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Memorias de una geisha

Voy a tener que comprar las películas pirateadas y cambiar el nombre a esta columnaDos perros calientes ¿Cuándo es que los cines presentarán Brokeback Montain y Crash o es que nos quedaremos esperando? ¿Nos pasará lo mismo que ocurrió con Monster o El Pianista que jamás de los jamases las presentaron? Qué decepción ver que […]

Voy a tener que comprar las películas pirateadas y cambiar el nombre a esta columnaDos perros calientes

¿Cuándo es que los cines presentarán Brokeback Montain y Crash o es que nos quedaremos esperando? ¿Nos pasará lo mismo que ocurrió con Monster o El Pianista que jamás de los jamases las presentaron? Qué decepción ver que estas dos películas, me refiero a Brokeback Montain y Crash, las piratearon hace ya buen rato y las venden como bolis en cualquier esquina y nada que las presenten en los cines.

Voy a tener que tirarme a la calle de en medio, comprar las películas pirateadas y cambiar el nombre a esta columna: “Hot Movie Pirata”. ¿Qué les parece? Al menos así podríamos hablar con más propiedad de las cintas que ganaron el Oscar hace ya bastante tiempo y no seguir esperando a que me crezca la barba.

Mientras, debo confesar que no me gustó para nada Memorias de una Geisha. Ni el libro de Arthur Golden ni la película hecha por Rob Marshall, que para mayor desgracia, no buscó actrices japonesas sino chinas. Y, que la cinta comienza en japonés e inmediatamente cambia al inglés.

El libro es una historia melodramática de una mujer que narra su vida como geisha y en la que están la Cenicienta, el príncipe de todo cuento de hadas, las brujas, los ángeles, las dificultades y vivieron felices para siempre en Nueva York.

En la película, el director se toma varias libertades colocando y agregando cosas que no aparecen en el libro, pero lo que más desentona es que al inicio de la película aparece un bombillo eléctrico encendido, cuando en el libro se aclara que el alumbrado llegó hasta después que la protagonista llegara a la mayoría de edad. Y otro dato bastante cambiado es la forma en que la niña es llevada a la escuela de geishas.

El libro es más manejable que la película, y aún no comprendo cómo la versión cinematográfica obtuvo tanto reconocimiento en los Oscar. Si la novela es un torrente de desgracias, la película estaba lista para convertirse en telenovela para transmitirla a las 7:00 de la noche.

No creo que el éxito le dure tanto a esta historia y seguramente casi todos saldrán un poco decepcionados, porque era preferible quedarse viendo la telenovela preferida a escuchar los lloriqueos de una mujer que anda buscando a su príncipe y dejando más confusa toda la magia que envuelve a lo que es una geisha.

Espectáculo

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