- El español Antoni Abad, quien recibió el premio más importante del mundo en arte digital, ha puesto sus ojos y su ingenio sobre los inmigrantes nicaragüenses, a través de un proyecto que se llamará Canal Central y será patrocinado por el Centro Teorética del país centroamericano
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Linz, Austria, EFE
La Golden Nica Ars Electronica, el premio más importante del mundo en arte digital, otorgado este año al español Antoni Abad por la creación de la red Canal Accesible, es un impulso para que su autor “siga adelante” con nuevos proyectos, entre ellos uno ya planificado en Costa Rica.
Así lo afirmó Abad a EFE en Linz, tras la presentación oficial de Canal Accesible en el prestigioso festival Ars Electronica y después de haber recibido el distinguido galardón en la categoría “comunidades digitales”, dotado de 10,000 euros.
El próximo proyecto ya está planeado: una red de inmigrantes nicaragüenses en Costa Rica que se llamará Canal Central, y estará patrocinada por el Centro Teorética del país centroamericano.
Abad comenzó hace más de tres años a trabajar con teléfonos móviles con cámara integrada, inspirado por sus “dos capacidades: el registro multimedia y la capacidad de publicar los contenidos en internet. A mí se me ocurrió que podían servir para algo más que para mandar fotos de cumpleaños”, explicó.
A LOS DISCRIMINADOS
La idea principal fue organizar redes de comunicación social, “ofrecidas a grupos que sufren discriminación” y así surgió en el 2004 el primer grupo: los taxistas de Ciudad de México.
“Allí llegas y te dicen: cuidado, no te montes en un taxi solo, porque puedes desaparecer, te pueden violar, etc., pero son los propios taxistas las principales víctimas de estos delitos. Es además la ciudad con más taxis del mundo, hay 120,000”, recordó.
Gracias a este proyecto, ellos aprendieron a explicarse desde los teléfonos, transmitiendo “sus penas y alegrías, sus necesidades, ilusiones y críticas” con el envío de fotos, audio, vídeo y texto.
OTROS PROYECTOS
A este proyecto le siguieron, con el mismo esquema, dos redes de jóvenes gitanos en las ciudades españolas de León y Lleida, y una tercera con prostitutas en Madrid.
“Para mí, el mayor éxito que puede haber es que una vez finalizado este paraguas artístico y cuando ya conocen cómo funcionan los dispositivos, que se organicen y continúen por su cuenta. Ese es el mayor éxito porque realmente significa que el arte ha pasado a un territorio cívico, tiene influencia, no se queda encerrado en las cuatro paredes del museo”, dice Abad.