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Los Leones, jodidos

[email protected] Hay preguntas tontas, pero inevitables, por ejemplo: ¿Cómo amanecieron hoy los leones? Y la respuesta directa, es: ¡Jodidos! Y es que no hay mejor forma de expresar la situación desesperadamente angustiosa por la que los rugidores atraviesan después de tres derrotas consecutivas en esta final. Golpeados en sus mandíbulas por el error de Ronald […]

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Hay preguntas tontas, pero inevitables, por ejemplo: ¿Cómo amanecieron hoy los leones? Y la respuesta directa, es: ¡Jodidos!

Y es que no hay mejor forma de expresar la situación desesperadamente angustiosa por la que los rugidores atraviesan después de tres derrotas consecutivas en esta final.

Golpeados en sus mandíbulas por el error de Ronald Garth y el batazo de Marlon Abea, que facilitaron cinco carreras al crecido Bóer, los Leones vieron caer casi todos sus dientes anoche.

¿Hay alguien por ahí que espere su resurgimiento?

Difícil, muy difícil. Ellos parecen estar atrapados y sin salida. Cierto, regresaron de 0-3 frente a los Dantos, pero el momento, las circunstancias y el rival son diferentes.

Para el Bóer, el error cometido por Garth fue de cinco estrellas. Lo asombroso fue ver cómo Clyde Williams, bateando para un probable out, provoca estragos.

Con el marcador 1-1 por jonrón de Henry Roa contra el eficiente Julio Raudez en el cierre del cuarto, y el hit impulsador de Jorge Luis Avellán en el inicio del quinto, el Bóer llenó las bases en el séptimo frente al pitcheo de relevo de Amaury Sanit, reemplazo de Willie Lebrón.

El batazo potente y con cierto grado de dificultad disparado por Williams, obligó a Garth a moverse rápidamente hacia su izquierda para interceptarlo.

El intermedista, frenando bruscamente giró en busca del out en segunda, pero su tiro fue enterrado y se desvió hacia la zona de faul del jardín izquierdo mientras Raúl Marval, Jimmy González y Jorge Luis Avellán parecían chavalos corriendo alegremente en Disney, estableciendo una diferencia de tres carreras.

Con León herido y destrozado sicológicamente, Abea apretó el gatillo con hit impulsador de dos carreras en el inicio del noveno, sellando la pizarra 6-1 y quitándole toda intriga al cierre de juego.

El Bóer estuvo acosando a Lebrón dejando siete hombres en las bases en los primeros cuatro turnos. En uno de los momentos cumbres, Darío Delgado se ponchó con las bases cargadas. Tuve la impresión que los Indios estaban esperando que León anotara primero, como en los dos primeros juegos.

Hasta que eso ocurrió con el jonrón de Roa, y la tribu comenzó a funcionar respondiendo de inmediato, y apoderándose de las riendas más adelante, logrando enjaular a las fieras.

La defensa india fue influyente con la realización de cuatro doble plays, y por fin, Raudez hizo aparecer el dominio de un pitcher abridor, en tanto Lebrón mostró habilidades de torero para salir de tantas dificultades.

No está escrita la muerte de los leones, pero no hay nada que discutir sobre la superioridad mostrada por el Bóer en las primeras tres batallas pese a los cierres apretados.

Ni modo, amigos. Por lo que hemos visto, quedan muy pocas preguntas alrededor del futuro de la Serie Final, que podría quedar reducida a un juego. Quizás el de hoy, en León.

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