La cultura, tradiciones, historia, literatura, entre otras cosas, fueron abolidas por los “conquistadores” españoles, en un acto casi inquisitorial que atentó contra la dignidad de nuestros antepasados.
La mano invasora llegó a desvirtuar la forma de vida de los nativos, presentándolos como seres totalmente primitivos, sin ninguna cultura, cuando en realidad los güegües (hombres más viejos y sabios del pueblo) registraban y conservaban la historia de la ciudad y de su tiempo, y el testimonio de su existencia, sus heredades, sus ríos y sobre todo su literatura, la cual fue destruida por órdenes expresas de Fray Francisco de Bobadilla.
La Isla Zapatera, en el Lago de Nicaragua, poseía gran riqueza arqueológica con ídolos de gran tamaño, los cuales fueron trasladados a Granada y cercenados por los Jesuitas.
También la Isla de Ometepe y el Archipiélago de Solentiname han sido poseedores desde tiempos ancestrales, de valiosa estatuaria como cerámica de gran riqueza arqueológica, algunas de éstas perdidas o saqueadas con el correr del tiempo.
Los pintores primitivistas Abel Vargas y Fernando Altamirano se han dado a la tarea de reconstruir, a través de la pintura, la forma de vida indígena, dignificando lo que el conquistador vino a abolir.
Acerca de la forma de dignificar el pasado, el licenciado Innmanuel Zerger expresó que “con la destrucción de la cultura indígena en Nicaragua en el siglo XVI, muchas cosas valiosas se sumergieron en el olvido, especialmente en las islas del Lago Cocibolca, el cual es considerado hasta el día de hoy por los chamanes de los indígenas de las Américas, como agua santa”.
“Hoy, este mundo sumergido por la violencia de la conquista se está haciendo nuevamente visible a través de cuadros primitivistas, realizados por Vargas y Altamirano, pintores de estas islas, la mesura del indígena en forma digna, con lindos trajes y no desnudos, en forma de adoración y no haciendo manualidades en el suelo, junto a grandes obras artísticas y no separado de ellos”.
Agregó que “éstas son imágenes de identidad nicaragüense que comunican la grandeza de la cultura que encontraron los “conquistadores” en Nicaragua, razón que los hizo crear la ciudad más antigua del continente americano en las playas del Lago Cocibolca.