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CARTAS AL DIRECTOR

CARTAS AL DIRECTOR Inocencia “Son los inocentes y no los sabios los que resuelven las cuestiones difíciles”. Pena a violadores En días pasados pude ver por la televisión al diputado sandinista Edwin Castro, hablar en torno al problema de la condena que sería aplicada a los violadores. El diputado en mención decía: “Tenemos que ver […]

  • CARTAS AL DIRECTOR

Inocencia

“Son los inocentes y no los sabios los que resuelven las cuestiones difíciles”.

Pena a violadores

En días pasados pude ver por la televisión al diputado sandinista Edwin Castro, hablar en torno al problema de la condena que sería aplicada a los violadores.

El diputado en mención decía: “Tenemos que ver si fue con violencia o sin violencia”.

Yo me pregunto: ¿ es que acaso hay personas que se dejan violar?

¿Es que acaso no es violencia el someter a una persona a un acto sexual sin su consentimiento?

¿Es que no son violentados sus derechos?

¿Es que acaso no sufre violencia un niño de 1, 2, 3 o más años, al ser violado?

Deberían pensar más los señores diputados y ganar menos, porque al fin y al cabo no hacen nada útil.

Silvio Janith Castillo

Niños maltratados

Es obligación de la sociedad proteger a la niñez de maltratos y vejámenes que pongan en riesgo su sano desarrollo.

Esa obligación es todavía mayor en las personas que han sido elegidas por la ciudadanía nicaragüense para elaborar leyes que vayan dirigidas a procurar una sociedad sana y justa.

La violencia es un problema de salud, desarrollo humano, de derechos humanos y tiene que ver con la defensa de la integridad nacional.

Una ley blandengue respecto a los delitos sexuales nos expone a que seamos objeto del turismo sexual y que los depravados que nos visiten y violen a nuestra niñez y adolescencia y se vayan impunes.

Las leyes que se aprueban también tienen un propósito de educación.

¿Qué pretenden promover dentro de la sociedad con las penas que aprobaron?

¿Acaso violar, sexualizar precozmente a una niña o un niño es un asunto de poca importancia?

Los diputados y diputadas actuales, en términos generales constituyen una vergüenza para todo el país.

En diversas encuestas de opinión, la ciudadanía rechaza las actuaciones individuales y colectivas de una asamblea que representa un gasto excesivo y que la relación costo beneficio es prácticamente un fiasco.

Actualmente en la Asamblea hay numerosos hombres que no cumplen con la responsabilidad paterna de contribuir a la manutención económica de sus hijas e hijos y mucho menos cumplen con la responsabilidad de brindar afecto paterno.

También existen en ese organismo del Estado hombres con historia de abusadores sexuales y agresores que son plenamente identificados en sus respectivos barrios y municipios.

Por tal razón no resulta extraño que elaboren leyes que les asegure salir librados de sus fechorías, en caso de ser denunciados o atrapados.

En las próximas elecciones pondremos más cuidado en la elección de diputados porque el pueblo no debe poner atención únicamente a la elección presidencial.

Está claro que es necesario que la ciudadanía realice un monitoreo y seguimiento constante, de la actuación personal de cada diputado.

Rosa María Mendoza Mendoza
Red de Mujeres Contra la Violencia

Falta de justicia

Desde diciembre del 2005, mi esposa y yo denunciamos en la Estación Seis de la Policía Nacional (PN), en Managua, el caso de abusos deshonestos contra nuestra hija de 6 años.

Este hecho fue cometido por un cuñado de mi esposa, a quien lo encontró in fraganti.

Desde ese momento hemos cumplido con todo el proceso a como está establecido. Primero, yendo a la Policía, luego a Medicina Legal, posteriormente al Ministerio Público, donde nos han cambiado a dos fiscales; hemos ido a los juzgados a preguntar por el proceso, pero en este ir y venir hemos gastado cantidad de dinero en transporte, sin incluir las llamadas para contactar a los que han atendido el caso.

Además, hemos tenido que someter a nuestra hija al trauma que significa ser entrevistada y tener que repetir muchas veces el hecho a las investigaciones de la Comisaría de la Mujer, a las psicólogas de la Comisaría de la Mujer, a la doctora de Medicina Legal y a la psicóloga de Medicina Legal.

El asunto es que hasta la fecha todavía estamos en espera del juicio y el acusado anda tranquilo en las calles del barrio, ingiriendo licor y consumiendo drogas; porque reside contiguo a nuestra vivienda y todo el tiempo nuestra hija tiene que verlo y vuelve a recordar el trauma.

Me preguntó para qué se hace tanta propaganda de que hay que denunciar estos casos, si nosotros que hemos invertido dinero y tiempo para visitar todos los lugares donde nos han citado, a la hora y en la fecha prevista, y aún seguimos esperando; incluso denunciamos el caso en la Procuraduría de Derechos Humanos y ellos tomaron carta en el asunto.

Pero el tiempo transcurre y esto le favorece al hechor y puede ser el interés de algunas de las partes, además del hechor.

Por todo este engorroso proceso que hacen los encargados de ejercer justicia, muchas víctimas no denuncian estos delitos, porque no tienen dinero para transporte, viven alejados de la ciudad y al ver tantos obstáculos desisten.

No obstante, de nuestra parte vamos a continuar hasta el final.

Mario Antonio López Martínez

Soberanía

Hago referencia al artículo titulado: La escogencia del 2 de abril, del señor César Augusto Bravo, “intelectual chontaleño”, en el que solicita a la Embajada de un país extranjero inmiscuirse en los asuntos políticos internos de Nicaragua.

El señor Bravo al parecer no conoce que existe una Convención que regula el actuar de los funcionarios diplomáticos y consulares acreditados en un tercer país, y entre una de las principales regulaciones está el que estas personas no pueden ni deben inmiscuirse en política interna.

A primera vista, se denota desconocimiento total de estas regulaciones diplomáticas que están contenidas en la Convención de Viena sobre relaciones diplomáticas del 18 de abril de 1961, y de las cuales Nicaragua es parte, al igual que Estados Unidos.

Esto se encuentra expresado en el artículo 41 que literalmente dice: “…están (los agentes diplomáticos obligados a no inmiscuirse en los asuntos internos de ese Estado (receptor).”

Por otra parte, el día 3 de abril una directiva del Partido Conservador que siempre han estado de acuerdo con que Nicaragua sea un pueblo más de otra nación, escribió también en ese sentido. Recordemos la triste etapa de uno de los peores presidentes de Nicaragua, don Adolfo Díaz, quien solicitó una y otra vez la presencia de tropas extranjeras para mantenerse en el poder. Así que no es de extrañarse este tipo de comentarios de los conservadores.

¿Sabrán que existe un término denominado soberanía?

Éste es un término utilizado desde muchos siglos atrás, sin embargo, en pleno siglo XXI es increíble que surjan este tipo de voces en Nicaragua que ha sufrido tanto a manos de extranjeros y nacionales, donde en vez de hacer recomendaciones propositivas o estrategias dirigidas a la unión de las fuerzas democráticas, se empecinen en que nos impongan de fuera ya no sólo el quehacer económico sino también el político.

Porque al fin y al cabo se trata que entre nicaragüenses se encuentre la salida a este hoyo en que nos han metido todos los partidos políticos y sobre todo los que en nombre de una u otra bandera han cometido sus fechorías (y de las cuales ninguno de los políticos actuales puede tirar la primera piedra).

Finalmente, los jóvenes deberían jugar un papel mayor y con vistas a ayudar al país no a un determinado partido político.

Vinicio Montalván

Trivelli

A propósito del editorial de LA PRENSA del lunes 10 de abril corriente: La política del embajador Trivelli, es indudable que nos resulta incómodo a muchos nicaragüenses el estilo de crítica frontal del señor embajador Trivelli, no obstante la veracidad de sus calificativos contra los caudillos locales.

Por otra parte, tanto Arnoldo Alemán como Daniel Ortega han afectado los intereses de los ciudadanos estadounidenses (por ejemplo: confiscaciones, uso de la banca de EE.UU. para lavado de dinero, etc.), además de que ambos son causa de mucha preocupación para la estabilidad democrática de la región.

Por ello, las afirmaciones del señor embajador pueden ser entendidas en ese marco.

Lo cierto es que la línea entre la defensa de los intereses de EE.UU. y el injerencismo es ya muy tenue.

Este editorial nos ayuda a analizar objetivamente dichos límites.

Félix Maradiaga

Caricatura

En nuestra edición de ayer, martes 11 de abril corriente, se publicó una caricatura de archivo en vista de que la enviada por nuestro caricaturista regular, Manuel Guillén, no fue posible procesarla debido a problemas de carácter técnico. Ofrecemos nuestras disculpas y apreciamos su comprensión.

El Editor

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