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“Pude ser el Campeón Mundial en Sydney”

No llegó con temor, pero tampoco con la seguridad de realizar un gran trabajo en el Campeonato Mundial Juvenil de Billar de Bola 9 celebrado en Australia. Gerald López sabía que enfrentaría a los mejores del mundo, aquellos que tienen, además del talento, un respaldo técnico y económico aún soñado en Nicaragua. Sin embargo, el […]

No llegó con temor, pero tampoco con la seguridad de realizar un gran trabajo en el Campeonato Mundial Juvenil de Billar de Bola 9 celebrado en Australia. Gerald López sabía que enfrentaría a los mejores del mundo, aquellos que tienen, además del talento, un respaldo técnico y económico aún soñado en Nicaragua. Sin embargo, el pinolero empezó a demostrar a través de cada ronda, que pese a la poca preparación, podía ser uno de los principales animadores del certamen.

Preparación especial no tuve. Aquí en Nicaragua uno no se prepara para “X” o “Y” evento, simplemente practicamos a diario. El único respaldo que recibí fue del Casino Pharaohs y de mi club (Time Off -VIP).

Muchas. Tenían todas las condiciones para ganar. La técnica realmente influía, y yo tenía una gran desventaja en ese aspecto. En ocasiones la posición de las pelotas obligaba a un tiro especial, y yo no sabía cómo tirarlo, y los otros competidores se sorprendían porque no sabía cómo tirarlo. Otra ventaja que ellos tienen es que dominan mejor las medidas de la mesa. Son muy inteligentes tanto a la ofensiva como a la defensiva. Yo pierdo mucho ahí.

Y eso no es nada, ellos andaban con un taco para todo tipo de tiro. Tenían un taco para quebrar bola, otro para saltar, el sencillo y otros según la especialidad. Tenían su tiza especial, bueno, todo lo que tenían era especial. Y cada jugador iba acompañado como por 20 personas, entre familia y técnicos.

Sólo un taco. Y con ese taco tenía que resolver todo. Pero con ese único taco hice lo mismo y hasta más que muchos de ellos. Con ese taco llegué al tercer lugar.

Me menospreciaron. Como me veían con un taquito, no me paraban mucha bola. Pero cuando vieron que me metí entre los primeros ocho, me empezaron a ver distinto.

Cuando me metí en los primeros ocho. Yo pude ser el Campeón Mundial en Sydney, pero la suerte acompañó al chinito que enfrenté.

Inteligencia. Aprendí a jugar con inteligencia. Teniendo eso, nadie te detiene.

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