- Presidente iraní recalca su oposición a potencias mundiales y las califica de arrogantes en fase final
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El Presidente de la República Islámica de Irán, Mahmoud Ahmadinejad, durante su visita a Nicaragua que concluyó ayer, desarrolló varias actividades en las que se dirigió a los nicaragüenses con un discurso caracterizado por la posición contraria a las políticas occidentales que esta nación islámica promulga.
En una reunión de trabajo en la secretaría del Frente Sandinista, Ahmadinejad señaló que Irán y Nicaragua “son dos pueblos que quieren la justicia y el progreso para todo el mundo”, a la vez que aseguró que “los dos pueblos tienen intereses comunes, enemigos comunes y retos comunes”.
Mensaje al pueblo
El mandatario iraní junto al presidente Daniel Ortega y los cancilleres de ambos países, visitó el barrio Enrique Lorente, al suroeste de Managua, donde en un acto al aire libre se dirigió a la población.
Ahmadinejad dijo que “aunque es la primera vez que tengo el honor y a pesar de la distancia geográfica, nunca me voy a sentir extraño entre ustedes porque son como mi pueblo: valiente, heroico y con mucha fe”.
“Vamos a estar hasta el fin con ustedes (…) con la esperanza en la muerte de todos los opresores y del imperialismo mundial”, dijo Ahmadinejad, a través de su traductor.
El gobernante iraní continuó: “Hoy no estamos solos; Irán, Nicaragua, Venezuela y otros países revolucionarios, estaremos juntos y vamos a resistir juntos y Dios también estará con nosotros y con nuestro pueblo, estén seguros que el triunfo es nuestro”.
Culpa a potencias
El Presidente iraní manifestó que deben unirse los pueblos opuestos a “la arrogancia” pues el mundo necesita de “gobernantes buenos que enseñen amor y cariño”.
“Si existe pobreza, violencia y problemas en el escenario mundial, hay que buscar los orígenes y raíces en la mala administración de las superpotencias y del imperialismo mundial”, agregó Ahmadinejad.
Señaló que está llegando a su fin el tiempo de “la arrogancia” y el “totalitarismo”.
“Los pueblos del mundo ya están despiertos y la mala administración bélica de fuerza, de poderío, por parte de los arrogantes ya está en su fase final”, indicó.
Condecorado
Ortega condecoró al mandatario iraní con la orden Augusto César Sandino, en el grado Batalla de San Jacinto. Al entregar la medalla, Ortega explicó a Ahmadinejad la gesta de los héroes de San Jacinto “donde se derrotó a los primeros invasores del norte”.
Ortega recordó además que la revolución de Irán se produjo en 1979, el mismo año de la revolución sandinista. En este sentido el Presidente de Nicaragua afirmó: “Somos revoluciones hermanas, somos revoluciones gemelas”.