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Remesas encima de cálculo oficial

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El envío de dinero de los nicaragüenses en el exterior a sus familiares en Nicaragua, durante el año 2005, pudo alcanzar entre 800 millones y mil millones de dólares, una cifra que supera hasta en 30 por ciento lo calculado por el Gobierno, dijeron economistas consultados.

El analista en macroeconomía, Néstor Avendaño, recordó que hace seis años la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) hizo una encuesta en Nicaragua, sobre las remesas, y estimaron un ingreso de 800 millones de dólares anual. Por eso él considera que el monto de las remesas llegó con facilidad a un mil millones de dólares en el 2005.

Armando García, presidente de la Asociación Nicaragüense de Instituciones de Microfinanzas (Asomif) hace un cálculo similar. “Nuestro estimado es entre 750 y 800 millones de dólares”, afirma, mientras que el Banco Central registra en un recuento preliminar 625 millones de dólares en remesas familiares durante el 2005.

ENCUESTAS EN FRONTERA

Miguel Aguilar Méndez, jefe del departamento de Programación Externa del Banco Central de Nicaragua (BCN), indicó que la cantidad “depende de cómo se calcula, (y) nosotros contamos con la metodología de recabar la información a través de las instituciones intermediadoras en el traspaso o el envío de las remesas del exterior”.

Además, el Banco Central realiza investigaciones del traspaso de persona a persona en los puestos fronterizos, donde levantan encuestas semestrales para estimar los montos de dinero que mandan o traen en los bolsillos los migrantes.

“También retomamos información de las encuestas que desarrolla el INEC (Instituto Nicaragüense de Estadísticas y Censos) sobre el nivel de vida de los nicaragüenses”, para calcular los montos promedio que reciben los hogares desde el exterior, dijo Aguilar.

CALCULAN SÓLO LA MITAD

Para Armando García, presidente de Asomif, es difícil calcular con exactitud el monto de las remesas familiares que llegan a Nicaragua. “Realmente no existe un registro formal… Cada quien hace su mejor estimado, basado en el total de nicaragüenses que han migrado hacia Estados Unidos, Costa Rica y otros países”.

El economista Avendaño estima que “el montó de las remesas que se registran en el sistema financiero nacional sólo representan entre 50 y 60 por ciento del total de las remesas ingresadas en el país, porque hay remesas que llegan por medio de la empresa de correos, en los bolsillos de los viajeros, por medio de transporte terrestre o aéreo, y otras por medio de organizaciones religiosas y no gubernamentales”.

Las remesas familiares garantizaron la estabilidad macroeconómica durante el 2005, año en que no se desplomaron las reservas internacionales, a pesar de que las ventanillas del Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) permanecieron cerradas para Nicaragua, debido al atraso en la emisión de leyes asociadas con la estabilidad fiscal y el fortalecimiento del Sistema Financiero Nacional, afirmó Avendaño.

“Las remesas son una respuesta social y son hoy mucho más importantes que la ayuda internacional y la inversión extranjera. Si no existieran, aquí habrían grandes presiones sociales que no las hubiese resistido ningún gobierno; yo creo que son una válvula de escape de la población que sufre en gran forma los efectos de todos estos ajustes económicos y la falta de oportunidad de empleo”, añadió Avendaño.

EN CRECIMIENTO

El economista considera que la principal razón del incremento del flujo de remesas es la normalización de la residencia de muchos migrantes nicaragüenses en Estados Unidos y Costa Rica.

“Creo que el apoyo político con que cuenta el presidente Bolaños radica más en el exterior, así que a corto plazo no veo represalias para los inmigrantes nicas en Estados Unidos”, comentó Avendaño. “Por esas condiciones yo no preveo una caída de las remesas en corto plazo. Por el contrario, creo que continuarán en aumento”.

Datos del Banco Central indican que el ingreso al país de 625.8 millones de dólares, durante el 2005, muestra una tasa de crecimiento de 15.7 por ciento respecto a lo registrado en el año 2004, cuando entraron 518.8 millones de dólares. Las remesas del 2004 habían crecido en 18 por ciento, con relación al 2003, año en que llegaron 438.8 millones de dólares.

MESES PICO

El jefe del Departamento de Programación Externa del Banco Central, Miguel Aguilar Méndez, informó que en los meses de diciembre y enero “se notan los mayores flujos (de remesas familiares), porque están los gastos de Navidad y año nuevo, y el regreso a clases de los estudiantes”. Mayo y junio también son meses en que repuntan las remesas.

PARA VIVIENDAS

El economista Néstor Avendaño afirma que el 95 por ciento del dinero que los emigrantes envían a Nicaragua es utilizado para el consumo y sólo el cinco por ciento es destinado a la inversión.

“Un buen uso (de la remesa) sería que tanto el que la envía, como el que la recibe, tenga la predisposición de iniciar un ahorro en una institución pública para la construcción de su vivienda”, sugirió.

“Este sector que recibe remesas es de alto riesgo, porque si las remesas fallan estas personas quedan desprotegidas, sin ningún respaldo financiero”, añadió Avendaño.

El jefe del departamento de programación del Banco Central, Miguel Aguilar, apoyado en datos del Instituto Nicaragüense de Estadísticas y Censo (INEC), indica que las remesas sufragan gastos alimenticios en un 75 por ciento, de vestuario en 6 por ciento, de educación en 7 por ciento, y de bienes y negocios en 5 por ciento.

Avendaño propone “combinar el esfuerzo de los trabajadores emigrantes en el exterior con sus remesas y la autoconstrucción de viviendas, para disminuir el costo de las mismas, pero con una adecuada supervisión de una institución estatal, para que las construcciones sean llevadas a acabo con procedimientos correctos y superar el penoso caso de viviendas donde se entrega sólo techo y piso, siempre y cuando haya una correcta administración de una fracción de remesas”.

El problema de vivienda es grave en Nicaragua porque se estima un déficit de medio millón de casas y que el 44 por ciento de la población del país vive en condiciones de hacinamiento, explicó el economista.

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