡Abre tu corazón a Dios antes de que se te haga tarde!

Un abrazo,

Padre Alberto

Envíe sus cartas a:

[email protected]

Rev. Padre Alberto Cutié

Radio Paz 830 AM

PO BOX 421500

Miami, Fl 33142

www.padrealberto.com

Religión y Fe

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