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Reverendo Palmerston Budier. (La Prensa/Archivo)

Reverendo Budier: “Mi conciencia está limpia”

Pastor de Iglesia Morava Central de Bluefields habla con LA PRENSA [doap_box title=”Trayectoria de un “siervo de Dios”” box_color=”#336699″ class=”archivo-aside”] Palmerston Budier, antes de ser pastor y reverendo moravo, fue tipógrafo en el periódico costeño La Información, donde laboró desde los 12 años hasta que tenía 30. “(Después) Yo entré a la Iglesia de manera […]

  • Pastor de Iglesia Morava Central de Bluefields habla con LA PRENSA
[doap_box title=”Trayectoria de un “siervo de Dios”” box_color=”#336699″ class=”archivo-aside”]

Palmerston Budier, antes de ser pastor y reverendo moravo, fue tipógrafo en el periódico costeño La Información, donde laboró desde los 12 años hasta que tenía 30.

“(Después) Yo entré a la Iglesia de manera voluntaria, lo quería hacer, y acepté el reto en 1963 de ir a El Cocal (comunidad rural de Bluefields), a realizar trabajos de pastoreo, recorría Río Maíz, San Juan del Norte (Nicaragua), El Delta, La Barra el Colorado. Después de dos años y medio me trasladan a Kukra Hill, donde permanecí casi dos años”, relató el reverendo.

En 1978 fue ordenado como diácono en Tasbapounie, luego de trabajar como pastor en El Rama. A Bluefields fue trasladado el 11 de enero de 1980.

Después del huracán Juana, en 1988, viajó a Texas, Estados Unidos, invitado por ciudadanos moravos de ese país con el fin de congratularlo por el trabajo realizado en Bluefields. “Unos me dieron 2,500 dólares, otros 1,500. Ese dinero lo invertí en esta casa. No construí mi casa porque yo trabajo para Dios”, dijo.

Budier tiene ocho hijos, cuatro hombres y cuatro mujeres. El 26 de este mes cumplirá 74 años. Nació el 26 de julio de 1932.

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CORRESPONSAL / BLUEFIELDS

El reverendo Palmerston Budier confió a LA PRENSA que alista sus maletas para salir de la casa propiedad de la Iglesia Morava Central de Bluefields, Región Autónoma del Atlántico Sur (RAAS), porque ahí vivirá el diácono que la Junta Provincial de esa sede religiosa nombrará en su lugar.

Budier, quien fue destituido días atrás de su cargo de pastor de esa iglesia, no tiene dónde vivir porque desde que se inició a temprana edad en el pastoreo lo hizo en comunidades rurales de Bluefields, Kukra Hill, Laguna de Perlas, El Rama y hasta en Corinto, Chinandega, lugares donde nacieron algunos de sus hijos.

“Para mí esto es duro, me duele. Yo vivo una vida corriente. Al recibir esto de mi Iglesia donde he trabajado 43 años, me duele. Yo entré a la Iglesia por un llamado del Señor, no vine a buscar (dinero), vine a servir y he sabido manejar los fondos de la Iglesia de manera transparente, en los próximos días entregaré todo, mi conciencia está limpia”, confió.

No tiene casa

El reverendo tiene de habitar la casa propiedad de la Iglesia Morava más de 18 años.

“No tengo una casa propia donde vivir, estoy preparando mis maletas para salirme de aquí. Mi hija me está dando donde vivir en su casa, cuando venga otro pastor hay que darle esta casa”, dijo con los ojos llorosos el reverendo Budier.

El pastor moravo reveló a LA PRENSA que esperaba cumplir sus 50 años de vida matrimonial con Sara Bryan, de 73 años, el próximo 5 de diciembre para anunciar su retiro de la Iglesia Morava Central, y con ello tener una “salida decorosa” como pastor de la misma.

Sin embargo, la Junta Provincial de esta Iglesia, presidida por el superintendente Steadmand Bent, decidió separarlo antes por motivos aún no precisos. Lo único que existe es una carta de Bent en la que le informa a Budier que se ha prescindido de sus servicios porque tienen numerosos pastores jubilados que han solicitado su reintegro, y habrían privilegios para otros que estando jubilados aún están en servicio, en clara alusión a Budier.

“El daño está hecho”

Sin embargo, Budier nunca fue jubilado de la Iglesia Morava. La separación de Budier ha causado inconformidad a lo interno de la feligresía morava.

“Esperábamos hacer una celebración y a la vez despedirnos de la feligresía, pero me lo adelantaron. Eso es lo que más me duele, el daño ya está hecho. Yo amo a la feligresía, ellos reconocen mi trabajo, pero tienen que mantenerse firmes al lado de la Iglesia”, dijo en una entrevista a LA PRENSA el pastor Budier.

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