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Albert Eistein, el afamado científico, “revivió” 50 años después de su muerte gracias a la magia de la tecnología. (LA PRENSA/AFP)

EINSTEIN VUELVE A LA VIDA COMO ROBOT

El inconfundible rostro de Albert Einstein “cobra vida” en el primer robot que anda, capaz de expresar sorpresa, alegría, tristeza e ira, una invención que debutó en NexFest, un festival tecnológico celebrado recientemente en Nueva York, en el que se presentó una selección de los últimos avances tecnológicos. [doap_box title=”Androides terapéuticos” box_color=”#336699″ class=”archivo-aside”] A NexFest […]

  • El inconfundible rostro de Albert Einstein “cobra vida” en el primer robot que anda, capaz de expresar sorpresa, alegría, tristeza e ira, una invención que debutó en NexFest, un festival tecnológico celebrado recientemente en Nueva York, en el que se presentó una selección de los últimos avances tecnológicos.
[doap_box title=”Androides terapéuticos” box_color=”#336699″ class=”archivo-aside”]

A NexFest también llegó Paro, una pequeña mascota desarrollada por el Instituto de Tecnología y Ciencia Industrial Avanzada de Japón.

Paro no es una mascota común y corriente, sino una foca blanca y peluda de tierna mirada con sensores y activadores instalados en su interior, que le permiten moverse y responder a ciertos estímulos, como las caricias a su pelaje.

Paro, que significa “robot de compañía”, no sólo se usa en países como Japón, Italia, Francia y Suecia como sustitutos de mascotas donde éstas no son permitidas, sino que ha sido muy exitoso como “animal terapéutico”.

“Está bajo prueba en hospitales y hogares de ancianos, donde sirven de compañía y ayudan a aminorar la ansiedad”, dijo a EFE Selma Sabanovic, investigadora social del Departamento de Estudios Tecnológicos del Instituto Politécnico Rensselaer.

La mascota robotizada está hecha a mano, funciona con baterías ubicadas en su chupete y su precio es de 3,500 dólares.

“Se han vendido 700 en tres años y entró al Libro de Récords Guinness como el robot más terapéutico del mundo”, dice Sabanovic.

Otros usos similares son los de los Robots Bailarines creados por la Universidad de Tohoku, en Japón, por 300,000 dólares.

En el futuro estos danzarines se utilizarán en tareas más prácticas, como asistentes a personas con problemas ortopédicos o ancianos con dificultades para caminar.

EFE[/doap_box]

La conferencia fue un viaje al futuro de la robótica, la seguridad, el transporte y el entretenimiento, incluidos los vehículos híbridos, videojuegos que incorporan realidad virtual y simulaciones y uniformes militares completamente equipados.

En el corredor de robots está Alex Hubo, cuya cabeza, de apariencia humana, fue diseñada por la empresa Hanson Robotics, y su cuerpo por la división Hubo de los Laboratorios Kaist, en Corea del Sur, especializados en el área de robots humanoides.

Actualmente, Hubo no es más que una diversión, pero sus creadores confían que en el futuro sirva de asistencia a los discapacitados.

HUMANOIDES HARÁN LA VIDA MEJOR

“Los humanoides son los robots del futuro. Ellos harán la vida de los humanos mejores y más felices”, dijo a Efe Il Young Han, un ingeniero de Kaist que ha estado a cargo de este proyecto.

No sólo quienes miran a Alex Hubo reconocen fielmente a Einstein en su rostro; el robot también es capaz de identificar a quienes le rodean, gracias a unas cámaras instaladas en sus ojos.

Sus labios se mueven en sincronía con su voz y su rostro se ríe, se entristece, se enoja o se sorprende con suma expresividad.

Si de diseño estrictamente humanoide se trata, la conferencia presenta a Actroid Der, una joven y atractiva mujer japonesa creada por Kokoro, una compañía del Grupo Sanrio —los creadores de Hello Kitty—, en Japón.

Esta mujer fácilmente confundible con un ser de carne y hueso suele emplearse como recepcionista de turistas en hoteles, presentadora de nuevos productos y guía de exhibiciones.

BILINGÜE

Aunque no puede andar, Actroid parpadea e interpreta —sin mover los pies del piso— una danza tradicional japonesa, mientras que su versión interactiva y mucho más avanzada puede entender frases comunes en inglés y japonés.

Actroid tiene un sentido del humor bien robótico, ya que al preguntársele si es un robot, responde con un estereotipado y monótono “Si-soy-un-robot”, acompañado de movimientos rígidos y mecánicos.

Según comentó a Efe el director de Kokoro, Takeshi Mita, Actroid se vende en Japón desde junio del año pasado por 300,000 dólares, aunque también se puede alquilar por 800 dólares diarios.

Tecnología

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