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Películas de pesos

Desde la butaca de un espectador no se aprecian los costos y dificultades que enfrentan los productores nicaragüenses para hacer realidad lo que siempre inicia como un sueño: una película Cuántas veces disfrutar de una película en la casa o en el cine es un buen entretenimiento para aprovechar el tiempo libre. Pero, alguna vez […]

  • Desde la butaca de un espectador no se aprecian los costos y dificultades que enfrentan los productores nicaragüenses para hacer realidad lo que siempre inicia como un sueño: una película

Cuántas veces disfrutar de una película en la casa o en el cine es un buen entretenimiento para aprovechar el tiempo libre. Pero, alguna vez se ha preguntado ¿qué implica producir una película, cuánto dinero y trabajo está detrás de cada una de ellas?

Y más interesante resulta saber cómo está en este ámbito Nicaragua, donde en la década de los ochenta se originó un boom cinematográfico, produciendo películas, documentales y fotografías que le dieron la vuelta al mundo.

La formación de los profesionales de la imagen de esa época dio sus frutos, ya que en la actualidad mantienen activa la producción nicaragüense en el séptimo arte. Una prueba fehaciente de ello es la creación de la Cinemateca Nacional.

Aunque hay que admitir que desde la década de los noventa la producción se quedó limitada a la elaboración de documentales institucionales y algunos cortometrajes.

“Hay dos maneras de producir. Una es cuando te busca un organismo y te pide que le hagás un documental sobre un tema específico con un beneficio social, y la otra es más artística porque hacés una historia de un tema no tan benéfico”, expone Rossana Lacayo, cineasta y fotógrafa de Gota Films.

En ambas, el dinero es fundamental y qué decir de las capacidades técnicas y artísticas para poner en la pantalla cualquier idea. Sin embargo, en Nicaragua, el verdadero problema para los cineastas es encontrar alguien que confíe en esa idea y la financie sólo por producir entretenimiento.

Prueba de ello es la producción del cineasta Rafael Ruiz, quien tiene listo un corto de ficción que lo valora en unos 12 mil dólares, pero como no tiene música no lo ha estrenado.

FINANCIAMIENTO

Tener un buen guión es el comienzo para hablar con un productor que consiga el dinero para hacer la película. Él, a su vez, busca las posibles rutas de financiamiento y coordina todos los detalles de la producción, desde los protagonistas, dónde se va a filmar, el encargado del vestuario, la escenografía y prevende la película, situación que no ocurre aquí.

En las producciones nicas los cineastas participan en todos los pormenores de sus producciones, desde buscar el dinero hasta organizar el vestuario de sus actores. Como ejemplo, la recién estrenada Brisa Nocturna, un vídeo de ficción que dura 29 minutos, conocida a finales de febrero de este año.

“Alrededor de unos 70 mil dólares podría valorarse el costo de un cortometraje y dos millones de dólares un largometraje”, expone Lacayo.

Por ello, para ambos cineastas, la producción independiente es la que mantiene vivo el cine nicaragüense. Además de lograr premios internacionales, como es el caso de Frank Pineda, quien ha obtenido: Oso de Plata, en el Festival Internacional de Berlín/1998; Premio del Jurado Ecuménico, Festival Internacional de Berlín/1998, entre otros.

Espectáculo

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