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(ILUSTRACION: LA PRENSA/LUIS GONZALEZ S.)

Más grandes y rentables que nunca

[doap_box title=”Mercado planetario” box_color=”#336699″ class=”archivo-aside”] Muchas de la cifras sobre las 500 mayores empresas de Latinoamérica, tienen que ver con China y su hambre por materias primas que nadie duda que seguirá fuerte hasta después de las Olimpiadas de Beijing de 2008. Y también a una Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) que se […]

[doap_box title=”Mercado planetario” box_color=”#336699″ class=”archivo-aside”]

Muchas de la cifras sobre las 500 mayores empresas de Latinoamérica, tienen que ver con China y su hambre por materias primas que nadie duda que seguirá fuerte hasta después de las Olimpiadas de Beijing de 2008.

Y también a una Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) que se convenció de que el mundo puede seguir creciendo con un barril de petróleo sobre los 60 dólares.

Esta alza benefició de manera particular a la venezolana PDVSA (N°1), convirtiéndola en la mayor empresa en ventas de la región: superó los US$ 100,000 millones en facturación durante 2006, casi tanto como lo que vendieron todas las empresas mineras presentes en este ranking.

A eso se le suma un Estados Unidos que siguió creciendo, a un Japón más recuperado y a una Europa que impulsada por Alemania vuelve a crecer. Y es que las exportaciones explicaron el 47.4 por ciento de las ventas de las 500 empresas de este ranking, frente al 37.5 por ciento del año pasado.

Este brinco, no obstante, se explica casi en su totalidad por las mejoras de los términos de intercambio, y no a un mayor esfuerzo de las empresas por abrir nuevos mercados.

Por otro lado, el mercado interno hizo lo suyo. Sectores que tienen a los consumidores domésticos como mercado principal tuvieron buenos desempeños. El mejor ejemplo es la construcción, que vio un salto de 18.6 por ciento. Las empresas del comercio detallista en el ranking incrementaron sus ventas en 13.7 por ciento frente a al 2005. Telecomunicaciones lo hizo en 12.3 por ciento.

Pero es poco lo que puede hacer el mercado doméstico frente a lo que depara el mercado global. Los afortunados precios de las materias primas en el 2006 son parte de un ciclo que, tarde o temprano, encontrará su pendiente negativa. Es una realidad volátil, en la que los países latinoamericanos y sus empresas no han sido capaces de fijar precios internacionales. Algo que seguirá sucediendo mientras no se enfrente el desafío de darle valor agregado a muchas materias primas.

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Es histórico. Las 500 empresas más grandes de América Latina tuvieron en el 2006 sus mejores doce meses desde que América Economía comenzó a llevar registro de sus andanzas desde 15 años atrás. Y no sólo porque el total de sus ingresos saltaron en 15.9 por ciento frente al buen desempeño del 2005.

Tampoco porque el número de empresas con ventas por sobre la frontera de los US$1,000 millones haya llegado a 334, frente a las 302 que lo hicieron en el 2005. Ni siquiera porque el ingreso de la empresa número 500 de este año haya alcanzado ventas de US$ 571.4 millones, frente a los US$ 526.2 de la edición anterior.

No. Se trata de las utilidades. Más sorprendente que el despegue en ingresos es la verdadera erupción de sus utilidades y tasas de rentabilidad. Las empresas que declararon sus utilidades sumaron beneficios netos de US$ 125,627 millones en 2006, 42.6 por ciento más que lo registrado en 2005 por esas mismas compañías. ¡Si incluso Pemex (N° 2 del ranking de las 500) terminó con ganancias!

Acompañadas de precios convenientes para sus productos, muchas de las más grandes dedicaron el 2006 a consolidar el crecimiento conseguido desde el 2003 en adelante.

Con ello, dispararon todos los índices de rentabilidad: el ROE (utilidades sobre patrimonio) promedio de 2006 fue de 18.5 por ciento, frente al 14.8 por ciento de 2005 (ya nadie recuerda el 0.2 por ciento de ROE promedio que se obtuvo en 2002).

El ROA (retorno sobre activos) en 2006 fue de 7.4 por ciento, contra 5.9 por ciento del año anterior. Y el ROS (utilidades sobre ventas) fue de 7.9 por ciento en 2006 contra 6.2 por ciento de 2005.

La que más aportó con dólares de utilidades fue, una vez más, Petrobras (N° 3), con la cifra récord de US$ 12,123 millones. Más que todo el producto interno en bruto de Bolivia.

Pero en términos de rentabilidad fueron otras las empresas que descollaron: Las mineras, especialmente las chilenas, que monopolizaron los primeros lugares en todos los rankings de rentabilidad (por ventas, por activos, por patrimonio y por empleados).

El alza en las ventas revela una mayor productividad de los trabajadores si se mide en dólares. Una muestra amplia de las empresas que declararon su número de empleados registró una subida de US$ 85,811 anuales por trabajador, frente a US$ 703,159 de 2005. Un alza de 22.3 por ciento y que ha permitido ingresos récord por empleados.

Quien mejor ilustra esto es la minera chilena Escondida (N° 28): operada por el consorcio multinacional BHP Billiton, la compañía se llevó en 2006 ¡US$ 1.8 millones en utilidades por cada trabajador! Es el doble de lo conseguido en 2005 cuando ya lideraba este ranking de utilidades por empleados, lo que explica en gran parte el ambiente de efervescencia sindical que atraviesa la gran minería chilena en estos momentos.

PERUANAS ARRIBA

Pero fue Perú el país que más se benefició del auge minero. Las empresas peruanas en el ranking, que en 2005 sólo llegaron a 12, este año subieron a 18 (ocho de ellas son mineras), con un consecuente empuje de las ventas peruanas en el ranking: saltaron 59.4 por ciento para llegar a US$ 26,085.2 millones, en línea con los resultados bursátiles de Lima, que dominada por las acciones mineras subió 168 por ciento en 2006.

Le siguieron en este empuje Argentina (con 34.5 por ciento) que estuvo a punto de alcanzar la cantidad de empresas en el ranking en 2001 y Chile (con 33.9 por ciento).

Chile, el delgado y estirado país es de lejos la nación más “quinientizada” de toda la región: la ventas de las empresas chilenas en el ranking equivalen al 86.1 por ciento de su PIB (el promedio es 58 por ciento). Algo que habla muy bien del crecimiento de sus megacorporaciones, pero que levanta dudas sobre el nivel de concentración industrial.

LA PELEA DE FONDO

Sin embargo, la pelea de fondo la protagonizan las empresas mexicanas y las brasileñas. Si bien en los 90 este ranking estuvo siempre dominado por las corporaciones mexicanas, esta década es de Brasil.

Hay 207 empresas brasileñas en este ranking frente a las 111 mexicanas. Y las ventas de las primeras suman más de US$ 610,000 millones frente a los US$ 532,000 millones de las de los norteamericanos. Una diferencia que hace olvidar que sólo en 2003 las empresas de Brasil superaron en cantidad a las de México y que sólo en sus resultados de 2005 sumaron más ventas.

Este ranking también muestra un resurgimiento de las empresas estatales. Las compañías de propiedad pública acapararon el 44.7 del total de ventas.

Economía

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