14
días
han pasado desde el robo de nuestras instalaciones. No nos rendimos, seguimos comprometidos con informarte.
SUSCRIBITE PARA QUE PODAMOS SEGUIR INFORMANDO.

Ernesto González Valdés.

Las tres situaciones: alerta, miedo y agresión pueden bajo, cualquier circunstancia, darse en cuestiones de segundos ¿Guardan relación: alerta, miedo o agresión? Partiendo de cada definición: el miedo es una reacción espontánea causado por perturbaciones orgánicas, ideas de riesgo, fobias, etc. La alerta es una postura que tomamos para evitar algún tipo de miedo, ya […]

Las tres situaciones: alerta, miedo y agresión pueden bajo, cualquier circunstancia, darse en cuestiones de segundos

¿Guardan relación: alerta, miedo o agresión?

Partiendo de cada definición: el miedo es una reacción espontánea causado por perturbaciones orgánicas, ideas de riesgo, fobias, etc. La alerta es una postura que tomamos para evitar algún tipo de miedo, ya sea por experiencias o por comentarios que nos han hecho. También considerado una prevención de algún suceso que nos proporcione satisfacción o insatisfacción.

Por su parte, la agresión es una actitud que tomamos frente a una situación que no es de nuestro agrado o simplemente porque no estamos de acuerdo con la persona que emite la idea, esta actitud de agresión puede ser física o verbal.

Usualmente la alerta viene antes del miedo, sobre todo por vivencias de terceras personas que las convertimos en nuestros propios estados de alerta, por ejemplo, en el caso en que un amigo nos cuenta que ayer en la tarde iba de regreso a su casa y cuando estaba sentado en la parte posterior del bus subieron unos antisociales y le robaron sus pertenencias. Resulta elocuente que a partir de ese momento usted estará atento al subir en el próximo bus.

Pero vayamos a un ejemplo más tradicional —típicamente nicaragüense— estando en una función de cine lleno de público, repentinamente se produce un temblor con caracteres de terremoto. Posiblemente producto de su reacción ¿de pánico? se encomendará al Señor y/o inmediatamente buscará algún testigo que confirme que la “tierra se movió”. De ser así, muchas podrán ser las reacciones: unos tratarán de alcanzar corriendo la puerta de escape, sin considerar que en esa reacción de huida podrán pasar por encima y lesionar a otras personas.

¿Y en el caso de la agresión? Todo dependerá del entorno en que se produce para la persona sentirse agredida. Más si la acción ha devenido, capítulo 1: alerta, capítulo 2: miedo, y capítulo 3: agresión. Que retomando el primer ejemplo del bus, usted posiblemente sea agredido, producto de la alerta (historia echa por el amigo), por el miedo (subieron dos individuos de caras nada amigas) y usted predispuesto se hace el “loco”, mira por la ventana como que si con usted no fuese, hasta “silba” en señal de que a usted poco le importa, con el objetivo de amedrentar al “invasor” y tratar de pasar inadvertido.

Espectáculo

Puede interesarte

×

El contenido de LA PRENSA es el resultado de mucho esfuerzo. Te invitamos a compartirlo y así contribuís a mantener vivo el periodismo independiente en Nicaragua.

Comparte nuestro enlace:

Si aún no sos suscriptor, te invitamos a suscribirte aquí