El presidente Daniel Ortega manifestó ayer su oposición a la destrucción de los misiles tierra aire, de fabricación soviética, Sam-7, porque considera que son armas defensivas necesarias para la defensa de la soberanía nacional.
Ortega dijo que conversó con el jefe del Ejército de Nicaragua, Omar Halleslevens, a quien le exteriorizó esa preocupación, porque asegura que países como Honduras están renovando su fuerza aérea y los legisladores nicaragüenses quieren destruir las únicas armas de defensa.
Honduras renueva flota
“Yo tengo preocupación en cuanto a ese tema, (…) recientemente el gobierno norteamericano aprobó renovar la flota aérea de guerra de Honduras, entonces se va a renovar la flota aérea de Honduras y por otro lado se nos va a pedir a nosotros que se destruyan los cohetes, eso sería absurdo”, dijo Ortega.
El mandatario no descartó la posibilidad de comprar más cohetes Sam-7, con la condición de destruir aquellos misiles que ya se vencieron.
Agregó que “lo ideal sería que no gastáramos en armamentos, pero la realidad es otra. Tenemos ejércitos por toda Centroamérica, incluyendo Costa Rica (que) tiene una fuerza muy poderosa que le llaman Fuerza Civil, pero es bien poderosa”.
No descarta confrontaciones
Ortega no descartó confrontaciones con cualquier país de Centroamérica, y exhortó a sus homólogos de que “no nos conviene seguir una carrera armamentista” y por el contrario hay que frenar cualquier paso.
Por su parte, el cardenal Miguel Obando recomendó a los presidentes centroamericanos negociar una balance razonable de fuerzas, “porque la guerra no nos convienen”.
“Yo pienso que el señor presidente Daniel Ortega platicará con su homólogo hondureño (Manuel Zelaya) para evitar. Yo creo que el armamento y las guerra ya no”, expresó Obando.