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a pesar de las peligrosas redadas de Migración y de la Policía Municipal, La Merced sigue siendo el punto de encuentro predilecto de los pinoleros en Costa Rica. (la prensa/j.bravo)

La Merced, el parque de los nicas en Costa Rica

Los nicas en Costa Rica llegan al parque en busca de empleo, encomiendas, pareja y hasta a tomarse un pinolillo [doap_box title=”Braulio Carrillo o La Merced” box_color=”#336699″ class=”archivo-aside”] El parque Braulio Carrillo se ubica en el centro de San José. Al este se ubica la Iglesia La Merced, al oeste el hospital San Juan de […]

  • Los nicas en Costa Rica llegan al parque en busca de empleo, encomiendas, pareja y hasta a tomarse un pinolillo
[doap_box title=”Braulio Carrillo o La Merced” box_color=”#336699″ class=”archivo-aside”]

El parque Braulio Carrillo se ubica en el centro de San José. Al este se ubica la Iglesia La Merced, al oeste el hospital San Juan de Dios, al sur el edificio donde antes se estaba la cervecería de Costa Rica y al norte la siempre congestionada Avenida Segunda.

Se conoce como La Merced por ubicarse frente a la Iglesia del mismo nombre. En 1993 fue remodelado para devolverle la geometría que tenía antes de ampliar la Avenida Segunda.

En el 2004, una investigación de la nicaragüense Gabriela Horbaty demostró cuatro tipo de redes formadas y utilizadas en el parque: de información, afectivas, laborales y encomiendas.

La alta concentración de nicaragüenses provoca que restaurantes, bares, oficinas de asesorías migratorias y empresas dedicadas al envío de remesas, abran agencias alrededor del parque.

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CORRESPONSAL / COSTA RICA

No es señalado como un atractivo turístico de la capital, pero es el sitio donde por años han pasado miles de extranjeros, que no precisamente son de ojos azules, piel blanca o pelo amarillo. Tampoco son turistas europeos o norteamericanos que son recibidos con los brazos abiertos y sobre alfombra roja porque dejan miles de dólares durante su paso por Costa Rica.

Son los inmigrantes nicaragüenses, casi todos labriegos, que han sido expulsados por la pobreza de su país y que durante años han utilizado como sitio de encuentro el parque Braulio Carrillo, conocido como La Merced por ubicarse frente a la iglesia que lleva el mismo nombre, en pleno corazón de San José.

Las historias que durante años se han entrelazado han hecho de este parque un lugar pintoresco, muchas veces amigable con sus huéspedes, pero a la postre puede resultar peligroso cuando la policía realiza redadas migratorias.

Sus enormes bancas de cemento, el siempre verde césped y los árboles que proyectan frescura en días de sol, son fieles testigos de las picardías que han ocurrido a lo largo de años de existencia.

La Merced siempre es un referente para la inmigración nicaragüense. Quien asiste lo hace por varios motivos. Ya sea para reencontrarse con familiares y amigos, degustar de un platillo típico de Nicaragua, buscar empleo, retirar encomiendas y hasta para buscar pareja o un servicio sexual.

Uno de los nicaragüenses que fielmente lo visita es Pablo Zamora, originario de Managua, quien cada fin de semana o en tiempos que no encuentra trabajo aprovecha para encontrarse con amistades.

“Siempre vengo al parque. Hay un grupo de amigos que siempre lo visitamos, sobre todo después de las jornadas de trabajo cuando aprovechamos para comernos un vigorón, chancho con yuca o nacatamal. Venimos también para buscar trabajo. Es común que un contratista pase por el parque buscando trabajadores para llevárselos a la construcción. Uno también viene aquí para buscar empleo”, dice Zamora.

En este parque encontramos a don Francisco Cabrera, nicaragüense con 13 años de visitar el parque.

A diferencia de otros, a Cabrera el parque le da el sustento familiar porque vende comida nicaragüense, como vigorón, chancho con yuca, nacatamales, así como refrescos típicos: chica de maíz, semilla de jícaro y otros. A pesar que la Policía Municipal siempre los persigue para decomisar el producto porque carecen de patente para el negocio.

Don Francisco es muy conocedor de las historias que en este sitio han ocurrido. “Unos venimos a trabajar. Otros a descansar y hay quienes vienen a hacer maldades”, comenta.

Explica que “antes La Merced era más visitado. Ahora viene menos gente. Las leyes migratorias del país hacen que cada vez vengan menos, incluso muchos se han ido a Nicaragua. Recuerdo que hace como cuatro años vino la policía y cerró todo el parque para pedir documentos. Esa vez se llevaron a un montón de ilegales. Incluso llenaron un bus de nicaragüenses que serían deportados”, relata.

Cupido ronda el parque

Cabrera, originario de León, dice que hasta historias de amoríos se han creado, al punto que hay personas que se han enfrentado a balazos en disputa por una mujer.

“Eso es lo malo, aquí hasta muerto ha habido por una mujer. Pero lo bonito que de este parque hasta parejas han salido. Uno viene y hace nuevas amistades. Si hay una muchacha que a usted le simpatiza, hasta casado puede salir de aquí. Pero también hay quienes vienen a buscar favores sexuales. Les compran el servicio a las mujeres que se sientan en las bancas”, dice.

Otro fiel visitante de este sitio es Edgar Bravo, un joven originario de Carazo quien junto a su padre asiste cada sábado para tirarse su “enchiladita”. “Uno siempre quiere estar en contacto con la gente de su pueblo. Venimos, nos saludamos, hablamos de lo que pasa en nuestro pueblo y nos comemos alguito. Por ejemplo hoy mi papa anda buscando a un albañil para que le ayude en un trabajo. Aquí todos nos ayudamos a conseguir trabajo”, relató el joven nicaragüense

de todo

Pero La Merced también sirve para otras cosas. Es el sitio donde uno puede comprar los diarios nicaragüenses como LA PRENSA. También sirve para tomarse una foto para el recuerdo, para retirar encomiendas o escuchar el mensaje de Dios, ya que muchas iglesias evangélicas asisten cada fin de semana para predicar y hacer cultos.

“No es como antes que se llenaba esto. Muchos se han ido a Nicaragua porque el costo de la vida es muy alto y ya no resulta estar viviendo en Costa Rica. Incluso como la policía mucho molesta, ya son pocos los nicas que vienen a dejar y retirar encomiendas”, comenta por su parte Óscar Palma.

“Mi corazón ama a Nicaragua. Me duele cuando hablan mal de los nicaragüenses, que son una bendición de Dios. Predico porque como buen cristiano uno va a donde Dios lo envíe”, dice el costarricense Antonio Ashc, mientras participa de un culto religioso.

cuándo llegaron los nicas al parque

Sobre el año en que empezaron a converger los nicaragüenses y los motivos de porqué lo hicieron hay mucha divergencia. Cecilia Borge, quien vino a este país en 1978, considera que desde que la Iglesia Católica costarricense les asignó la iglesia La Merced a un grupo de nicaragüenses para que celebraran La Purísima, a inicios de la década de los ochenta, los inmigrantes empezaron a visitar el parque.

“Muchos que íbamos a misa nos quedábamos en el parque para hablar. Al inicio casi nadie lo visitaba pero con los años la presencia fue mayor”, explica.

Pedro Espinoza Talavera, vinculado a programas radiales para inmigrantes, piensa que con la llegada masiva de nicaragüenses por la guerra de los años ochenta, empezaron a coincidir en este parque porque en sus costados se encuentran las terminales de buses de ciudades como Alajuela y Heredia.

Otro que coincide con esta teoría es el periodista nicaragüense Álvaro Bagnarello, quien dice que hacer de ese lugar un punto de encuentro y de tertulia fue asunto de tiempo.

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