- La oscuridad y el tango se juntaron la noche del sábado para ofrecer a los nicaragüenses un espectáculo único en su tipo: Bocca Tango, en el que predomina la sencillez, acrobáticos movimientos y cuerpos semidesnudos
En la oscuridad de la Sala Mayor del Teatro Nacional Rubén Darío bastaron una silla y una mesa negra para deleitar a más de 700 personas en la presentación del argentino Julio Bocca, con el espectáculo Bocca Tango.
La obra es una presentación de coreografías de tango argentino, dentro de las que se destacan temas de Astor Piazzolla, Carlos Gardel y otros artistas. El evento fue organizado por la Asociación Pro Niños Quemados de Nicaragua (Aproquen).
Por más de una hora, media docena de bailarines impresionaron al público con acrobáticos y sensuales movimientos perfectamente coordinados, que construían en el escenario una ilusión óptica, que el público aplaudió fervorosamente.
Un total de 25 tangos fueron presentados por Julio Bocca y el Ballet Argentino. Entre ellos, los más aplaudidos fueron los que pusieron en escena a bailarines con cuerpos semidesnudos, que se movían con tal gracia y concentración que al finalizar cada pieza el público gritaba y se desbordaba en aplausos, a tal punto que muchas personas se pusieron de pie para celebrar la interpretación.
Contra el estereotipo de que es necesario un hombre y una mujer para conformar una pareja de baile, en tangos como Sueños de Juventud y Negracha, varias parejas, conformadas por varones, se contoneaban abrazados al ritmo de la música; y en algunos momentos hacían pasos eróticos, que al finalizar fueron ovacionados por el público.
La presentación de la noche del sábado forma parte de la gira que el bailarín argentino realiza a manera de cierre de su carrera en los escenarios.
Julio Bocca, según dijo en conferencia de prensa el pasado viernes, planea poner fin a sus 25 años de carrera artística para dedicarse a su vida privada.
Su última función será el 22 de diciembre de 2007 en Buenos Aires, y con ella terminará su último tour, el que inició el año pasado y que lo ha llevado por varios continentes.
El espectáculo de 90 minutos, Bocca Tango, nació en el 2001 en Buenos Aires, Argentina, y luego fue presentado al resto del mundo con favorables críticas. Hasta hoy la obra ha sido vista por más de 20 mil personas en Europa y América.
LO QUE MÁS GUSTÓ: LA DESNUDEZ
Las piezas en que los bailarines aparecían con poca ropa, o sin ella, fueron las más aplaudidas por el público.
En el tango El Último Café, Julio Bocca actuó con una bailarina que vestía un traje con pronunciados escotes, que luego se quitó para bailar en ropa íntima.
Durante la ejecución de este baile el público admiró atentamente, como si pensaran que era lo mejor de la obra, pero al iniciar el tango Romance del Diablo, para sorpresa de muchos, la bailarina que acompañaba a Bocca salió únicamente en bikini, dejando descubierto sus pechos, los que se movían al ritmo del tango de Astor Piazzolla.