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UNA ESCENA DE LA OBRA EL JUEZ DE LOS DIVORCIOS puesta en escena por Dramazul Teatro. (LA PRENSA/O. MIRANDA)

Las razones

A tantos siglos de distancia la creación de Cervantes se mantiene fresca y atractiva para los que gustan de la literatura. Es por ello que la puesta en escena de dos de sus entremeses por el grupo Dramazul Teatro produjo disímiles reacciones en el público que colmó la sala Pilar Aguirre. El Viejo Celoso y […]

A tantos siglos de distancia la creación de Cervantes se mantiene fresca y atractiva para los que gustan de la literatura. Es por ello que la puesta en escena de dos de sus entremeses por el grupo Dramazul Teatro produjo disímiles reacciones en el público que colmó la sala Pilar Aguirre.

El Viejo Celoso y El Juez de los Divorcios fueron las obras que dirigidas por Aníbal Almanza lograron la empatía con el auditorio. Creo que la adaptación de Jaime Eduardo Zúñiga tiene varios puntos a su favor.

Hablo de la adaptación porque que en el caso de El Juez de los Divorcios hubo muchos cambios con respecto a la versión original, y no me refiero al lenguaje y la contextualización en espacio y tiempo con los localismos nicas, sino a la alteración del orden, de la concatenación de las escenas de cada personaje. Por ejemplo, el cargador no es el primero en entrar, sino el vejete, así como Mariana, que es su compañera.

Esta alteración tal vez ocurrió porque Ellton Jirón hacía ambos personajes, pero quiero afirmar que funcionó muy bien porque Jirón y Virylny Castrillo son los actores que más risas provocan en los espectadores.

Sin embargo, en el caso del soldado, esposo de Giomar, aunque tiene momentos acertados, en varias ocasiones falla por la incorrecta articulación del actor Néstor Membreño, debido a que atropella las palabras, por imprimir fuerza a sus ideas.

Las actuaciones de Luisa Cristina Ordóñez y Vida Zeledón en los personajes de Aldonza de Minjaca y Giomar logran diálogos chispeantes, pero en el caso de Aldonza falta vitalidad, se ve una actuación muy acartonada.

LA OTRA

En el entremés El Viejo Celoso hay un nivel de actuación más parejo, aunque se destacan de nuevo, Cristinita (Virylny Castrillo) y el viejo Cañizares de Jaime Eduardo Zúñiga, quienes utilizan todos los recursos posibles de su cuerpo para una proyección escénica certera de la imagen de un señor aquejado de dolencias y de una chica pícara e inquieta.

Los integrantes del grupo trabajaron en el diseño del vestuario y la escenografía, pero queremos recordarles que cada elemento del decorado debe cumplir una función determinada, no deben estar por adornar o dar alas a la imaginación, la mesa redonda y las sillas fueron objetos inútiles, deben buscar cómo darle algún sentido.

Se debe felicitar el esfuerzo de Dramazul Teatro y su director Aníbal Almanza, estos jóvenes que dirigen fueron parte de la Universidad Católica (Unica), hoy son profesionales que dedican su tiempo libre a la hermosa misión de hacer teatro en Nicaragua, una tarea ardua que puede ofrecernos la recompensa espiritual de ver una sala de teatro llena de un público que aplaudió, rió y reflexionó sobre las 400 razones que nos pueden conducir a un divorcio.

Espectáculo

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