- Los Jueves de Verbena ya son una tradición en Masaya, aprovechada por los lugareños y turistas nacionales y extranjeros que llegan atraídos por el amplio menú artístico y cultural que ofrecen sobre la tarima y sus alrededores
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El humo del carbón acompañado del olor de la deliciosa carne asada son arrastrados por el viento mientras las personas caminan debajo de los toldos ubicados al centro de la entrada. Alrededor vendedores ofertan collares, pulseras, aretes y llaveros elaborados por artesanos nicas.
Las mesas están a unos quince pasos, al frente una tarima custodiada por una pequeña pista de baile donde toca un grupo musical, rodeada por paredes rústicas de piedra cantera sin pintar, las que parecen encerrar con recelo una fiesta cultural conocida como Jueves de Verbena. Esta escena se desarrolla en el interior del Antiguo Mercado de Masaya, en el centro de la cuna del folclor.
La noche apenas comienza, los turistas nacionales y extranjeros se pasean por los pasillos del ahora llamado Mercado de Artesanías, fascinados por las cotonas, camisas de fibra natural, faldas campesinas, caites y adornos de barro hechos por manos nicaragüenses.
La música es contagiosa. No hay pista de baile. Quienes deseen mover su cuerpo con los diferentes ritmos musicales sólo tienen que ponerse de pie y justo ahí, junto a la mesa que comparten con amigos o la familia, y liberar la energía reprimida.
Saludos y complacencias son anunciados en la voz de uno de los integrantes de Los Tropicales, el grupo que ameniza la Verbena en esta ocasión.
UN POCO DE HISTORIA
Los Jueves de Verbena comenzaron hace siete años como un proyecto apoyado por el Instituto Nicaragüense de Turismo (Intur), para promover la música y la comida típica de Masaya. “Se eligió el jueves para realizar la actividad y durante dos años no se cobró la entrada, después el Intur se separó del evento y ahora es la Alcaldía de Masaya quien nos ayuda”, explicó Pedro Gutiérrez, director artístico de Jueves de Verbena.
El interés por esta singular celebración ha traspasado las fronteras del istmo centroamericano al recibir al reconocido Don Francisco, presentador de Sábado Gigante; Amelia Vega, Miss Universo 2004; Abel Pacheco, ex Presidente de Costa Rica y Masahito Hitachi y Hanato, príncipes de Japón.
Pasar un momento agradable disfrutando el talento de los músicos nicaragüenses es una oportunidad que se puede aprovechar en este sitio todos los jueves. Por 15 córdobas los asistentes pueden disfrutar música de grupos nicaragüenses y ballets folclóricos.
“Aquí se promueven los grupos aficionados tanto en música como en danza y se ven artistas culturales de otros países, como México, Guatemala, Honduras y Costa Rica. Siento que es una bonita oportunidad para que nuestros jóvenes conozcan la idiosincrasia”, comentó Alberto Flores, un cautivo de los Jueves de Verbena.
Y cada final de mes las muy gustadas Verbenas Especiales, donde se presentan artistas nacionales de reconocida trayectoria, entre ellos Katia Cardenal, Carlos Mejía Godoy, Norma Helena Gadea, Mokuanes, La Nueva Compañía, Macolla y muchos más.
La comida es otro atractivo del lugar, hay fritangas en las que encuentra desde un brillantito gallo pinto hasta un vaho calientito. Y si su paladar es un poco más exigente, hay dos restaurantes que le ofrecen todo en gastronomía nacional y a la carta.
LA DANZA
Ya entrada la noche la música viva deja de sonar para dar paso a la danza. El baile de El Güegüense provoca la emoción entre los visitantes, los trajes coloridos de los bailarines brillan en el escenario al ritmo de los aplausos mientras un grupo de niños, propiamente debajo de la tarima, trata de imitar los pases del ballet.
Cuatro horas son suficientes para entender por qué los nicaragüenses somos reconocidos por el calor, hospitalidad, talento y buena sazón en la comida. Si aún no ha participado en un Jueves de Verbena, asista y compruebe la veracidad de un spot publicitario que reza: “Probá conocer Nicaragua, te va a encantar”, y la Verbena es uno de esos lugares que encantan.