Los ministros de Finanzas del G8 muestran un imperturbable optimismo sobre el crecimiento económico pese al reciente desplome de los mercados bursátiles, las alzas en cadena de las tasas de interés y unos precios del petróleo que vuelven a rozar máximas históricas.
“El crecimiento sigue siendo fuerte y está progresivamente mejor repartido”, recalcaron los responsables económicos del G8 (Rusia, Estados Unidos, Japón, Canadá, Alemania, Francia, Gran Bretaña e Italia) al término de una reunión celebrada el sábado en San Petersburgo.
El secretario del Tesoro estadounidense, John Snow, parecía casi eufórico al subrayar que la economía mundial daba muestras de “una fuerza considerable” frente al alza de los precios de la energía. Y es que los precios del petróleo se multiplicaron por más de tres desde comienzos de 2002.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) prevé un crecimiento de 4.9 por ciento este año, algo nunca visto desde 1976 si exceptuamos el año 2004, particularmente bueno, y un ritmo muy parecido para 2007.
El miedo a la inflación en el mundo ensombreció recientemente estos pronósticos, forzando a numerosos bancos centrales a subir sus tipos de interés como medida preventiva contra un aumento de los precios.
Los anuncios se sucedieron uno tras otro esta semana. El Banco Central Europeo (BCE) y los bancos centrales de India, Corea del Sur, Turquía o Sudáfrica cerraron el grifo a los créditos, lo que ha suscitado un temor generalizado con respecto a la coyuntura mundial y una caída espectacular de los mercados bursátiles.
Ante esta situación los responsables piden que se actúe con mesura.