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La construcción de casas prefabricadas es el proyecto que realiza Jairo Sequeira, un nicaragüense que regresó de EE.UU. para trabajar en su natal Chinandega. (LA PRENSA/C. MUNGUÍA)

Vuelve a Chinandega para enseñar y hacer negocios

En EE.UU. trabajó y conquistó una profesión, pero las dificultades que observó en Nicaragua le motivaron a regresar para contribuir a la generación de empleo Chinandega Fue uno de los jóvenes que buscó oportunidades cuando el gobierno sandinista decretó el Servicio Militar Patriótico (SMP), en los años ochenta. De Chinandega saltó a El Salvador, después […]

  • En EE.UU. trabajó y conquistó una profesión, pero las dificultades que observó en Nicaragua le motivaron a regresar para contribuir a la generación de empleo

Chinandega

Fue uno de los jóvenes que buscó oportunidades cuando el gobierno sandinista decretó el Servicio Militar Patriótico (SMP), en los años ochenta. De Chinandega saltó a El Salvador, después a Guatemala y México. En los tres países solicitó asilo y le fue negado.

Él es Jairo Arístides Sequeira Argeñal, quien a los 15 años llegó a la ciudad de Brownsville, Texas, donde su primer trabajo consistió en enderezar y pintar carros.

“Tuve que salir de Texas hacia California porque ser menor de edad y percibir salario es un delito en Estados Unidos”, cuenta hoy, ya de regreso en Chinandega. Las iglesias evangélicas le tendieron la mano, estudió y se graduó de abogado.

Después que el huracán Mitch destruyó parte del Occidente de Nicaragua, en octubre de 1998, Sequeira llegó a Chinandega para apoyar a sus familiares y le nació la inquietud de fundar un organismo no gubernamental para ayudar a la población chinandegana.

De inmediato hizo gestiones para traer de Estados Unidos brigadas médicas, donaciones de aparatos ortopédicos y medicinas.

“Es impresionante constatar niños sin padres, madres solteras víctimas de violencia doméstica, las violaciones; quise hacer mucho pero en Nicaragua es todo complicado”, reflexiona después de repasar las dificultades que ha visto en su tierra natal.

SE TOPA AL AMOREN EL REGRESO

Sensible a los problemas de Chinandega, Sequeira decidió volver a residir en esa ciudad del Occidente nicaragüense; y tuvo tanta suerte que en el avión conoció a Laura María, una misionera que hacía estudios para apoyar proyectos sociales en Chinandega.

“Nos casamos y decidimos residir permanentemente en Chinandega”, dice al contar con emoción cómo sucedió ese encuentro inesperado.

“No quiero más donaciones”, afirma. “Deseo crear empleos con dignidad, emprender un negocio que sea de mucho beneficio social, que de esos empleos se resuelvan los problemas de la gente sin recursos”.

Jairo Sequeira construyó una casa modelo en Chinandega y a la vez creó una compañía que ofrece casas prefabricadas con un método rápido.

“Las piezas de la casa, similar a un rompecabezas, incluyendo su sistema eléctrico, serán construidas en Chinandega y enviadas hacia Estados Unidos y tendrán un valor de 60 mil dólares”, dice el inversionista.

El proyecto está en la primera fase de entrenamiento del personal por un período de cuatro meses.

Sequeira explica que ha desembolsado casi 10 mil dólares en los diseños y capacitación de los obreros, procedentes de los ahorros que hizo mientras trabajó en bienes raíces en Estados Unidos.

“Yo quiero que exista una relación mutua, se resuelve el desempleo y damos un techo a quien pueda comprar ese bien”, explicó.

También hace gestiones con organismos no gubernamentales, interesados en apoyar la construcción de viviendas, para beneficiar a nicaragüenses sin techos.

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