Mientras en Managua y en casi todas las cabeceras departamentales el acceso a internet ya es realidad cotidiana, no así en muchos municipios rurales, peor cuando se trata de los poblados en las comarcas rurales. Cuando hay, entonces, a precios estratosféricos y sin posibilidades como Telefónica Internet para comunicarse a costos reducidos con la emigración.
Contribuir a cambiar esta situación es el objetivo principal del proyecto Desarrollo de las Telecomunicaciones Rurales, con financiamiento concesional ya aprobado por el Banco Mundial pero aún pendiente de su ratificación por la Asamblea Nacional. Los 10 millones de dólares no es mucha plata —menos que los 17 millones gastados en propaganda electoral recientemente— pero inteligentemente usados pueden servir para construir los eslabones faltantes de las últimas millas entre la infraestructura en fibra óptica ya existente y las cabeceras de 103 municipios rurales.
Un uso inteligente no se puede decretar desde un escritorio en Managua, mucho menos cuando de fondo nadie en la capital sabe cómo está la situación actual del uso ya existente y del potencial de aprovechamiento de las Tecnologías de Información y Comunicación (TIC), en cada una de la cabeceras municipales, cuando hasta este momento cada entidad del gobierno central —MECD, Minsa, Mag-for, Marena, FISE, Inifom, CSE y CSJ entre otros— cada programa y cada proyecto de cooperación, cada segmento de los sectores privado y académico, en fin cada ONG, anda detrás de su pedacito del problema.
Para superar la ignorancia “eNicaragua” (AIN) —www.enicaragua.org.ni— inicia en estos días un censo TIC en 111 municipios rurales del país, con el objetivo de saber cuáles tecnologías de información y comunicación llegan hasta donde, incluyendo los medios tradicionales como radio, televisión y prensa escrita. Se levantará, municipio por municipio, un inventario de posibles usuarios de las TIC, desde las alcaldías, centros escolares e instalaciones de salud hasta ONG, asociaciones de productores y microfinancieras, complementándolo con una pequeña encuesta de hogares en cada municipio.
Mientras las ambiciones de cobertura para el primer censo TIC rural son grandes, el financiamiento es muy limitado. Se cuenta con sólo 150 dólares por cada municipio para reproducir los formatos, enviar a los encuestadores y recoger la información necesaria. Entonces, sin el apoyo activo en cada lugar por los alcaldes, por los concejos municipales y por la comunidad municipal entera, no se podrá cumplir con las metas. A cambio, cada municipio recibirá a finales de abril del próximo año su individual diagnóstico TIC como base para incluir las TIC en los planes municipales de desarrollo. Bien hecho y sincronizado con la implementación del crédito ya mencionado, alcaldes y concejos podrán dejar un municipio conectado al siglo XXI al entregar la municipalidad a finales del año 2008, con lo cual seguramente se inscribirán en el libro de la historia municipal.
Director Ejecutivo eNicaragua(AIN)