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La cubana Yulisma Kindelán (Dcha.) persigue el sueño de competir en un mundial de karate para buscar el título. (LA PRENSA/G. MIRANDA)

CAMPEONA SIN TÍTULO

[doap_box title=”Por retirarse” box_color=”#336699″ class=”archivo-aside”] Yulisma Kindelán asegura que está llegando la hora de decidir su retiro del karate do. “Tengo que pensar en mi familia, atender a mi mamá que ya está en tiempo para cuidarla, dedicarle tiempo a mi esposo (Dennis Silveira ) y descansar un poco. Quiero dedicarme a entrenar a los […]

[doap_box title=”Por retirarse” box_color=”#336699″ class=”archivo-aside”]

Yulisma Kindelán asegura que está llegando la hora de decidir su retiro del karate do.

“Tengo que pensar en mi familia, atender a mi mamá que ya está en tiempo para cuidarla, dedicarle tiempo a mi esposo (Dennis Silveira ) y descansar un poco. Quiero dedicarme a entrenar a los nuevos karatekas en Santiago”, comentó Kindelán.

Lleva 18 años de estar practicando el karate y desde hace diez convive poco tiempo con su familia, precisamente por estar entrenando en La Habana con la selección cubana. Está por concluir sus estudios en licenciatura en cultura física, mientras se alista para participar en los Juegos Panamericanos de Río de Janeiro este año.

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Yulisma, de la élite mundial

La cubana Yulisma Kindelán parece una mujer muy tranquila, demasiado para creer que es la misma que desde el tatami luce tan agresiva, capaz de vencer a cualquiera en menos de 60 kilos, los tres minutos más tormentosos de su vida.

Así es Kindelán, prima de Orestes Kindelán, otrora estrella de la selección cubana de beisbol, batalladora con su traje de combate en el karate do, pero muy hogareña, romántica y entregada a su familia en Santiago de Cuba.

“Yo sufro mucho cuando no veo por mucho tiempo a mi familia. He pasado casi diez años viajando de La Habana a Santiago de Cuba, viviendo entre el karate y la necesidad de pasar más tiempo con ellos”, explica Kindelán con una voz reposada.

La isleña es la actual campeona de los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Cartagena del 2006, medalla de plata en los Panamericanos de Argentina, Campeona Centroamericana y del Caribe en el 2005 y ha dado cuenta más de tres veces a la campeona del mundo de su categoría, la mexicana Yadira Lira.

Sin embargo, todavía su sueño de competir en un mundial no se ha cumplido, porque al parecer el Gobierno cubano no tiene recursos para enviar a sus atletas a estos niveles de competencia, pues generalmente los torneos se hacen en Europa, donde los costos del viaje son muy altos.

“Cuando van es uno o dos, pero siempre hombres. Eso nos deja a nosotras un poco frustradas porque cuando estamos en el área (Panamericanos) nos medimos a campeones mundiales como Luis Plumacher y Yadira Lira, los derrotamos, pero no tenemos la oportunidad de medirnos en un mundial porque no nos mandan”, expresa.

Lo más frustrante para Kindelán es que siente que a sus 24 años el tiempo está pasando, el cuerpo se está cansando y mira que no va a poder estar en un mundial de karate para demostrar su calidad y darle un título universal a los suyos.

“Me gustaría aunque sea participar alguna vez en un mundial, porque es el sueño de todo atleta y nosotros sabemos que tenemos el nivel para estar ahí pero te frustra saber que se tiene y no lo podes demostrar ahí”, agrega.

Por lo pronto, entre sus recuerdos graba con mucha emoción su actuación en Panamá en el 2005, cuando tuvo su primera competencia internacional y precisamente donde venció en un par de ocasiones a Yadira Lira, quien desde hacía tres meses atrás ostentaba el título universal en menos de 60 kilos.

“Ese es el recuerdo más fuerte que tengo. El primer combate le gané 5-0 a Lira, pero lo mejor es que me sentí muy bien. La verdad es que deseaba que ganara porque es mi amiga, pues yo digo siempre si iba a perder que lo haría con alguien bueno como ella”, comenta la cubana.

Kindelán es una mujer inteligente, piensa mucho antes de hacer algo, sobre todo en responder cada pregunta. Es una característica que es claro que en el tatami la saca a flote, pero tampoco niega que la presión a veces la saca de concentración.

“Creo que me pasa igual que Eynar Tamame, cada vez la presión es más fuerte por rendir lo que esperan de mí y a veces eso me ha sacado de combate. Quizá esa presión sería igual para un mundial, pero quiero vivir esa experiencia”, concluyó.

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