- Dice estar muy emocionado porque trabajará con Guillermo del Toro
Ya no se dedica a cobrar la renta ni a ser un niño engreído. Edgar Vivar, quien le dio vida a los inolvidables personajes Ñoño y El Señor Barriga, se transformará ahora en un parasicólogo obsesionado con la muerte.
Esto como parte de una película que rodará en España, bajo la producción de Guillermo del Toro, nominado en la reciente edición del Festival de Cannes y creador de éxitos taquilleros como Hellboy y Blade II.
“Pensé que era una broma”
“Esto de la película en España salió sin querer, pero es un sueño hecho realidad”, declaró el actor a un programa de televisión.
Relató que hace algunos meses participó de una novela en Argentina en un papel melodramático, muy distinto a lo que solía hacer en la televisión mexicana.
El programa se transmitió con éxito en España, por lo que los realizadores de la película quedaron prendados con su trabajo y lo llamaron para que formara parte del proyecto.
“Lo mejor es que voy a cobrar en euros”, dijo en tono de broma, aunque aclaró que se siente muy motivado, ya que trabajará con Geraldine Chaplin, hija del inmortal Charles Chaplin, y Belén Rueda, quien interpretó la abogada del hombre que decide morir en Mar Adentro.
“Cuando me llamaron pensé que era una broma”, reconoció.
Y es que a los 61 años, la gente no despega su imagen de los personajes que desarrolló junto a Chespirito. Sin embargo, para vivar esa etapa ya pasó y es necesario adaptarse a los nuevos tiempos.
“Sí, me he dedicado a otras cosas… (porque) la vida siempre cambia y hay que adaptarse; el que no se adapta se estanca, si te quedas atrás es como una forma de morirse”, manifestó.
SALUD FRÁGIL
Asimismo, confesó que ha visto la muerte de cerca en varias ocasiones: sufrió dos tromboembolias pulmonares que lo mantuvieron en cuidados intensivos y sufrió un accidente cuando intentaba subirse a un elefante como parte de su actuación en un circo de Argentina.
También recordado por su personaje de El Chómpiras, reconoció que su sobrepeso agrava su cuadro clínico y es su mayor tristeza.
“Mi mayor tristeza es mi condición física, no es muy buena, quisiera hacer más cosas”, indicó.
Pero eso no ha sido un impedimento para “continuar luchando” y cuando piensa en la muerte asegura que quiere morir trabajando.
“No (me gustaría que fuera) rodeado de gente que te está mirando, no en un hospital. Me gustaría que fuera trabajando. Es que mi trabajo es hermoso”, dijo sin evitar que se le quebrara la voz.