- Esta ciudad, una de las más importantes de Brasil y antigua capital de este país sudamericano, ofrece un mosaico de escenarios lleno de contrastes cautivadores
[/doap_box]
Río de Janeiro
Río de Janeiro/Brasil
ío de Janeiro, la cidade maravilhosa, cautiva al visitante incluso en inusuales días lluviosos, cuando la temperatura en plena bahía de Guanabara, en la costa del Océano Atlántico, puede bajar hasta los 20 grados centígrados, mientras la brisa del mar rocía la autopista que corre casi paralela a la costa.
Conocida quizás principalmente por el ritmo de la zamba y los vistosos colores que iluminan en los días del carnaval la noche carioca, Río de Janeiro ofrece mucho más al visitante: desde tranquilos paseos en bote en el Lago de Rodrigo de Freita, hasta apuradas visitas a uno de sus símbolos más emblemáticos: el Cristo redentor, sobre el cerro del Corcovado.
Una opción para recorrer parte de esta ciudad, de 12 millones de habitantes en su área metropolitana y antigua capital del Brasil, es alquilar un taxi para dar un paseo de unas tres horas por algunos de los lugares más emblemáticos de la ciudad.
En pocos minutos, con una inversión en el transporte que puede costarle entre 30 y 45 dólares por persona, puede pasar de soportar temperaturas de hasta 32 grados centígrados a orillas del mar, a mucho más frescas de unos 21 grados centígrados en plena cima de la montaña, que en su cúspide exhibe la conocida escultura del Cristo de los brazos abiertos.
Desde la cima la vista se refresca no sólo por la regular neblina que puede cubrir la montaña por algunos minutos, o quizás por horas si el clima no le favorece; sino también por una panorámica de la ciudad, dentro de la cual la floresta se mezcla con rascacielos y humildes favelas, los barrios populares de Río de Janeiro.
El conocido Pan de Azúcar, otra de las montañas que salpican la irregular y contrastante geografía de río, salta a la vista a la derecha desde el cerro del Corcovado.
En el centro de la panorámica podrá apreciar la bahía de Guanabara, donde se localiza la playa de Copacabana, sobre la cual en plenos días soleados miles de bañistas se refrescan en sus aguas, broncean sus cuerpos al sol o simplemente juegan un partido de voleibol de playa en las decenas de canchas instaladas sobre la blanca arena.
Después de visitar el Corcovado, hasta donde puede llegar en el taxi que alquiló para el recorrido, puede bajar hasta el antiguo barrio de Santa Tereza.
Según Luciano Duarte, un joven taxista que en sus días libres dice practicar el surf, Santa Tereza con sus antiguas casas coloniales y ventanas de madera ha sido escenario de muchas telenovelas brasileñas para aprovechar el ambiente pueblerino de la zona, localizada a pocos minutos del pleno centro de río donde se localizan las principales oficinas corporativas, consulados y embajadas.
Al recorrer la zona que une Santa Tereza y el centro de río, podrá apreciar iglesias coloniales, entre ellas la Candelaria, la Catedral Metropolitana, aunque con un estilo más moderno, el famoso zambódromo por donde desfilan cada año decenas de escuelas de zamba días antes de la Semana Santa, y más allá… el estadio de futbol Maracaná que está siendo remodelado en ocasión de los Juegos Panamericanos 2007 previstos para julio próximo.
Así es Río de Janeiro, la cidade maravilhosa como la llamó Andrés Filho en 1934, al componer la marcha del mismo nombre.
Una ciudad con “una belleza majestuosa, con zonas edificadas anidadas entre magníficas bahías y playas deslumbrantes, y una cadena montañosa que se eleva de un exuberante bosque tropical”, como bien la describe la Guía Brasil en síntesis.
intensa vida nocturna
Río Scenarium Bar, discoteca-bar ubicada en el centro antiguo de Río de Janeiro, es una de las más exclusivas para disfrutar el esplendor y el colorido de la también agitada vida nocturna de la ciudad.
Si prefiere la brisa marina, también de noche, puede optar por cenar en Marina Gloria, a orillas del Atlántico.
En ambos, o bien en establecimientos populares localizados a lo largo de las renombradas playas de Copacabana, Ipanema o Leblon, podrá refrescarse con un trago de la Caipirinha, el conocido cóctel brasileño preparado a base de cachaça, limón, azúcar y hielo.