14
días
han pasado desde el robo de nuestras instalaciones. No nos rendimos, seguimos comprometidos con informarte.
SUSCRIBITE PARA QUE PODAMOS SEGUIR INFORMANDO.

Ernesto González Valdés

Las reuniones con los padres para tratar algún tema de sus hijos es la forma más eficaz de conseguir su colaboración ¿Debo participar en los eventos de la escuela? La semana anterior hicimos referencia a algunas actividades posibles a realizar por el centro en aras de incorporar a padres y madres como parte de la […]

Las reuniones con los padres para tratar algún tema de sus hijos es la forma más eficaz de conseguir su colaboración

¿Debo participar en los eventos de la escuela?

La semana anterior hicimos referencia a algunas actividades posibles a realizar por el centro en aras de incorporar a padres y madres como parte de la vida del centro. Analizaremos otras. Citar a los padres de forma individual para hablar particularmente sobre su hijo, su desarrollo, su comportamiento, sus dificultades, etc., es muy beneficioso sobre todo al principio del curso o con aquellos padres algo tímidos o poco dados a hablar en las reuniones de sus cuestiones personales o familiares.

Un objetivo muy importante que debe intentar cubrir el docente-profesor guía, es el de escuchar a los padres atentamente todo lo que quieran informarnos sobre su hijo. Se obtiene más información y se llega a mejores conclusiones escuchando las experiencias de los padres con sus hijos. También es cierto que a veces es necesario redirigir la atención y la conversación hacia donde nosotros queramos para que la reunión tenga un resultado concreto y eficaz. Por tanto, es recomendable facilitar la comunicación de los padres llevándolos suavemente a los puntos claves de la reunión, las conclusiones y las sugerencias.

Una sugerencia para aprovechar bien el tiempo de la reunión es preparar, por parte del docente-guía, con antelación, los temas claves que deberán ser tratados, el orden y las conclusiones a las que queremos llegar. Las reuniones con un grupo de padres para tratar algún tema de sus hijos es la forma más eficaz de conseguir su colaboración y su implicación en el proyecto educativo. Las reuniones grupales pueden ir desde la explicación del currículo del aula, la revisión de los objetivos del bimestre y de los avances de los jóvenes, hasta la búsqueda de soluciones a problemas generales de la infancia o específicos de algunos jóvenes y familias.

Otro elemento, poco acostumbrado, es abrir las puertas a los padres y madres para que puedan entrar a las aulas, el receso en función obviamente de sus horarios laborales. De esta forma, pueden ver cómo se trabaja, cómo se porta su hijo (al principio es posible que mal, pero seguro que se acaba acostumbrando a la presencia regular de algún padre o madre en el aula), pueden apoyar al docente. Ver lo que supone enseñar y controlar a toda un aula puede incrementar el respeto que los padres puedan sentir hacia el trabajo de los profesores.

El hecho de que los padres y madres puedan avizorar desde “adentro” la vida de la escuela les permitirá la posibilidad de tomar parte activa o solamente observar las actividades del centro y, concretamente, del aula donde esté su hijo. Un requisito para que esta filosofía tenga buenos resultados consiste en la tranquilidad con la que debe mantenerse el docente si hay un padre en el aula. Cualquier situación debe desenvolverse como siempre ocurre, incluso, por ejemplo, si es su propio hijo el que tiene una conducta inadecuada en ese momento. Son precisamente en estas situaciones donde se puede orientar al padre sobre cómo comportarse cuando ocurra lo mismo en la casa, y son también donde el padre va a observar más atentamente lo que ocurre. La calma y la profesionalidad serán en estos casos imprescindibles.

Espectáculo

Puede interesarte

×

El contenido de LA PRENSA es el resultado de mucho esfuerzo. Te invitamos a compartirlo y así contribuís a mantener vivo el periodismo independiente en Nicaragua.

Comparte nuestro enlace:

Si aún no sos suscriptor, te invitamos a suscribirte aquí